Argentina no se amilanaría por jugar en Barranquilla y saldría a proponer un juego intenso: es su estilo. Pese a que la saga defensiva de Colombia lo sabía, le faltó concentración recién comenzó el compromiso y las consecuencias se vieron los primeros ocho minutos, cuando el combinado tricolor ya perdía 0-2.
El primer gol del partido llegó por vía aérea, la misma que fue una fortaleza del combinado tricolor en el partido con Perú. Tras un cobro de tiro libre de Rodrigo de Paul desde la banda derecha, Sergio ‘Cuti’ Romero anticipó a Yerry Mina con un espectacular sostenido y mandó a guardar la esférica al fondo de la red: fue el tanto más rápido de estas eliminatorias, al minuto dos.
Colombia, lejos de recuperarse del golpe, permaneció anonadado y literalmente vio cómo, en el minuto ocho, Argentina anotó el segundo gol. Luego de un tiro de esquina cobrado por Lionel Messi y una serie de rebotes, tanto los defensas como los mediocampistas no pudieron detener a Nicolás González, quien asistió a Leandro Paredes para que marcara.
Reinaldo Rueda lucía ansioso, el equipo no se recuperaba y estuvo más cerca de recibir el tercer gol que de acercarse al descuento. Luis Fernando Muriel reemplazó a Jefferson Lerma en el minuto 30, pero el trasegar del juego poco cambió. David Ospina le atajó una pelota clara a Lautaro Martínez al minuto 26 y luego un tiro libre a Messi.
La superioridad de Argentina se notó en el desespero de los colombianos, dos en especial: Mina, con un piscinazo en el área defendida por Argentina que le pudo costar la expulsión, pues ya tenía tarjeta amarilla, y Duván Zapata, por un codazo innecesario contra un defensa rival.
El primer tiempo terminó con destellos de magia de Cuadrado y Muriel, quienes, con su potencia y gambeta, pusieron a sufrir a la albiceleste. Pero faltó la concreción de aquello que se roba sonrisas en el fútbol: el gol.
Rueda sacó lo que tenía en los bolsillos
Lucho Díaz, Gustavo Cuéllar y Duván Zapata fueron retirados del campo de juego para darle paso a Edwin Cardona, Wilmar Barrios y Miguel Ángel Borja. El DT colombiano no escatimó sus recursos en el banco de suplentes para revertir el resultado y, en el minuto seis de la segunda parte, la movida de fichas le funcionó. El equipo aumentó su presencia ofensiva y, de penal, Muriel descontó.
Luego del descuento, los colombianos tomaron el control del juego. Cardona —con el dorsal ’10′— administró el balón, Cuadrado abrió las puertas con su movimiento de cadera y Muriel incomodó, pero al igual que Zapata en el primer tiempo, erró unan opción clara de gol.
Ospina, con su capa invisible, voló tres veces: en el minuto 57 para atajarle un tiro libre a Messi, en el 64 para ahogarle la celebración Lautaro Martínez y en el 84 para decirle no, de nuevo, a Lionel.
Mientras Colombia se acercaba al pórtico de Agustín Marchesín —quien reemplazó a Emiliano Martínez, trasladado a la Clínica Portoazul tras un golpe con Yerry Mina— los argentinos no hicieron sino quemar tiempo: en el saque de meta, con las manos desde las bandas y en los cobros de tiros libres. Roberto Tobar, el árbitro del compromiso, lo permitió.
Quienes creen en Dios y en la justicia divina pueden decir que en este juego, funcionó. Tanto quemó tiempo la albiceleste que, en el minuto 90+4 —de 5 de adición—, Miguel Ángel Borja se impuso de cabeza tras un centro de Cuadrado y empató. No hubo tiempo para más. El empate pareció justo para Colombia, que con buen fútbol y gallardía, supo sobreponerse al marcador adverso.
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