En Colombia han caído más de ocho estatuas desde que inició el paro nacional el pasado 28 de abril, la primera que fue derribada fue el monumento a Sebastián de Belalcázar en Cali ese primer día. Luego otro de los más sonados fue la caída de Gonzalo Jiménez de Quesada en Bogotá, pero esta vez se reportó que una de las ‘Gordas de Botero’, ubicada en Bucaramanga, fue pintada.
Esta obra del artista antioqueño Fernando Botero le costó al municipio tres mil millones de pesos hace 11 años y no es la primera vez que es intervenida o rayada por las personas. Esta vez ‘la gorda’ fue pintada en las piernas y pies con pintura roja, verde y amarillo. La obra ubicada en el Parque San Pio de la capital de Santander, tiene 3.55 metros de alto y pesa una tonelada.
La última vez que fue pintada arbitrariamente fue en unas movilizaciones de 2017 por parte de estudiantes de la Universidad Industrial de Santander (UIS). En esa ocasión la escultura recibió pintura roja en sus uñas y la restauración costó más de 22 millones de pesos.
En la mañana de este miércoles, la Secretaría de Gobierno de Bogotá denunció que un grupo de indígenas Misak intentó derribar la estatua de Cristóbal Colón, ubicada en la Avenida el Dorado con Carrera 100. De acuerdo con lo que explicó la entidad, los ciudadanos no pudieron cumplir su cometido, pues la Policía Nacional intervino.
En video quedó registrado el momento en el que algunos ciudadanos pertenecientes a la comunidad Misak están al rededor del monumento, mientras que un hombre hace forcejeos con la pieza. En videos grabados por la ciudadanía, desde otros ángulos, se ve a una cantidad considerable al rededor de la estatua.
Paralelo a ello, ciudadanos denunciaron, en redes sociales, que la intervención de la Policía habría sido violenta en contra de los indígenas, y que ahora hay una barrera humana, hecha por los uniformados, para evitar que el monumento sea modificado de una u otra manera.
“Apreciados amigos de la comunidad Misak, bienvenido un debate pacifico y democrático sobre la transformación cultural y de símbolos de nuestra historia, pero no por tomas violentas, que tanto daño han hecho, sobre todo a sus propios pueblos. La transformación cultural es de todos”, señaló la alcaldesa de Bogotá, Claudia López en su cuenta de Twitter.
Con estas son al menos 10 estatuas que han sufrido daños o sido derribadas por los manifestantes en medio del paro nacional. Se suma la quema de la de Simón Bolívar en Los Héroes, al norte de Bogotá y la caída de la de Francisco de Paula Santander en Popayán hace un mes. Además de las de Cali y Bogotá, tumbaron el busto del fundador de Neiva, Diego de Ospina y la estatua del expresidente Misael Pastrana, precisamente en esa ciudad.
El 1 de mayo cayeron también la del prócer Antonio Nariño, en Pasto y del senador Gilberto Alzate Avendaño en Manizales. El 2 de mayo le llegó turno al libertador Simón Bolívar en Cumbal, Nariño; mientras que el 4 de ese mismo mes cayó la del esclavista Julio Arboleda Pombo, también en Popayán.
En su momento varios habitantes de Pasto se manifestaron por la caída de Nariño, “¿Por qué quitar la estatua de Antonio Nariño? Estuvo al mando de la batalla de los Ejidos y mataron más de 3.500 pastusos. Nariño perdió y los pastusos no lo mataron a cambio de hacer un acuerdo pacífico con Bolívar. No lo hizo, al contrario, apoyó atacar con más fuerza, nos masacraron”.
“Cuando leo a toda esa gente que se burla de mis paisanos por tumbar a Antonio Nariño, ratificó la idea de que el mayor problema de este país es la ignorancia. Él pudo traducir los DDHH pero promovió el genocidio del pueblo pastuso aún cuando este lo liberó y le perdonó la vida”, contó otro usuario.
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