Las segundas oportunidades se han convertido en un lema de vida, no solo para quienes caminan libremente por las calles del país, sino para las miles de reclusas que se encuentran en las cárceles de Colombia.
Cada vez son más las iniciativas que se conocen de personas privadas de la libertad que encuentran desarrollando labores en la agricultura, la panadería, las artes y otras actividades como una forma de sustento y apoyo para continuar con su vida de la manera más estable posible.
Los textiles y la costura son otro de los ejemplos que las mujeres de la cárcel de Pereira le están dando a los ciudadanos, no solo para demostrar que sí se puede cambiar, sino para enviar a las casas de los colombianos una prenda fabricada con sus propias manos.
Estas reclusas son el apoyo y la extensión de Co&Tex, la empresa que confecciona el 95 % de las prendas que vende la firma de moda colombiana Arturo Calle. Ellas elaboran dos de los principales productos de la marca: bóxer y jeans en dril.
Karen Martínez, una de las reclusas de la cárcel de Pereira que participa en este trabajo afirmó en Noticias Caracol que esta “es una oportunidad de aprendizaje y también económico para nosotras sostenernos aquí y poder ayudar a nuestra familia afuera, porque la situación está más difícil”.
Diego Pineda, presidente de la firma Co&Tex, empresa de Arturo Calle, explicó en el noticiero que, “las empresas se tienen que hacer cargo de las instituciones para poder trabajar en pro de que los internos tengan un ingreso y las familias tengan con qué mantenerse para que no tengan que salir a delinquir”.
Ellas comenzaron confeccionando los uniformes para los reclusos hombres y por eso han mostrado poco a poco su avance en la fabricación de otras prendas. De acuerdo con el informe del noticiero, varias de ellas ya han pasado las pruebas del uso de las máquinas de corte para producir cada uno de los productos que se venden en cientos de almacenes de la marca colombiana.
“Es una mano de obra calificada, de alta calidad y con muy buena disposición y eso nos ha llevado a pensar no solo en el proyecto de la penitenciaría de mujeres de Dos Quebradas, sino también mirar a ver qué podemos hacer con las penitenciarías de Manizales y Quindío”, expresó Pineda en Noticias Caracol.
Por su lado, el ministro de Justicia, Wilson Ruiz, quien estuvo haciendo un recorrido por la cárcel, dijo en el noticiero que, “La idea es poder continuar (con este proyecto) por todo el Eje Cafetero, incluido Armenia, Caldas, Manizales y seguir por otras partes del país cumpliendo esta labor”.
Otras formas de vivir las segundas oportunidades
Además de la confección, los libros han sido otra de las formas en las que las reclusas de las cárceles en Colombia han encontrado una nueva forma de vivir.
Se trata de “Libros de Esperanza”, la campaña liderada por Juan Pelb, escritor manizaleño quien bajo la premisa de “Piensa en un libro que haya puesto a volar tu imaginación”, han logrado recolectar más de 4.000 libros, durante los cuatro meses que han corrido del año y busca beneficiar a todas las Reclusiones de Mujeres del País.
De acuerdo con el Inpec, el propósito es dotar cada mes una biblioteca de los 12 Establecimientos Carcelarios escogidos, de los cuales ya se han beneficiado las Reclusiones de Manizales, Pereira, Armenia y en este momento Medellín. Los textos más destacados son novelas, cuentos, poesía, ensayos, enciclopedias y libros académicos.
Para hacer parte de esta iniciativa, solo se necesita voluntad, no importa si los libros son nuevos, también lo pueden hacer con libros que hayan leído y estén en muy buen estado. Finalmente, lo más representativo de esta donación son los mensajes de dedicatoria dirigidos a las privadas de la libertad, con el fin de hacerlas sentir valiosas y extraordinarias.
Si le interesa conocer más de esta iniciativa puede ingresar a la página www.inpec.gov.co y enterarse de cómo realizar la donación.
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