El 30 de junio, en un lanzamiento simultáneo en cinco ciudades (Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Cali y Barranquilla), se dará a conocer Tenemos que Hablar Colombia, una plataforma de diálogo que permitirá a los actores sociales del país imaginar, comprender y construir propuestas concretas con las que, desde ya, se pueda apostar por un mejor futuro.
La plataforma es producto de una iniciativa de las universidades EAFIT (Medellín), Nacional, Los Andes (Bogotá), del Valle (Cali), del Norte (Barranquilla) e Industrial (Santander), con el impulso de la Fundación Ideas para la Paz y el Grupo Sura, en alianza con Bancolombia.
Lo que se pretende con Tenemos que Hablar Colombia, en un contexto marcado por la crisis sanitaria y, además, socioeconómica, que detonó entre otras en el paro nacional, es posibilitar conversaciones entre ciudadanos, fluidas y simples, de la mano de entidades facilitadoras.
“Las Universidades queremos liderar ese diálogo, queremos ser un ámbito para una conversación incluyente; promover el debate público y reforzar la democracia deliberativa”, afirmó Alejandro Gaviria, rector de la Universidad de Los Andes.
En línea con lo dicho Gaviria sobresalen las palabras de la rectora de la Universidad EAFIT, Claudia Patricia Montoya, quien ve en la coyuntura nacional una oportunidad de repensar el futuro, en especial desde las instituciones de educación superior. “Las universidades somos los espacios para la deliberación pública y para la búsqueda de soluciones conjuntas. A través de esta conversación paciente, pero también con orientación, lograremos encontrar una mirada común”, sostuvo.
Así funcionará la plataforma
Tenemos que hablar Colombia, que surge como una solución a las demandas ciudadanas que no tienen canal para ser visibilizadas, así como tampoco mecanismos de respuesta, pretende reunir a miles de colombianos para participar en conversaciones digitales que giran en torno a tres preguntas: ¿Qué cambiaría, mantendría o mejoraría en Colombia?, ¿qué problema priorizaría?, ¿y quién (o quiénes) deberían liderar esos cambios?
“Al finalizar la sesión, el acta de las respuestas se envía a una plataforma de análisis de texto que nos ayudará a comprender las respuestas, encontrar tendencias, recurrencias, valores, emociones y reglas comunes”, explicó Santiago Silva, gerente del proyecto en Colombia.
La información recolectada se presentará a comunidades, la opinión pública, las autoridades, los órganos de representación y a otros actores que puedan tenerla en cuenta en sus análisis y en la generación de políticas públicas
“Como padre y profesor que soy, estamos para buscar puntos de encuentro, acompañar a los jóvenes en su proceso de formación, sembrar esperanza y aportar en la construcción de sus sueños por un mejor país”, manifestó Hernán Porras Díaz, rector de la Universidad Industrial de Santander (UIS).
El proyecto, que empezará el 30 de junio, comprenderá seis meses de conversaciones y contará con dos sesiones de dos horas por día, 100 personas por sesión, 20 grupos en cada sesión y 5 personas por grupo. Para participar es necesario inscribirse en https://tenemosquehablarcolombia.co/.
En dicho periodo, el objetivo no solo es escuchar a miles de colombianos, sino que sus opiniones de cara al futuro del país de verdad sean escuchadas. “Creo firmemente en el diálogo como medio para transformar conflictos y para que las voces de los ciudadanos sean escuchadas. Pero, sobre todo, para que sus aspiraciones de cambio sean tenidas en cuenta. Queremos facilitar y organizar este diálogo, del cual esperamos que surja una visión de futuro donde todos nos veamos reflejados”, expresó María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz (FIP).
Una propuesta con antecedentes en Chile
La plataforma Tenemos que hablar nació en Chile, impulsada por la Universidad de Chile y la Universidad Católica, con el objetivo de acercar las propuestas de la ciudadanía a las autoridades, siendo entre abril y noviembre de 2020 el lapso en el que se desarrollaron las conversaciones. A la par, las instituciones de educación de ese país transmitieron el conocimiento a las de Colombia, para que también pudiera ejecutar el proyecto.
“Entre abril y noviembre de 2020, miles de chilenos se juntaron para conversar sobre qué cambiar, mantener o mejorar en el país. Durante este año las universidades colombianas y chilenas hemos adelantado un proceso de transferencia de conocimiento”, contó Santiago Silva.
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