El temido narcotraficante Pablo Emilio Escobar Gaviria fue una de las caras más visibles del terrorismo que vivió Colombia entre los años ochenta y noventa de la mano de las guerrillas, los grupos paramilitares (algunos financiados por él) y la guerra por el control de la cocaína.
Este hombre nacido en Rionegro, Antioquia, el 1 de diciembre de 1949, llegó al Congreso de la República en 1982 para limpiar su imagen de las acusaciones que ya corrían por sus delitos, los mismos que lo sacaron del legislativo y lo pusieron en la mira del mundo entero. Además de carros bomba, presuntos atentados contra un avión y magnicidios, Escobar llegó a secuestrar a líderes y personas importantes en el panorama político y mediático nacional para intimidar.
Hace unos meses se revivió la historia del cruel asesinato del Procurador General de la Nación, Carlos Mauro Hoyos, un crimen que empezó el 25 de enero de 1988 cuando el cartel de Medellín raptó al funcionario y posteriormente, John Jairo Velásquez Vásquez, alias ‘Popeye’, hombre de confianza de Pablo Escobar le dio de baja.
En 2013, el mismo ‘Popeye’ confesó cómo fue que planearon el hecho y aseguró que el secuestro se hizo porque el narcotraficante quería hacerle un “juicio político por traición a la patria a Hoyos”. Esto porque, según contó el sicario, Escobar le pagaba al procurador para que se opusiera a la extradición a Estados Unidos de los colombianos, pero al mismo tiempo recibía dinero la DEA para apoyar al Gobierno con que pudieran extraditar a los narcotraficantes.
Ante el secuestro, el gobierno de Virgilio Barco pidió al Ejercito que se rescatara a Hoyos quien estaba escondido en una finca cercana, acción que le molestó a Escobar y ordenó la muerte del procurador como sentencia, fue ‘Popeye’ el encargado de esta muerte, según contó, salió a la finca donde estaba escondido el hombre y ante los retenes militares que había, se hizo pasar por estudiante y así llegó hasta el lugar, allá le disparó tres veces al hombre y dejó su cuerpo en una cañada.
Los tacones de Pablo Escobar
Pero las historias continúan, en redes sociales se sigue hablando de la vida de Escobar, en especial su ex esposa, Victoria Eugenia Henao, que se cambió el nombre por el de María Isabel Santos, comparte varias intimidades de lo que era la vida del narcotraficante.
En esta ocasión, contó que el hombre tenía un complejo tan grande con su estatura ya que según él era muy bajito, medía 1.67, y por esta razón usaba zapatos especiales con tacones ocultos de 4 centímetros de altura que mandó a hacer especialmente para él y para no verse opacado por las reinas de belleza y modelos con las que compartía. Además, aseguró que le molestaba mucho un apodo que su hermano le tenía.
“Mi hermano lo molestaba mucho y lo llamaba ‘banano’. Era el único momento en el que lo veía enojadísimo. Las reinas y las modelos con las que salía, median 20 centímetros más que él”, relató Victoria Eugenia Henao, en una de sus publicaciones.
Entre sus secuestros y muertes también sale el nombre de Diana Turbay, directora y presentadora del Noticiero Criptón, quien fue secuestrada el 20 de agosto de 1990 por ‘Los Extraditables’, un grupo de narcotraficantes entre los que estaban el Cartel de Medellín, liderado por Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha, Carlos Lehder y los hermanos Ochoa. El hecho contra Turbay se dio para presionar al entonces presidente de la República, César Gaviria, para no seguir adelante con el tratado de extradición. A Turbay la engañó el mismo Escobar asegurando que se iba a reunir con el guerrillero el ‘Cura Pérez’ para una entrevista. Diana murió en 1982 tras una bala que la impactó en medio de un operativo de rescate.
‘Los Extraditables’ nacieron bajo bajo la famosa frase “preferimos una tumba en Colombia que una cárcel en Estados Unidos”.
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