Álvaro Uribe negó la existencia de las chuzadas del DAS

El hecho se registró durante la intervención del líder del Centro Democrático en el juicio contra el exsecretario de prensa César Mauricio Velásquez. Según explicó, nunca hubo intención de afectar a la Corte Suprema de Justicia.

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La figura del exsenador Álvaro Uribe Vélez está llena de controversias que han venido reviviendo durante la última semana. Además del tema de los ‘falsos positivos’, del que se volvió a hablar tras el testimonio de Juan Manuel Santos en la Comisión de la Verdad, al jefe del Centro Democrático se le acaba de reaparecer el fantasma del escándalo de las chuzadas del DAS.

Sucedió durante el juicio que se lleva acabo en contra de César Mauricio Velásquez, secretario de Prensa de la Casa de Nariño durante la presidencia de Uribe, y principal acusado de comisionar al extinto Departamento Administrativo de Seguridad con la tarea de interceptar las comunicaciones de magistrados de la Corte Suprema de Justicia para conocer cualquier movimiento que pudiera afectar al entonces jefe de Estado, o cualquier pieza de información que pudiera usarse para desprestigiar a los funcionarios.

“Este es un problema político. Hombre, aquí lo que hubo fue una gran preocupación por esa acusación contra mi, nunca una intención de ir a afectar a la Corte Suprema. No se puede entender que yo, que soy un hombre deliberante, que delibero, que discuto, que busca opciones, por esa circunstancia estuviera persiguiendo a la Corte Suprema. Menos Cesar Mauricio Velásquez”, advirtió Uribe.

Valga recordar que, de acuerdo con el informe de la Fiscalía de entonces, las interceptaciones ilegales contra el alto tribunal se habrían dado desde 2007, luego de que dicha corporación manifestara su desacuerdo con la búsqueda de una segunda reelección y comenzara a abrir casos contra distintos miembros de la coalición uribista, incluido el exsenador Mario Uribe, primo del entonces presidente, por acusaciones de parapolítica. El hecho se extendió hasta 2009, cuando se descubrieron los seguimientos a llamadas, cuentas bancarias y hasta órdenes para esconder grabadoras en la mesa central de la misma institución.

Las investigaciones derivadas del escándalo, apoyadas por miembros de la agencia de seguridad que se acercaron a la Fiscalía a ofrecer colaboración a cambio de beneficios en el proceso, llevaron a dos nombres clave: Cesar Mauricio Velásquez, exsecretario de Prensa; y Edmundo del Castillo, exsecretario Jurídico, ambos de la presidencia de Uribe.

Ambos habrían ejercido presión sobre el DAS para que este a su vez levantara complejos operativos de vigilancia, específicamente, contra el exmagistrado auxiliar de esa corte, Iván Velásquez, quien se desempañaba como coordinador de las investigaciones por parapolítica. Valga señalar, sin embargo, que las interceptaciones ilegales también se dieron contra líderes de oposición, periodistas, sindicalistas, activistas y reconocidos miembros de la sociedad civil, entre otros.

Por su parte, el propio Uribe explicó este martes 22 de junio que, “la discrepancia que yo tuve con la Corte, que traté de manejarla argumentativamente, era porque para la Corte Suprema había sedición en el caso de los guerrilleros, pero no de los paramilitares. Ese es el origen de la discrepancia”.

En ese sentido, el exsenador del centro democrático insistió este martes 22 de junio en que la función del secretario de Prensa era el de mantenerle informado de temas relacionados con las comunicaciones del palacio, y que el único contacto del mismo con el DAS se daba para elaborar y publicar comunicados de prensa relacionados con la labor de esa agencia. Lo anterior, para argumentar que Velásquez no tenía ni las facultades, ni la autoridad, ni aparentemente el sesgo moral para ordenar las chuzadas.

De hecho, las palabras textuales del mandatario fueron que “Nunca, nunca, eso no corresponde ni a la ética, ni a la moral, ni a la trayectoria de César Mauricio Velásquez, ha sido lo más injusto contra él y contra nuestro Gobierno”.

No obstante, se ha podido comprobar que ambos funcionarios se habían encontrado en la Casa de Nariño con el exparamilitar Pedro Antonio López Jiménez, alias ‘Job’, conocido por ser la mano derecha de Diego Fernando Murillo, alias ‘Don Berna’; y que estaban en contacto con el DAS por el caso del también miembro de las autodefensas José Orlando Moncada, alias ‘Tasmania’, quien emitió una carta asegurando falsamente que el exmagistrado auxiliar Velásquez los estaba presionando para declarar en contra de Uribe.

En la misma misiva, se acusaba a este último de orquestar el asesinato de otro exparamilitar, alias ‘René', por lo que envió al secretario Velásquez al DAS para recoger información que permitiera emitir un comunicado de prensa en el que se diera a conocer dicho texto y la supuesta realidad de todo el asunto. Al darlo a conocer, sin embargo, terminó manchando la reputación de la Corte Suprema de Justicia. Dicho esto, advirtió que, “una cosa es informarse sobre la noticia para elaborar un comunicado ordenado por mí, pero otra cosa es inmiscuirse en asuntos de seguridad, así como tampoco se inmiscuyó en asuntos de política educativa o económica”.

De esta manera, Uribe dedicó su intervención como testigo en el proceso contra los dos funcionarios, negando la participación de ambos funcionarios, y por ende la propia, en el establecimiento de las chuzadas.

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