En la tarde de este martes 22 de junio las autoridades indígenas confirmaron que una mujer de 22 años y su pequeña bebé fallecieron en el municipio de Murindó, en el Urabá antioqueño, luego de caer en un campo minado. La mujer y su hija recién nacida hacían parte del pueblo Embera Eyábida.
La Organización Indígena de Antioquia (OIA) dio la lamentable noticia a través de un comunicado en sus redes sociales. “Con el dolor que embarga nuestras almas, nos vemos hoy nuevamente en la obligación de comunicar el lamentable fallecimiento de una mujer indígena del pueblo Embera Eyábida y su hija recién nacida, luego de caer en un campo minado en la comunidad Bachidubi, del Resguardo Rio Murindó del municipio de Murindó, cuando se encontraba realizando tareas propias de agricultura”, se lee en el documento.
La OIA confirmó que la mujer y la bebé fallecieron al instante en que explotó la mina este lunes 21 de junio, además, que otros dos menores de edad quedaron sin su madre y su hermana dentro del pueblo indígena. Por otro lado, resaltaron que a pesar de que en esa zona de Antioquia se realizan labores de desminado desde hace aproximadamente tres meses, las muertes de personas en los campos con estos artefactos explosivos siguen alertando a los habitantes.
“Es un hecho desafortunado tener dos mujeres indígenas fallecidas, donde se colocaron tres meses de desminados y hoy nuevamente está minado el terreno en nuestra comunidad. Desde la Consejería de Derechos Humanos y Paz de la organización hacemos un llamado al respeto, a la vida, a los Derechos Humanos, al proceso organizativo, ley de origen y el Derecho Internacional Humanitario”, mencionó al respecto William Pertúz, consejero de Derechos Humanos y Paz de la OIA.
Por otro lado, las autoridades indígenas también señalaron que desde 2020 han sido nueve los integrante de estas comunidades los que han perdido la vida al caer en estos campos minados, de estos cuatro eran menores de edad. Además, que han resultado heridos cinco indígenas y un menor de edad mutilado.
Estos sucesos, recalcan, sucedieron en los municipios de Dabeiba, Frontino, Murindó y Cáceres. Las zonas de Antioquia en donde más se han registrado presencia de estos artefactos explosivos son el Bajo Cauca, el occidente y norte de Antioquia, el Atrato Medio y e Urabá, lugares en los que operan varios grupos criminales, señalaron las autoridades indígenas.
De hecho, recalcaron en el comunicado que esta situación se dio luego de que “presuntos integrantes del ELN, a través de un panfleto y audios de WhatsApp, amenazaran a las comunidades de Murindó con la reinstalación de este tipo de artefactos explosivos, como respuesta a una supuesta incursión paramilitar, que buscaría retomar el control armado territorial de esta zona que estuvo históricamente ocupada por las FARC, afectando también gravemente a las comunidades de los municipios de Dabeiba y Frontino”.
Por esta misma razón, la OIA solicitó a los grupos armados ilegales que operan en Antioquia que abandonen sus territorios y les recalcaron que sus pueblos son pacíficos. “Recordamos que esta guerra no es de las comunidades indígenas y que por el contrario son ellas las que padecen y sufren todo tipo de atropellos y violaciones a sus derechos humanos, territoriales, económicos y sociales. Estamos convencidos que la violencia, genera más violencia y que esta no trae consigo sino hambre y desolación”, señalaron en el mismo documento.
Las autoridades militares del país, por su parte, señalaron al diario El Colombiano que, a través de la Séptima División del Ejército, están atendiendo estos hechos.
Durante 2021, según la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, han sido 65 las víctimas de las minas antipersona.
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