El pasado martes, 22 de junio, ocurrió un crimen que estremeció Neiva, capital del departamento del Huila. A mediodía y al pie de la iglesia San José, pleno centro de la ciudad, el coronel en retiro Javier Escobar Martínez, de 52 años, fue asesinado tras recibir varios impactos de bala de manera inesperada por parte de lo que serían unos sujetos a bordo de una motocicleta.
De acuerdo con el medio local La Nación, el hombre fue jefe de operaciones de la Tercera Brigada de Cali en sus años de servicio con el Ejército Nacional.
En un gráfico video grabado por un ciudadano, se puede ver cómo Escobar, con una camisa azul, agoniza mientras su ropa se llena cada vez más de sangre. “Está vivo, está vivo”, repite un ciudadano que presenció los hechos. Por otro lado, una mujer afirmó: “Está respirando, dale espacio”.
Después, se ve como un paramédico le recoge los brazos para levantarlo en una camilla. En un momento, el hombre revisa el pulso. En la escena, se puede ver que el celular le timbra y los transeúntes que vieron la escena intentaron contestar. Sin embargo, no tuvieron éxito y el personal de la ambulancia recogió al coronel en retiro.
“Todo sucedió frente a la iglesia donde él se acaba de bajar de un carro, pero dos tipos en moto le dispararon y huyeron rápidamente”, dijo un testigo a El Tiempo.
De acuerdo con diario, la hipótesis de las autoridades señala que el atentado habría sido un atraco en el que dos sujetos, los de la motocicleta, habrían participado. A raíz de la situación los hombres le dispararon al exmilitar a quemarropa. Sin embargo, no se descarta un posible caso de sicariato.
Además, se determinó que la herida letal fue un disparo en el tórax con un revólver calibre 38. Agentes de la Policía de Neiva intentaron perseguir a los responsables pero no fue posible dar con la captura. De acuerdo con Radio Nacional de Colombia, se analizan videos para poder identificar a los delincuentes.
Después de la recogida, el hombre fue trasladado al Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdomo. En dicho lugar, a pesar de parecer con vida en el video, murió por la gravedad de las heridas.
Así encontraron la cabeza de Santiago Ochoa en Valle del Cauca
Algunas manifestaciones de violencia que se han presentado las últimas semanas en Colombia, en el marco de las movilizaciones del paro nacional que comenzó el 28 de abril, han hecho recordar una de las épocas más dolorosas del país, cuya verdad aún no acaba de esclarecerse: la del paramilitarismo.
Este 21 de junio, la cabeza de Santiago Ochoa, un joven de 23 años de edad residente en Tuluá, Valle del Cauca, fue hallada en el interior de una bolsa plástica. Decapitar, bien se sabe, era una práctica de los grupos paramilitares, no en vano que algunos de ellos se autodenominaran los ‘Mochacabezas’. Duele rememorar, entre otras, la masacre de El Salado (Bolívar) en 2000, en la que miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) jugaron fútbol con las cabezas de quienes asesinaron.
La cabeza de Santiago Ochoa, uno de los jóvenes que integraba el grupo de la ‘Primera Línea’ de las movilizaciones en Tuluá, fue hallada en el antejardín de una vivienda en el corregimiento de Aguaclara.
Lo que indican versiones extraoficiales es que ese día, en la mañana, el joven salió en su bicicleta, y se volvió a saber de él solo hasta la noche, cuando su cabeza fue hallada en una bolsa de basura. Su cuerpo aún no ha sido encontrado.
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