Este sábado 12 de junio se conmemora el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil y si bien este flagelo para los menores colombianos se ha reducido en los últimos 9 años, expertos de la Universidad del Rosario temen que por la pandemia del nuevo coronavirus sars-cov-2 y las consecuencias económicas que ha desencadenado, niños, niñas y adolescentes se vean obligados a laborar.
En un informe de RTVC Noticias, informativo de la Televisión pública de Colombia, con base a las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) se señaló que de los 10′756.000 menores entre los 5 y 17 años del país, hay 523.000 trabajando, es decir el 4,9 por ciento. De ellos, 242.000 estaban en las ciudades y los municipios, mientras que 281.000 estaban en las zonas rurales.
Según esos datos del Dane, desde el 2012 se ha reducido a un dígito el trabajo infantil pasando de 10,2 por ciento a 7,3 por ciento en 2017, y a 4,9 por ciento el año pasado. En RTVC Noticias reseñaron también que el 40 por ciento de los menores que trabajan lo hacen por obligación, ya que deben aportar dinero a sus familias.
Precisamente por esta razón, que posiblemente se vea exacerbada por la emergencia sanitaria, en el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario y la Alianza Economía Formal e Inclusiva (EFI) publicaron un informe en el que se manifestó la preocupación de que haya retrocesos en los avances en contra de ese fenómeno que afecta los menores colombianos.
“Una de los principales preocupaciones es que, en el contexto de la crisis económica y sanitaria, se puede ralentizar la tendencia de reducción progresiva de la tasa de trabajo infantil, que en el contexto de crecimiento de las tasas de desempleo y la presión a la informalidad, aumenta la vulnerabilidad de los niños y niñas, y la exposición a las peores formas de trabajo infantil, dada la correlación del aumento en las tasas de informalidad y el incremento en las tasas de trabajo infantil”, explicó Andrés García Suaza, uno de los investigadores del Observatorio Laboral del Rosario y la Alianza EFI.
También indicaron que posiblemente impactará negativamente a la reducción del trabajo infantil el nulo acceso a las tecnologías de la información que hay en algunas poblaciones del país, para que los menores puedan estudiar.
“Dado el aumento en las cargas de cuidado familiares, los aumentos en las tasas de desempleo e informalidad en concordancia con la interrupción de los procesos educativos, el cierre de colegios y escuelas en el ámbito de la brecha digital que profundizan las barreras de acceso a educación que demanda acceso, no solo a equipos para la conexión, sino a esquemas de formación de habilidades para su utilización”, comentó Diana Londoño, otra de las investigadoras del Observatorio Laboral del Rosario y la Alianza EFI.
El retorno a la educación por parte de los menores que se vieron obligados a trabajar, será entonces uno de los retos, de acuerdo con el análisis de los expertos de la Universidad del Rosario.
“La ausencia de amortiguadores sociales y esquemas de sustitución de ingresos en períodos de crisis, presiona el aumento del mecanismo compensador de ingresos en los hogares del trabajo infantil. En el mismo sentido, el regreso a ciclo escolar de los menores que lo abandonaron, en la emergencia sanitaria, constituye uno de los principales desafíos en el contexto de la reactivación económica”, agregó Iván Daniel Jaramillo Jassir, otro de los investigadores de Observatorio Laboral del Rosario.
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