Gustavo Trejos se convirtió en un defensor de las víctimas de abuso policial por el terrible caso de su hijo, el grafitero Diego Felipe Becerra, quien fue asesinado por miembros de la Policía en 2011 y tuvo que demostrar ante tribunales como, desde la misma institución, se alteró la escena del crimen para hacer ver al joven como un peligro.
En medio del paro nacional y de las decenas de denuncias por abuso policial contra los manifestantes, pero también de la imprevista renuncia del director de derechos humanos de la Alcaldía de Bogotá, Andrés Idárraga, quien salió del cargo recriminando la “tibieza” y “falta de postura” del distrito, se anunció que Trejos será el nuevo director del Observatorio de Conflictividad y Derechos Humanos, e Ivonne González será la directora de la unidad.
Nadie como él entiende lo que es para una familia perder a un ser querido por una situación de abuso policial, del exceso de fuerza de algunos uniformados que causan tragedias como la de Diego Felipe. En diálogo con Infobae Colombia, el nuevo funcionario de la alcaldía de Claudia López explicó lo que será su trabajo desde el observatorio, precisamente para acompañar a las víctimas y vigilar las denuncias que recientemente se han presentado en la capital del país.
“El objetivo de mi trabajo es empezar hacer un control de todas las denuncias por abuso de autoridad por violencia policial y la idea de ese control es hacer un seguimiento a todos los procesos de las denuncias, los procesos disciplinarios, procesos judiciales y para eso necesitamos la colaboración de la Procuraduría, de la Fiscalía y de la misma Policía Nacional”, detalló Trejos.
El experto en derechos humanos y fundador de la Red Contra el Abuso de Autoridad-RedCAA, explicó que hay una serie de protocolos, normas y leyes que garantizan la defensa de los derechos humanos. “La Policía se acostumbró a violar esas leyes, la fuerza pública se acostumbró a que si le quita la vida a un ciudadano sin razón aparente nunca sucede nada y el problema más fuerte es que las víctimas no tienen cómo luchar y conseguir justicia. No tienen recursos, no conocen cuáles son los procedimientos”, comentó.
Trejos recalcó que precisamente ese es el papel que cumplirá desde la oficina de derechos humanos de Bogotá. Empezar a trabajar en las localidades sobre formación de cuál es la normatividad que los protege, lograr que la violación de derechos humanos se prevengan. “Todas las denuncias que la gente coloca, hacer un rastreo y tener muchas más denuncias. En una noche de protestas pueden haber 100 o 200 heridos, pero las denuncias apenas son 15 o 20″, indicó el funcionario.
Sobre este tema, aseguró que muchos jóvenes no se acercan a denunciar un abuso policial por miedo. “Los jóvenes tienen miedo de que van hacer hostigados y que serán perseguidos (...) La idea también es manejar de manera reservada las denuncias y proteger a estas personas”, le dijo a Infobae Colombia
Sobre la salida de Idárraga de la dirección de derechos humano y de las críticas que ha recibido la alcaldesa Claudia López por su liderazgo frente al uso del Esmad en las protestas, que han dejado en los últimos días tres jóvenes muertos, Gustavo Trejos lo definió como un tema muy complejo.
“La institución está permeada, en muchas ocasiones los abusos de autoridad no pasan de ser una simple denuncia. Un ejemplo claro es el de Javier Ordóñez, los policías que cometieron el asesinato tenían dos denuncias por abuso de autoridad de un año atrás, y la idea es que si esas denuncias hubieran progresado y la Policía hubiera sancionado, seguramente Javier Ordóñez no hubiera fallecido”, argumentó Trejos.
Sobre la alcaldía aseguró que si bien tiene rol sobre la autoridad local, el mando general viene del Gobierno nacional y las órdenes vienen del mando general de la Policía. “Esas órdenes después de que vengan de arriba, se cumplen y los policías hacen caso, independientemente de si están con las autoridades locales que quieran manejar el tema diferente”, aseguró.
Insistió en que en Bogotá se le ha dado un manejo diferente a las protestas de este paro nacional. “En Bogotá se negocia previo a una intervención, hay una cantidad de gestores que median en campo. Hay actividades que se salen de control y hay que ejercer con autoridad, pero el problema no es ese, sino de cómo se ejerce la autoridad”, indicó.
“En ningún momento en el protocolo reza que si esas personas están haciendo vandalismo que a esa persona la cojan entre 10 policías y luego pierde el sentido y muchas veces hasta pierde la vida”: Gustavo Trejos.
Desde la voz de su experiencia, siendo víctima de un abuso policial por el caso de su hijo y desde su opinión personal, Trejos aseguró que: “la Policía se acostumbró a hacer lo que quiere. Los policías se acostumbraron a que cogen a una persona en una CAI, la golpean, muchas veces la violan y muchas veces pierden la vida, y no pasa nada”.
El funcionario aseguró que algunos miembros de la Fiscalía y de la Procuraduría piensan que la institucionalidad se logra protegiendo delitos, como en el caso de su hijo Diego Felipe que son 21 personas las que están individualizadas, de las cuales 13 están en proceso y solo cuatro están condenadas.
“Les pareció fácil hacer una alteración de la escena del crimen y decir que mi hijo era un delincuente y listo, se acabó. Afortunadamente nosotros pudimos estar en la escena del crimen y nos dimos cuenta de muchas cosas y denunciar, pero muchas familias no están en la escena del crimen sino que se enteran uno o dos días después”, le dijo Trejos a Infobae Colombia.
También puso ejemplo de un abuso policial que en muchos casos se vuelve viral porque el abuso quedó grabado, pero no porque la víctima lo haya denunciado.
“Cualquier ciudadano puede grabar un procedimiento de la fuerza pública. Pero ciudadano que ven grabando lo detienen, lo golpean, le formatean el celular, le sacan un comparendo y a razón de qué. Ellos violan los protocolos y violan las normas y no pasa nada”, agregó.
Cómo denunciar el abuso policial
La primera recomendación que entrega el nuevo director del Observatorio de Conflictividad y Derechos Humanos de Bogotá es que todos los ciudadanos tienen el deber moral de grabar los procedimientos de la fuerza pública, y esos filmes se pueden aportar a las víctimas como material probatorio para hacer las denuncias correspondientes.
“Las personas que sufran de abuso policial deben denunciarlo, no lo piensen dos veces. En la medida en que guarden silencia están permitiendo que esos policías sigan abusado de la fuerza y sientan que no pasa nada. Denuncien ante la Fiscalía”, recomendó Trejos.
El funcionario cuenta que una vez la víctima tenga la denuncia de la Fiscalía y haya pasado por Medicina Legal para evaluar su estado de salud, se debe poner la denuncia ante la Procuraduría y ya con estas, buscar asesoría con la oficina de derechos humanos de la alcaldía. “Se activan unos protocolos y nosotros verificamos esas denuncias y brindar asesoría jurídica y psicológica”, indicó el funcionario.
“Es una oportunidad única, es la primera vez que una administración distrital abre las puertas para que un defensor de derechos humanos y de víctimas pueda trabajar contra el abuso policial y puede ser una gran labor la que se haga”, puntualizó Trejos, que tendrá varios retos en una Bogotá convulsionada por las protestas.
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