Pese a que el Acuerdo de Escazú tenía mensaje de urgencia del Gobierno nacional para la ratificación en el Congreso, después de un año de haber sido radicado por el mismo presidente Iván Duque, el proyecto de ley que daba el aval para incluir el pacto en la normativa nacional nunca llegó a votación.
En medio de la ráfaga de proyectos que buscan su aprobación en el Congreso para el final del periodo legislativo el 20 de junio de cada año, el Acuerdo de Escazú llegó sin mayor apoyo. Luego de que los defensores de la iniciativa que protege los derechos ambientales y que fue firmada por Colombia, pidieron programar la votación, se citó una sesión conjunta para el pasado miércoles en la que se proponía finalmente decidir sobre su ratificación.
Sin embargo, ese día las discusiones se extendieron más de lo debido y no fue posible que los congresistas votaran el proyecto. Tanto Paola Holguín como Juan David Vélez, congresistas del Centro Democrático, extendieron su intervención más del tiempo asignado, lo que llevó a que la sesión se cancelara por inicio de Plenaria en el Senado, sin llegar a votación.
El proyecto de Escazú tuvo dos foros en el Congreso para resolver las dudas que se habían presentado, con intervención de ambientalistas y juristas, con el fin de disuadir argumentos como la pérdida de soberanía. Uno de ellos se cumplió en noviembre y otro en el mes de mayo.
Para ese momento, los tiempos ya estaban ajustados para que el proyecto de ratificación cumpliera los cuatro debates necesarios. Ni siquiera se logró cumplir con una primera votación para darle vida al proyecto y se hundió en esas mismas discusiones.
Este domingo 20 de junio se culminó la legislatura por lo que el proceso quedará archivado en los anales del Congreso y será necesario que el Gobierno nacional, único competente, lo vuelva a radicar si tiene intención de que sea ratificado.
Para el senador Antonio Sanguino, uno de los principales impulsores del pacto regional ambiental y ponente en la cámara alta del Congreso, se trató de una maniobra política por parte del partido Centro Democrático para evitar que se votara el proyecto de ratificación.
“Hoy quedó en evidencia la estrategia del Centro Democrático de hundir el Acuerdo de Escazú; un instrumento internacional que no les gustaba porque protegía el ambiente, el territorio y la vida y labor de los defensores ambientales”, aseguró Sanguino el pasado 19 de junio.
Según él, el senador Vélez permitió que se dilatara la sesión del pasado miércoles hasta impedir la votación y las comisiones no citaron sesión para anunciar el proyecto y poder realizar una sesión conjunta de las Comisiones Segundas para este domingo 20 de junio y darle vida a la iniciativa.
“Todas estas maniobras dilatorias y este saboteo han sido permitidos por el presidente Iván Duque que se lavó las manos radicando el proyecto de ratificación con mensaje de urgencia y ha dejado que se hunda por el saboteo de su propia coalición en el Congreso, eso debe quedar claro, el presidente debe dejar de engañar a la comunidad internacional y la ciudadanía diciendo que apoya Escazú y permite estas maniobras,” señaló Sanguino.
Por su parte, el senador Feliciano Valencia también firmante de la ponencia positiva, rechazó los intentos de los Presidente de las Comisiones Segundas de dilatar la discusión y votación del proyecto de ratificación de Escazú y pidió a todos los sectores políticos avanzar en lograr Escazú. “Es momento de abandonar las pretensiones de hundir Escazú sin darle la oportunidad que sea votado y que se demuestre quiénes están a favor y en contra de este Acuerdo”.
El Acuerdo de Escazú, que es el mecanismo regional para el cumplimiento del punto 10 de Río+20 fue firmado por 24 países, entre ellos Colombia, pero hasta el momento solo la mitad lo han ratificado: Argentina y México, los últimos, como ya lo habían hecho Antigua y Barbuda, Bolivia, Ecuador, Guyana, Nicaragua, Panamá, Saint Kiss y Nevis, San Vicente, Granadinas, Santa Lucía y Uruguay.
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