Algunas manifestaciones de violencia que se han presentado las últimas semanas en Colombia, en el marco de las movilizaciones del paro nacional que comenzó el 28 de abril, han hecho recordar una de las épocas más dolorosas del país, cuya verdad aún no acaba de esclarecerse: la del paramilitarismo.
El pasado 1 de junio, videos compartidos en redes evidenciaron cómo civiles armados, frente a uniformados de la Policía que nada hicieron para impedirlo, dispararon contra manifestantes en Cali. Lo mismo ocurrió a comienzos de mayo, cuando integrantes de la minga indígena, que buscaron unirse a las jornadas de protesta en la capital del Valle, fueron recibidos a tiros por algunos ciudadanos, ante los ojos algunos miembros de la fuerza pública.
Ambos hechos, en su momento, fueron relacionados con lo que ocurría a finales de los años 90 y comienzos de los 2000, época en la que, con complicidad de la fuerza pública, grupos paramilitares atentaban contra la ciudadanía.
Este 21 de junio, de nuevo, fue denunciado un acto de violencia que hace recordar al paramilitarismo. La cabeza de Santiago Ochoa, un joven de 23 años de edad residente en Tuluá (Valle del Cauca), fue hallada en el interior de una bolsa plástica. Decapitar, bien se sabe, era una práctica de los grupos paramilitares, no en vano que algunos de ellos se autodenominaran los ‘Mochacabezas’. Duele rememorar, entre otras, la masacre de El Salado (Bolívar) en 2000, en la que miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) jugaron fútbol con las cabezas de quienes asesinaron.
La cabeza de Santiago Ochoa, uno de los jóvenes que integraba el grupo de la ‘Primera Línea’ de las movilizaciones en Tuluá, fue hallada en el antejardín de una vivienda en el corregimiento de Aguaclara (Tuluá).
Policía descarta participación del Esmad
Aunque del asesinato de Santiago Ochoa ha sido el tema del debate público este 21 de junio, lo cierto es que el hallazgo de su cabeza en Aguaclara se dio el sábado 19 de junio, a eso de las 9 p. m.
Lo que indican versiones extraoficiales es que ese día, en la mañana, el joven salió en su bicicleta, y se volvió a saber de él solo hasta la noche, cuando su cabeza fue hallada en una bolsa de basura. Su cuerpo aún no ha sido encontrado.
En redes sociales circuló el rumor de que había sido detenido por miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía, señalado por ONG como Temblores y Human Rights Watch de abusos de autoridad y presuntos asesinatos de jóvenes durante las protestas del paro nacional. Pero la versión de dicha detención fue desmentida por la institución.
“Es importante aclarar que una vez retornado el orden público en Tuluá, desde hace aproximadamente un mes no existe ningún procedimiento por parte de uniformados del Esmad en este municipio y rechazamos contundentemente los señalamientos irresponsables en redes sociales vinculando a nuestros uniformados con estos lamentables hechos”, sostuvo el coronel Jorge Urquijo, comandante de este institución en Tuluá.
El coronel Urquijo también ofreció una recompensa de $ 10 millones a quienes den información que dé con el paradero de los perpetradores del crimen y aseguró que ya se está avanzando en las investigaciones para dar con los culpables.
En la tarde de este 21 de junio, el presidente de la República, Iván Duque, rechazó el asesinato de Santiago Ochoa,, ratificando el avance de las indagaciones para judicializar a los responsables.
Rechazo en el Congreso
El crimen del que fue víctima Santiago Ochoa ha llevado a algunos congresistas a manifestarse en redes sociales y pedir celeridad en las investigaciones, tal es el caso de Katherine Miranda (Alianza Verde), quien compartió en Twitter: “Aquí condenan por publicar un vídeo y no el crimen que denunciamos. Están matando a quienes protestan en Colombia, Santiago Ochoa de 23 años y miembro de la primera línea fue DECAPITADO. ¡Disculpen mi crudeza al subir el vídeo, pero NOS ESTÁN MATANDO!”.
También se pronunció sobre el aberrante hecho Gustavo Bolívar, quien trinó: “Decapitar un joven para que no proteste por su derecho a la educación y al empleo es la confirmación de la barbarie. En ningún gobierno se había llegado a tal degradación”.
Conforme con el coronel Jorge Urquijo, las autoridades trabajarán para capturar a los culpables en tiempos récord.
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