Este miércoles se adelanta el espacio de reconocimiento en el que la Comisión de la Verdad escucha a víctimas y victimarios del secuestro por parte de las Farc. A esta diligencia asistieron la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, en calidad de víctima, captores como Rodrigo Londoño (Timochenko), Pastor Alape y Julián Gallo, conocido como Carlos Antonio Lozada, además de otras víctimas.
El primer testimonio fue el de Carlos Cortes, hijo de Guillermo ‘La Chiva’ Cortes, periodista y político colombiano que fue secuestrado por las Farc en _. En su intervención reconoció que le dolía estar ahí, pero que, para él, el diálogo, el perdón y la verdad “son los pilares para una mejor sociedad”.
El siguiente en hablar fue Roberto Lacouture, víctima del secuestro en 1989, quien se declaró ‘conservador y uribista’. El ganadero contó que no estuvo de acuerdo con el proceso de paz y que prefería que los victimarios paguen sus crímenes en la cárcel, pero admitió que ve necesario que se siga adelante con la implementación.
“Ustedes no pueden volver a las armas, esto tiene que seguir. Pero tienen que dejar el discurso de las armas, que usan en sus discursos en el Congreso. Esa paz hay que hacerla, la paz del verbo”.
Declaró que el departamento del Cesar y su familia sufrieron los flagelos de la guerra con homicidios, robos y atentados. “El horror de la guerra es inconcebible como ellos lo hicieron, pero es necesario parar. Es necesario seguir adelante. Es necesario que todos los colombianos nos llenemos de amor y puedan perdonar, pero no olvidar”, señaló.
Por su parte Diana Daza, su esposa, dijo que quería sanar el corazón “buscando perdonar a las personas que ocasionaron este sufrimiento. Este hecho que dejó tantas secuelas en nosotros y que después de 31 años todavía nos preguntamos por qué”. La mujer dijo que cuando sucedió el secuestro llevaban 15 días en Valledupar tras llegar de Bogotá y describió la situación como “una zozobra permanente”.
La mujer expresó que le pudo enviar una ruana, la biblia y hasta frutas para acompañarlo en su cautiverio ya que las Farc se lo permitieron. Pero también explicó que para las Farc tuvo que ser dificil la decisión de irse a la selva y que hoy puede verlos como seres humanos, más allá de victimarios.
“Nada justifica lo que se hizo, que la resolución de conflicto no debe dañar la humanidad ni la dignidad del ser humano y deben reconocer lo que pasó. Que sintamos que lo que hemos hecho valió la pena”, fue el mensaje que dejó Diana a sus victimarios.
Siguiendo a Diana, intervino Abelardo Caicedo, firmante del acuerdo desde el 16 de junio de 2017 y que fue conocido como ‘Solís Almeida’. El excombatiente expresó que es un momento difícil porque escuchar a las víctimas “golpea en el alma y en el corazón”. Sin embargo, dice que espera que el acuerdo de la Habana les ayude a superar. “Roberto, si bien es cierto que para ti y muchas personas es un mal acuerdo, yo prefiero un acuerdo imperfecto a una guerra perfecta”, le dijo.
El hombre contó que se enlistó a la guerrilla porque “el Estado perseguía y persigue a los comunistas”. También admitió que causaron mucho dolor a las distintas comunidades mientras estaban en guerra. Más adelante contó que está estudiando administración pública e hizo un llamado al Gobierno para ampliar las oportunidades de educación.
Otro excombatiente, Pedro Castillo, también rindió su testimonio y expresó que se averguenza de lo sucedido en materia de secuestro.
“Estar amarrado a un palo y tener a un guardian con un fusil ahí es terrible”, contó en su intervención Armando Acuña, víctima de secuestro sobre su experiencia. Dijo que tuvo que salir vestido de guerrillero obligatoriamente. “Soy un humilde campesino que ni finca tenía. Me decían “le tocó a usted, tenga paciencia, esta es la guerra”. Viví bombardeos, cambuches y lo inhumano del secuestro. Yo preguntaba “¿por qué a mí?”. Es terrible estar amarrado a un palo”.
El ahora político sacó una bolsa en la que guardaba una revista de Semana de 2009 y el libro ‘Prohibido Olvidar: la toma y la retoma del Palacio de Justicia” y se la entregó a Julián Gallo o Carlos Antonio Lozada, excomandante de las Farc argumentando que eso ya no lo pertenece porque lo recibió en la selva. Agradeció a la Comisión de la Verdad y a la Jurisdicción Especial para la Paz porque por fin pudo resolver la pregunta de por qué lo secuestraron.
“Hagan lo humano y lo inhumano por la paz de este país. Me duele que otros se hayan ido a la guerra otra vez”, expresó Acuña.
Carlos Antonio Lozada reconoció lo negativo del secuestro y al terminar su discurso una persona le gritó “¿y el perdón” y él dijo que no lo quería hacer porque tocaba o porque se lo solicitaban y que ya lo habían hecho en varias ocasiones, pero le hizo entrega del Acuerdo de Paz final a Acuña en señal de reconociliación. Por su parte, Pastor Alape describió el secuestro como un “grave error político” y como una “injusticia de la organización y un divorcio” de lo que teoriacamente se plantearon.
Por su parte, Helmuth Angulo, víctima del secuestro de sus padres dijo en el recinto que solo reconocía la postura de Pastor Alape porque no sentía verdad en los discursos de los exfarc que hablaron previamente. Denunció que la JEP no debería existir porque en “cuatro años no ha dado resultados” y afirmó que para él debería haber justicia, refiréndose a la tradicional y no a la transicional. Los cuerpos de sus padres no han aparecido.
“Esta tortura lleva más de 21 años y sigue. La búsqueda de los abuelos sigue cada día. No hay día en que yo me levante y no piense en ellos. Hay una deuda hacia ellos de no recuperar los cuerpos”, señaló.
Ángela Cordón, familiar de Reynaldo y Guillermo Cordón Angulo, secuestrados y posteriormente asesinados por las Farc, expresó que quiere sanar pero denunció que las víctimas no han tenido muchas oportunidades, “ha sido poco el apoyo técnico y económico para los proyectos productivos y hay que reconocer que ha habido poca voluntad política”.
Emiro Ropero, conocido como ‘Ruben Zamora’, también habló como excombatiente de las Farc y pidió no abandonar la “búsqueda de la reconciliación y la paz”. Confesó que le parecía “horroroso” ver las celdas donde eran recluidos los secuestrados en la selva y explicó que lo motivó a encaminarse a un acuerdo humanitario.
“Siempre tuve la certeza de que algún día llegaríamos a un nuevo acuerdo de paz, yo soy sobreviviente del exterminio de la Unión Patriótica. No abandonemos la búsqueda de la reconciliación y la paz”.
Ingrid Betancourt y ‘Timochenko’
En esta parte, Rodrigo Londoño habló con el presidente de la Comisión de la Verdad, Francisco de Roux y expresó su agradecimiento por el espacio y dijo que iba a hacer una solicitud de perdón a las víctimas por los hechos cometidos.
De Roux dio la palabra al excomandante de las Farc dejando en claro una reflexión: “Esto no fueron errores ni equivocaciones. Son actos de utilización de la libertad, por las cuales se decide hacer eso. Y por eso son crímenes y eso es lo que hace esto tan delicado. Estos son crímenes de guerra”, señaló el presidente de la Comisión.
“Reconocemos que muchas de las personas secuestradas fueron sometidas a tratos indignos de su condición humana, padecieron agresiones físicas y morales que aumentaron innecesariamente su sufrimiento”, aceptó Londoño en su intervención, a la que agregó que otros fueron asesinados y sepultados en lugares “difíciles de determinar con precisión”.
“La amarga pena ocasionada a todos ellos fueron consecuencia directa de nuestra actuación y así lo reconocemos sin vacilar. Nos presentamos aquí con la frente inclinada y el corazón en la mano, con la decisión sincera de pedir perdón por todas las conductas que reconocemos”, agregó Londoño.
“Nada puede explicar ni justificar su dolor, no pretendemos excusarnos con ningún argumento”, señaló Londoño, quien agregó que entienden a aquellos que se abstienen de perdonar, así como señaló que las víctimas del secuestro son inocentes.