El paro nacional de 2021, que completó dos meses en el país, también será recordado por las acciones de protesta en las que fueron derribadas varias estatuas en el país, entre ellas la de Sebastián de Belalcázar en Cali y en Popayán; la de Antonio Nariño en Pasto, más recientemente la de Cristóbal Colón en Barranquilla, y en Bogotá la de Gonzalo Jiménez de Quesada, el conquistador español al que se le atribuye la fundación de la ciudad.
Además, también resultó afectada la del Libertador Simón Bolívar en el monumento de Los Héroes en el norte de la capital colombiana, por lo que fue retirada de forma preventiva de su pedestal. Mientras que la de Cristóbal Colón y la de la Reina Isabel también fueron extraídas por el Ministerio de Cultura del monumento que se ubica en la avenida El Dorado, en las inmediaciones del aeropuerto, luego de que un grupo de indígenas Misak las intentara tumbar, como hicieron con la del fundador de Bogotá.
Sin embargo, las estatuas de Jiménez de Quesada y la del Bolívar ecuestre de Los Héroes tendrían ya un sitio para su reubicación en la ciudad, de acuerdo con las evaluaciones que está realizando sobre este tema el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural de Bogotá, según indicaron al informativo de televisión Citynoticias, del canal local de la capital colombiana City T.V.
El nuevo sitio de acogida de la escultura del Libertador sería el parque de la Independencia, en el centro histórico de la ciudad, mientras que la del conquistador español estaría en un museo.
“En el tema de Gonzalo Jiménez de Quesada hemos encontrado un consenso de no volver a traerlo al pedestal, sino de encontrar una ruta de resignificados, reunir una narrativa, a través de incluso algunos restauradores quieren dejar las huellas de lo que había ocurrido”, dijo Sandra Lucía Suárez del Equipo de Participación del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC).
Para la funcionaria el paro nacional ha servido precisamente para replantear los valores y significados de estas esculturas en la ciudad.
“La movilización social es uno de los ejercicios que nos ha mostrado que hay unos relatos nuevos que hay que construir y que los valores que hoy algunos patrimonios representan no están en consonancia con los valores de la Constitución de 1991”, reiteró Suárez.
En los datos que le entregaron a Citynoticias se tiene que 42 monumentos de Bogotá fueron vandalizados y 10 intervenidos, lo que ha tenido un costo de 210 millones de pesos.
“La mayoría de las afectaciones son material agregado en forma de pintura y de carteles”, explicó Laura Cumbalanza, restauradora de la Brigada de Atención de Monumentos del IDPC.
<b>Discusión Nacional</b>
En un informe de Noticentro Uno CM& también consultaron con expertos sobre el nuevo destino que deben tener los monumentos que resultaron afectados en el país durante las protestas del paro nacional, ya que esto implica una ruptura con las tradiciones nacionales.
Para los Misak, derribarlas es un acto de reivindicación, ya que consideran que sus ancestros fueron víctimas de esos personajes.
“El que está defendiendo a las estatuas, el que está sintiendo agredido es porque no tiene una memoria de país, de los orígenes”, dijo en Noticentro Uno CM& Didier Chirimuscay, comunero del pueblo Misak.
Sin embargo, para expertos se trata de una mala interpretación de la historia que impacta negativamente al espacio público.
“El país no puede darse el lujo de desbaratar todas las plazas y parques, o desmontar su espacio público y construido, también socialmente, por una mala interpretación”, señaló Rubén Hernández, arquitecto experto en patrimonio cultural en Noticentro Uno CM&.
Para otros expertos en patrimonio no se debe pretender destruir las esculturas, más bien se debe buscar darles un nuevo significado.
“No condenar el objeto a partir de ese juicio histórico que se hace, es decir el objeto puede ser resignificado, la información sobre el personaje”, afirmó Alberto Escovar, Director de Patrimonio del Ministerio de Cultura.
En ese orden de ideas, otra de las opciones es la de crear nuevos monumentos en los que el mestizaje sea lo predominante.
“Querer tumbarlas es como borrar un momento de la historia. Más que deshacernos de ellas, lo que creemos es que hay que gestar nuevos monumentos, nuevos símbolos, y esculturas de nuestro mestizaje”, agregó Liliana Bonilla, miembro del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.
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