En restauración permanecen las esculturas de Bogotá que se afectaron en las protestas del paro nacional

Expertos proponen crear nuevos monumentos en los que prevalezca el mestizaje. Los Misak, comunidad que las ha derribado, señalan que es una reivindicación histórica

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La estatua del hidalgo Gonzalo
La estatua del hidalgo Gonzalo Jiménez de Quesada es una de las que está siendo restaurada en la Estación de la Sabana. Foto: Colprensa

Uno de los hechos que más ha generado polémica en las protestas del paro nacional ha sido el derribo de las esculturas que representan personajes históricos como la de los hidalgos Gonzalo Jiménez de Quesada o Sebastián de Belalcázar, lo que ha provocado una discusión porque esas acciones se consideran vandalismo, pero es una reivindicación histórica para la comunidad Misak, cuyos integrantes las han tumbado de sus pedestales.

En el informativo de televisión Noticentro Uno CM& señalaron que las esculturas afectadas en Bogotá, la de Jiménez de Quesada de la plazoleta del Rosario, el Bolívar Ecuestre del monumento de los Héroes, y las de la Reina Isabel y Cristóbal Colón se encuentran en la actualidad en la Estación de la Sabana donde están siendo restauradas.

En el caso de la de Bolívar, la Alcaldía de Bogotá la retiró porque podría causar un accidente debido a que fue quemada y su estructura tenía amenaza de ruina. Mientras que la de la reina Isabel y la de Colón fueron retiradas por el Ministerio de Cultura.

Estas acciones abrieron una discusión sobre lo que se debería hacer con estas esculturas que representan figuras históricas.

Para los Misak, derribarlas es un acto de reivindicación, ya que consideran que sus ancestros fueron víctimas de esos personajes.

“El que está defendiendo a las estatuas, el que está sintiendo agredido es porque no tiene una memoria de país, de los orígenes”, dijo en Noticentro Uno CM& Didier Chirimuscay, comunero del pueblo Misak.

Sin embargo, para expertos se trata de una mala interpretación de la historia que impacta negativamente al espacio público.

“El país no puede darse el lujo de desbaratar todas las plazas y parques, o desmontar su espacio público y construido, también socialmente, por una mala interpretación”, señaló Rubén Hernández, arquitecto experto en patrimonio cultural en Noticentro Uno CM&.

Para otros expertos en patrimonio no se debe pretender destruir las esculturas, más bien se debe buscar darles un nuevo significado.

“No condenar el objeto a partir de ese juicio histórico que se hace, es decir el objeto puede ser resignificado, la información sobre el personaje”, afirmó Alberto Escovar, Director de Patrimonio del Ministerio de Cultura.

En ese orden de ideas, otra de las opciones es la de crear nuevos monumentos en los que el mestizaje sea lo predominante.

“Querer tumbarlas es como borrar un momento de la historia. Más que deshacernos de ellas, lo que creemos es que hay que gestar nuevos monumentos, nuevos símbolos, y esculturas de nuestro mestizaje”, agregó Liliana Bonilla, miembro del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.

En el informe de Noticentro Uno CM& indicaron que en el país hay 15 de estas esculturas afectadas en las protestas.

En Cali, por ejemplo, uno de sus íconos, la escultura en representación de Sebastián del Belalcázar que se erigía en un pedestal que se ubica en el occidente de esa ciudad fue derribado en el primer día del paro nacional y su destino se define en mesas de trabajo.

Igual suerte corrió la escultura de Antonio Nariño en Pasto (Nariño), a la que tumbaron el pasado sábado 1° de mayo, es resguardada en la sede de la alcaldía de esa ciudad, también mientras deciden si la reinstalan.

Y si bien en Popayán (Cauca) también derribaron otra escultura de Belalcázar que se ubicaba en un pedestal en el morro del Tulcán de esa ciudad, en esa ocasión meses antes del paro nacional, allí como en las otras ciudades están a la espera de tomar una decisión de qué hacer con la estatua.

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