“Algunos dirigentes del Pacto Histórico no quieren que estemos”: Carlos Lozada habla de su encuentro con Ingrid Betancourt y del lugar de Comunes en 2022

En entrevista con Infobae Colombia, el senador reveló que no volverá al Congreso a menos que su partido se lo exija.

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Carlos Antonio Lozada, former FARC
Carlos Antonio Lozada, former FARC commander and now a member of the political party Comunes, reacts as he speaks during an act of recognition, in Bogota, Colombia June 23, 2021. REUTERS/Luisa Gonzalez

“Queríamos que hablara desde el corazón, no desde la política”, le dijo directamente Ingrid Betancourt a Julián Gallo, conocido como Carlos Antonio Lozada, el pasado 26 de junio en un evento organizado por la Comisión de la Verdad para que los exmiembros de las Farc reconocieran su responsabilidad en el delito del secuestro, además de escuchar relatos de sus víctimas. Infobae Colombia habló con el ahora senador y quien fuera miembro del antiguo secretariado de las Farc, sobre si seguirá en 2022 en el Congreso, el encuentro con Betancourt y hasta de su postura frente a los gobiernos de Venezuela y Nicaragua.

Hace una semana estuvo en la Comisión de la Verdad, ¿Cómo se sintió?

Es un evento bastante importante y un paso más dentro de un proceso que traemos con varias víctimas de secuestro por parte de Farc. Particularmente compartimos hace aproximadamente mes y medio en un encuentro de más de cinco horas en el que pudimos intercambiar testimonios. Por parte de las víctimas hablaron de cuál fue la experiencia tan difícil durante el secuestro y por parte nuestra fue hacer el debido reconocimiento de responsabilidades como parte de la última dirección de Farc y admitir el error que había significado el determinar una política que, a la luz del derecho internacional, es claramente un delito lesa humanidad.

¿Ustedes sí lo consideran un error o en el marco del conflicto fue algo que, como han dicho también, se dio por la naturaleza de la guerra?

Es que esta situación obviamente hay que verla en el contexto de lo que fue un conflicto que se prolongó por más de 50 años y que adquirió por varios momentos niveles, digamos de hostilidad, no solamente entre quienes estamos enfrentados directamente con las armas, sino que, como todos los conflictos bélicos, termina afectando también a personas que no están inmersas directamente en la confrontación. Desde luego que fue un error político gravísimo el haber generado una política de secuestros económicos y políticos.

A lo largo del conflicto, desde los años 80 por lo menos, en eventos nacionales de las Farc se había tomado la decisión de este tipo de práctica sin embargo, la dinámica del propio conflicto hizo prácticamente imposible que tomáramos distancia de este tipo de procedimientos y visto al día de hoy ya después de firmado el acuerdo de paz y a la luz de los compromisos que nosotros firmamos, pues claramente constituyen delitos de lesa humanidad, pero qué repito solamente son entendibles, no justificables, en el marco pues de lo que fuese conflicto.

Ingrid Betancourt y otras víctimas los enfrentaron fuertemente, ella casi que los trató de insensibles, ¿en todo este proceso tras el Acuerdo de Paz se ha sentido así?

Casi siempre, y es lo recomendable por quienes conocen de estos procesos, incluso por psicólogos, estos encuentros con las víctimas deben estar precedidos por unas aproximaciones que vayan distensionando esos ánimos.

Desafortunadamente con el caso de Ingrid Betancourt no fue posible ese proceso porque ella no reside en Colombia, pero además habíamos convenido que el día anterior íbamos a tener un encuentro previo, pero no se pudo concretar, de manera que cuando nos paramos allí en el escenario del evento se generó digamos una tensión derivada de esa falta de preparación, pero también por la rigurosidad con que se programó el encuentro, me parece que el formato no fue el más adecuado para posibilitar un diálogo desprevenido, franco, abierto, sin que con esto de alguna manera se viera afectado el objetivo central del evento.

Entonces había un temor o expectativa de lo que iba a decir ella…

Bueno, por supuesto que nosotros estábamos también muy a la expectativa de lo que pudiera expresar Ingrid y todas las víctimas porque si algo hemos aprendido nosotros en estos 5 años en los que hemos estado interlocutando permanentemente con las víctimas es que nunca será suficiente el perdón que se pide porque claramente las lesiones físicas, psicológicas que se generan en situaciones como las que tuvieron que vivir son realmente muy traumáticas y siempre repito: todo lo que se haga va a ser poco, y eso es perfectamente comprensible.

Y por eso siempre hemos expresado que no vamos tampoco nosotros a cansarnos pidiendo perdón y expresándolo en los distintos escenarios porque cada una de las víctimas tienen unas particularidades, más allá de que a veces de pronto no seamos tan expresivos. Pero eso no le quita el valor a la sinceridad, a la honestidad con la transparencia que nosotros hemos actuado desde el momento en que firmamos el Acuerdo de Paz y la prueba de esos que estamos cumpliendo los compromisos.

Ingrid Betancourt, French-Colombian politician and
Ingrid Betancourt, French-Colombian politician and former FARC hostage, reacts as she speaks during an act of recognition with the participation of her kidnappers and their now political party Comunes, in Bogota, Colombia June 23, 2021. REUTERS/Luisa Gonzalez

¿Cuándo fue la última vez que lloró escuchando a una víctima?

Particularmente recuerdo el diálogo que hemos sostenido, en tres ocasiones, con las victimas del Club El Nogal, esa ha sido de las experiencias más duras que hemos enfrentado porque gracias a ese encuentro iniciamos una experiencia con Bertha Fries, una de las víctimas, con la que hemos posibilitado el diálogo escuchando el dolor de las víctimas y una serie de talleres que permiten la sensibilización. También el encuentro con las víctimas del Chocó y con la población de Bojayá que fue el primer acto de reconocimiento y fue realmente conmovedor, hasta las lágrimas.

Usted admitió el magnicidio contra Álvaro Gómez Hurtado y el de otros cinco personajes de la vida pública, pero la familia sigue sin creer. A pesar de todo, ¿no hay prueba adicional?

Hace unos meses dimos una rueda de prensa donde aportamos lo documental que pudimos dar, como mensajes que se pudieron conservar. De ahí para allá le corresponde a la justicia. En medio de toda la polémica que se ha generado, lo que no se puede es invertir los términos de la justicia donde es el Estado el que tiene que probar la responsabilidad. Nosotros la hemos asumido y hemos entregado lo que existía en términos de elementos, pero es a la justicia a la que le corresponde pronunciarse.

¿Van a hacer otras revelaciones como las de Gómez Hurtado?

Nosotros hemos dicho que en la medida en que se avance por parte de la Jurisdicción Especial seguramente surgirán otros casos en los cuales las FARC como organización y de manera colectiva, asumamos responsabilidades sobre todo situaciones en el orden regional y estoy seguro que en los próximos meses se podrán conocer algunos casos.

¿Por qué les costó hablar tanto del reclutamiento de menores?

Esto es un proceso y no es posible que se firme un acuerdo y ya al otro día una organización produzca ese proceso de transformación. Nosotros hemos ido andando un camino que ha implicado también desandar unas convicciones desde el punto de vista de la justificación, que en medio de la confrontación siempre se encuentra para determinados hechos y conductas y es en ese diálogo con el Sistema Integral que hemos ido entendiendo que el asumir responsabilidades y reconocer hechos y conductas que se apartaron de nuestros principios y fundamentos como organización revolucionaria de ninguna manera deslegitima lo que nosotros fuimos como protagonistas de un alzamiento armado de carácter político y pero sí lo hacen esos hechos que se apartaron de los principios que no hacen fáciles de asumir.

Por eso la idea de que no hay sensibilidad es exactamente lo contrario, porque hay sensibilidad es que el ser humano se niega a reconocer y a reflexionar, tanto como organización como individualmente, esos errores y, sobre todo, y lo que es más difícil: dar la cara y asumirlo ante el país y las víctimas.

No se trata del arrepentimiento cristiano religioso, que de pronto es asumir culpas y pagar una penitencia y ya. Aquí estamos hablando de un proceso histórico-político que va mucho más allá, que tiene una trascendencia histórica.

“Creo que ese es el objetivo político inmediato que tenemos, democratizar desde el diseño de un modelo que se aparte de lo que ha sido el capitalismo salvaje neoliberal. Nosotros consideramos que en el momento actual de la historia, Colombia necesita hoy un modelo de economía de mercado, pero que posibilite un modelo de desarrollo que no parta del extractivismo”.

El partido de Gobierno también ha hablado de que ustedes no han entregado todos los bienes, ¿Cómo va eso?

Nosotros entregamos la lista de todo el inventario y hemos avanzado en la entrega material de lo que el Estado ha estado en capacidad de recibir. Debemos decir que nosotros entregamos inventario por bienes rurales de más de 200.000 hectáreas, pero el Estado no está en capacidad de asumir el control de esas propiedades, entre otras cosas porque están ubicadas en territorios que el Estado colombiano no controla.

Muchos de esos bienes, sobre todo lo que eran muebles, enseres y ganado se han perdido porque obviamente, al quedar en territorios desalojados por parte de FARC, pero sobre todo al ser publicado ese inventario de manera irresponsable por la Fiscalía en cabeza de Néstor Humberto Martínez, mucha de la gente que sabía donde estaban fueron y se apoderaron de ellos.

¿Entonces quién los controla?

Pues es que ahí hay un error que reconoció el propio expresidente Santos y es que en el decreto que se expidió para normalizar ese proceso de entrega, se dejó [la custodia de los bienes] en cabeza del partido y nosotros rechazamos ese decreto porque cómo un partido político, que ya no tiene armas, va custodiar esos territorios. Como no se hizo muchos de esos están en manos de gente que los ha ocupado y las disidencias, en otros casos no los han dejado ocupar. El Estado es el que debe tomar posesión de esos bienes porque no ha habido voluntad política de avanzar hacia allá.

Carlos Antonio Lozada ante la
Carlos Antonio Lozada ante la JEP

Hace poco cambiaron de nombre a Comunes y algunos se preguntan si tiene algo que ver con comunismo, ¿su lucha es buscar implementar esa corriente en Colombia?

El nombre está ligado a la historia nuestra. En el siglo 18 hubo un alzamiento de parte de los comuneros que tiene esa raíz de la gente del común que se alzaron contra los impuestos por parte del imperio español y después cuando el movimiento campesino se alzó en armas a mediados del siglo pasado. Ese movimiento de resistencia campesina se dividió digamos en dos troncos: los liberales y los comunes que tenían incidencia del partido comunista y de ahí salen las FARC.

¿Ustedes están o no en el Pacto Histórico?

Nosotros hicimos un pronunciamiento saludando la presencia de esa propuesta, recibimos una respuesta saludando también, pero tenemos que decir que no hemos sido invitados a ninguna reunión de carácter nacional del Pacto. En cambio en los territorios estamos haciendo una presencia activa. Indudablemente hay resistencia.

Yo no diría que de algunos partidos si no de algunos dirigentes de partidos que hacen parte del Pacto Histórico que no nos quieren allí haciendo un cálculo equivocado, porque cree que estando nosotros allí en los van a tildar de guerrilleros o subversivos y lo que estamos viendo es que estemos o no estemos allí, la extrema derecha colombiana no se va ahorrar calificativos, sino que incluso no sé va a ahorrar ningún tipo de agresión física contra militantes del Pacto Histórico.

Esa coalición tiene dentro de sus banderas la paz, pero alzar la bandera de la paz, al tiempo que se quiere marginar al partido firmante del acuerdo es, por lo menos, una inconsecuencia.

¿Quiénes estarían en contra de que ustedes entren?

No voy a dar nombres, pero lo que quiero dar a entender es que no hay unanimidad en la dirección del Pacto Histórico frente a nuestra presencia, pero no vamos a hacer de eso un problema. Nosotros estamos convencidos, que aquí hay un referente muy importante y esos movimientos que están en el Pacto Histórico pueden jugar un papel decisivo y determinante en esa etapa de democratización de la sociedad colombiana y por eso no asumimos esto como un tema personal, sino como un problema político y para los problemas políticos la solución es la política, no hay otra forma.

¿Qué nombres le gustaría que llegaran al Congreso?

Durante todo este tiempo hemos conocido de distintas candidaturas que se han propuesto pero ni en el Pacto Histórico ni en la llamada Coalición de la Esperanza, hay candidaturas definidas.

Pero le pregunto a usted...

Por ejemplo, Imelda Daza, tenemos conocimiento de que hay varias organizaciones que quieren poner su nombre y ella sería una persona que ayudaría y aportaría enormemente, dada su larga trayectoria de defensa de los intereses populares, su larga historia de dirigente en la Unión Patriótica.

¿Va a haber algún candidato o candidata de Comunes?

Hasta ahora no, pero obviamente, como todo partido político, es un partido que tiene vocación de poder. Nosotros hicimos dejación de las armas después de tratar de llegar al poder por medio del alzamiento armado para entrar a la política y lógicamente una vez logremos consolidar este proceso de transición, desde luego que vamos a entrar digamos en la disputa política con nuestros propios candidatos.

Rodrigo Londono 'Timochenko', former FARC
Rodrigo Londono 'Timochenko', former FARC commander and now a member of the political party Comunes, speaks during an act of recognition, in Bogota, Colombia June 23, 2021. REUTERS/Luisa Gonzalez

¿A usted le gustaría ser candidato presidencial?

Personalmente, no, yo no tengo esas aspiraciones, pero no tengo dudas que del partido Comunes en un futuro próximo podrán salir figuras que se puedan poner a consideración como aspirantes a la Presidencia de la República.

Como lo hizo Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’, hace cuatro años...

Correcto. Él fue precandidato, desafortunadamente su estado de salud no se lo permitió, al lado de toda la campaña de estigmatización y de agresiones físicas de las cuales fue objeto en medio de la campaña.

¿Cree que ‘Timochenko’ sería un buen presidente?

Sin lugar a dudas ‘Timo’ es un hombre que tiene las cualidades y las capacidades para hacerlo, pero debo decir que en este momento ni él lo ha planteado como una aspiración ni el partido se ha propuesto como meta inmediata el lanzarlo a la Presidencia.

¿No hay forma de que apoyen la Coalición de la Esperanza?

Allí se agrupan sectores muy importantes que vienen expresando apoyo al proceso de paz así no coincidamos en la idea de paz que tenemos. Es el sector con el que hicimos el Acuerdo, más allá de que también tenemos diferencias. Pero nos sentimos más cómodos en el Pacto Histórico, al lado de una propuesta realmente de izquierda que el denominado centro que a veces no lo es tanto.

¿Venezuela tiene una dictadura?

Venezuela tiene el gobierno que se quisieron dar los venezolanos. Nosotros siempre hemos creído que no es tarea de los colombianos o de otros pueblos juzgar los gobiernos que se dan de manera autónoma. Tampoco aceptaríamos que los venezolanos nos dijeran qué tipo de gobierno debemos tener los colombianos.

¿Y Colombia?

Colombia tiene un régimen político terrorista que ha sido extremadamente violento a lo largo de su historia. Tiene una clase dominante claramente paramilitarizada, mafiosa, con un modelo de democracia que llamábamos ‘restringida’ pero que hoy es mucho más que eso ya que no permite la presencia de otros actores sociales y políticos que le puedan disfrutar el poder por lo menos en condiciones favorables.

Usted insinúa que en Venezuela no hay dictadura, pero que acá en Colombia sí hubo alteraciones en las elecciones, aunque organismos internacionales han denunciado las últimas votaciones en Venezuela…

No somos amigos de hablar de los procesos de países hermanos, eso lo tendrán que definir los venezolanos. Yo le puedo hablar del caso colombiano porque lo conozco y he estado desde los 17 años, en lo legal y en las armas, y lo que digo es que aquí no hay una democracia porque no puede hablar donde se asesinó a un partido de oposición como la Unión Patriótica, donde se asesinan a los líderes sociales, a los firmantes, a los jóvenes que salen a protestar dónde es claro que interviene el dinero del narcotráfico para torcer la voluntad popular.

Entonces estamos en una democracia que tiene unas formalidades, una división de poderes aparente, pero que en la práctica, vamos a ver, por lo menos está sucediendo con este gobierno, concentra no solo al ejecutivo sino también coopta al poder legislativo. Se ha hecho a la Procuraduría, a la Defensoría, a la Fiscalía y a la Contraloría, concentrando prácticamente todo el Estado en sus manos.

¿Y en Nicaragua, donde se denuncia el encarcelamiento de políticos de oposición?

El gobierno de Nicaragua asegura que no es por pertenecer a partidos de oposición sino porque han estado inmersos en violaciones de las leyes nicaragüenses. Repito, no no me considero en capacidad de juzgar y que sea el pueblo nicaragüense el que tome sus propias decisiones. Hay logros muy importantes del derecho internacional como es el respeto a la libre autodeterminación de los pueblos y la no injerencia en los asuntos internos de otros Estados. Son reglas de oro que todos los pueblos debemos mantener.

¿Usted va a seguir en el Senado en 2022?

Hemos asumido esto como una tarea más que como una aspiración. Claramente no fue esta nuestra vocación e hicimos parte de un proyecto político de un alzamiento armado y hemos asumido esto como una tarea, y lo expresé en la Asamblea Nacional que yo no postulo mi nombre para continuar en el Senado de la República. Lo haría si el partido toma la decisión, pero en mi caso lo expresé con claridad porque el proceso de formación nuestro es más de la idea de que estamos donde el partido nos quiera colocar, no estamos para satisfacer expectativas.

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