El 6 de marzo de 2020, el Ministerio de Salud confirmó el primer caso de covid-19 en Colombia, una paciente de 19 años procedente de Milán (Italia). Y este 21 de junio, un año, tres meses y 15 días después, el país superó las 100.000 víctimas mortales del virus que puso en jaque el mundo.
Con las víctimas de las últimas horas, reportadas por la cartera de Salud, Colombia suma 100.582 muertes por covid-19, siendo el décimo país de todo el planeta con más fallecimientos. Además, algunas poblaciones del territorio nacional como Bogotá siguen padeciendo los estragos de lo que en un comienzo fue el tercer pico de la pandemia, pero que hoy es una meseta.
En ese contexto, el presidente de la República, Iván Duque Márquez, homenajeó a las víctimas durante una eucaristía en la Casa de Nariño. En el evento católico, el jefe de Estado realizó algunas declaraciones que, para algunos, lejos de mostrar su empatía con quienes perdieron la vida y sus allegados, buscaron culpabilizar a los ciudadanos que se manifestaron en las calles en contra del manejo que le dio a la pandemia, la reforma tributaria y la crisis socioeconómica que vive el país: el paro nacional que comenzó el 28 de abril.
“Sabemos que nuestro país vive momentos difíciles asociados con la pandemia, momentos que fueron advertidos oportunamente por las autoridades de salud, porque las aglomeraciones son el principal caldo de cultivo para que esta enfermedad crezca exponencialmente”, manifestó el máximo mandatario de Colombia durante el homenaje.
Pero no se detuvo ahí, sino que prosiguió:
“Es triste decirlo, pero más de 10.000 muertes se hubieran podido prevenir si no hubiéramos tenido aglomeraciones en las últimas seis o siete semanas. Y es triste ponerlo en esta perspectiva: las muertes prevenibles de las últimas seis o siete semanas superan las muertes de los primeros cinco meses de la pandemia”.
Lo que despertó la indignación de algunos sectores políticos y de ciudadanos en general es que le atribuyera miles de contagios a las jornadas de protesta en su mayoría pacíficas, que en cierta medida se llevaron a cabo como manifestación del inconformismo hacia la manera en que manejó la crisis del covid-19. No en vano, mientras países europeos, y latinoamericanos como Argentina, comenzaron la vacunación en diciembre de 2020, en Colombia solo empezó en febrero.
El senador Gustavo Petro, quien encabeza la oposición en el país, fue uno de los que le respondió al presidente. En su cuenta en Twitter, el líder de Colombia Humana manifestó: “Mentiroso. Los contagios se dan en los sitios de trabajo y el transporte público. Usted, Duque, decidió no controlar la enfermedad para que se hicieran ganancias. Su cosecha son 100.000 muertos”.
Petro, sin embargo, no fue el único que reparó en las afirmaciones de Duque. También lo hizo Martín, el hijo del expresidente y premio nobel de Paz Juan Manuel Santos . “Presidente Duque: No puede echarle la culpa a las marchas por las muertes COVID sin incluir también sus días sin IVA y el demoradísimo proceso de vacunación”, trinó.
María Jimena Duzán, líder en opinión en Colombia, tampoco se quedó atrás y cuestionó a Duque por lo que ella denomina su “incapacidad de asumir ninguno de sus fracasos”.
Lo cierto es que, mientras que parte de los colombianos lo critican, Iván Duque se sostiene en decir a los manifestantes que, “no hay necesidad de que levantar esa voz traiga consigo el crecimiento exponencial de contagios y de muertes”.
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