La asociación de madres de los mal llamados ‘falsos positivos’ de Colombia (Mafapo) se pronunció este viernes ante las declaraciones entregadas por el expresidente de la República Juan Manuel Santos ante la Comisión de la Verdad, sobre las ejecuciones extrajudiciales mientras se desempeñaba como ministro de Defensa.
En la tarde este viernes, las madres de los jóvenes que fueron asesinados por miembros del Ejército Nacional y presentados como bajas en combate, le solicitaron una reunión al exmandatario, quien se desempeñó como jefe de las Fuerzas Militares entre 2006 y el 2009, en la presidencia de Álvaro Uribe Vélez, para que las mire a los ojos.
“Esperamos una reunión donde nos vea a los ojos Juan Man Santos. Más de 13 años gritando que nuestros hijos no eran guerrilleros. Por fin lo escuchamos de su boca. Queremos reiterar que nos lanzaremos al Congreso. Ahora nuestra voz es la de miles de víctimas en todo el país”, indicó la asociación de madres.
Mafapo había anunciado horas antes de comenzar el proceso de contribución de Juan Manuel Santos ante el presidente de la Comisión de la Verdad, el sacerdote jesuita Francisco De Roux, que esperaban “un poquito” del primer mandatario durante este encuentro para esclarecer lo que pasó.
En ese mensaje previo al diálogo le solicitaron que dijera la verdad y que le pidiera perdón a cada una de las madres a las que “Uribe, Montoya y usted les quitaron a sus hijos. Hoy realmente puede cambiar la historia. Por la memoria de nuestros hijos, diga la verdad” señalaron las madres de los jóvenes.
“No, no estaban recogiendo café. Estaban trabajando en la informalidad, estaban pidiendo un cupo en la universidad, estaban desempleados. Nuestros hijos fueron engañados, torturados y revictimizados por varios líderes políticos y parte de la sociedad”, aseveraron las madres de Mafapo, haciendo referencia a una declaración del expresidente Álvaro Uribe.
Por su parte, Juan Manuel Santos aseguró, al culminar su testimonio, que se había hecho todo lo “humana y legalmente posible” para detener las ejecuciones extrajudiciales, que se encuentran siendo investigadas por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) como uno de los crímenes priorizados dentro del conflicto armado.
“Me queda el remordimiento y el hondo pesar de lo ocurrido durante mi ministerio. Lo reconozco y les pido perdón a todas las familias víctimas de este horror, desde lo más profundo de mi alma”, concluyó el expresidente.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) anunció que entre 2002 y 2008, fechas en las que era presidente Álvaro Uribe, se presentaron 6.402 falsos positivos, jóvenes que fueron engañados para ser asesinados por miembros del Ejército y presentados como integrantes de la desmovilizada guerrilla de las Farc para obtener beneficios.
Juan Manuel Santos aporta su verdad sobre los falsos positivos
El expresidente empezó su discurso asegurando la importancia que tiene para el país y sobre todo para las víctimas, la verdad sobre los casos de falsos positivos. “La verdad por difícil que sea es la base de la reconciliación”, sostuvo.
Santos explicó que hablaría explícitamente sobre lo que compete a su gestión como ministro de Defensa. “Les quiero compartir mi verdad, como yo vi las cosas como las viví, sobre los problemas que enfrentamos y las medidas que tomamos en el MinDefensa en materia de derechos humanos en general y en particular de cómo investigamos y detuvimos esa macabra modalidad conocida como falsos positivos”, señaló.
Para el exmandatario esa no es una historia fácil de entender no solo porque es inconcebible que hombres del Ejército hayan cometido y tolerado estos casos, sino porque se dieron en paralelo dos fenómenos contradictorios: “Una mejoría de las tropas gracias a su entrenamiento en derechos humanos y una tendencia opuesta asociada a ciertas unidades y ciertas regiones a cometer homicidios y ejecuciones extrajudiciales”, explicó Santos.
El expresidente contó que compartía con Uribe la tarea de acabar con la guerrilla de las Farc, pero que en el método no concordaban. “Uribe era el presidente y yo su subalterno”, sentenció. Para Santos, que Uribe no reconociera el conflicto armado, dificultaba su estrategia pues significaba que no se podían aplicar las leyes de la guerra sobre bombardeos que permite el derecho humanitario en caso de conflictos armados.
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