Ya son tres las víctimas, en menos de dos días, que deja la plantación de minas, aparentemente por integrantes del ELN, en los territorios de los resguardos indígenas, en el departamento de Antioquia, en una arremetida violenta contra esas poblaciones.
Horacio Carupia Pernia, un joven de 22 años de edad miembro de la guardia indígena de la comunidad Amparradó Medio, del Resguardo Amparradó, del municipio de Dabeiba, pisó una mina antipersona en la tarde del pasado 22 de junio, según informó la Organización Indígena de Antioquia.
La explosión provocó que el joven perdiera por completo su pierna derecha. Las autoridades indígenas solicitaron el apoyo de una atención médica aérea que trasladó a la víctima a la ciudad de Medellín, donde permanece recibiendo tratamiento.
“Desde 2020, hasta la fecha, este tipo de explosivos deja un saldo en la Antioquia Indígena de 9 personas muertas, 4 de ellas menores de edad, 6 personas heridas, 2 más mutilados, cifras que nos llenan de horror y que son motivo suficiente para que las instituciones del Estado y los organismos internacionales activen sus protocolos de acompañamiento, y reparación a las familias y comunidades víctimas”, sostuvo la OIA.
Según la Organización Indígena, desde el año 2019 presuntos miembros del ELN han adelantado la plantación de minas para cercar los resguardos indígenas, como “estrategia de esta miserable guerra”, y transitan de manera indiscriminada por los resguardos y territorios de las comunidades originarias “dejando a su paso muerte, desolación y hambre”.
“Situación que venimos denunciando desde el 2019 y que se registra especialmente en comunidades indígenas del occidente, Urabá y Bajo Cauca. Como organización rechazamos una vez más la presencia de actores armados, por lo que exigimos al Gobierno Nacional que hayan verdaderas garantías para la construcción de la paz, insistiendo en el llamado que de que ya es hora de que el Gobierno Nacional retome de manera urgente los diálogos de paz con el ELN, antes de sean muchas más víctimas”, señaló la OIA.
Las autoridades indígenas solicitaron a los países garantes de Noruega, Canadá y Cuba para que intercedan a través del ejercicio diplomático en el retorno de diálogos de paz con el ELN. Así mismo, solicitaron a los miembros de ese grupo armado que se retiren de los territorios que pertenecen a los resguardos.
La Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, denunció el pasado 21 de junio nuevas amenazas contra los líderes indígenas de Antioquia. A través de mensajes de Whatsapp, Facebook y panfletos, organizaciones anónimas e identificadas como “Águilas Negras” emitieron amenazas en contra de ocho líderes de las comunidades antioqueñas.
“Es lamentable que con las más recientes amenazas aumente a 28 las lideresas y líderes indígenas amenazados en Antioquia, donde sólo 4 cuentan con precarios esquemas de seguridad de la Unidad Nacional de Protección, sin embargo, hay que hacer hincapié, en que dichos esquemas de seguridad no representan garantías reales para el ejercicio político y de liderazgo que se ejercen en los territorios del departamento, algunos de ellos a tres y cuatro días de camino de los cascos urbanos”, señaló la ONIC.
Según denunció la ONIC en marzo, los miembros del ELN habían plantado minas antipersona en las partes altas de los ríos que vierten aguas al río Atrato, especialmente en Murindó, embarcaderos, caminos y cultivos de pancoger.
A ello se suman los asesinatos selectivos y desplazamientos de los que han sido víctimas los indígenas en esa zona del departamento de Antioquia, la cual aseguran que responde a una guerra que libra el ELN con miembros del Clan del Golfo por el control de las rutas del narcotráfico, así como de la expansión de los cultivos de coca.
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