Encapuchados retuvieron 4 buses del servicio público de la capital tolimense en horas de la noche del pasado 8 de junio para proceder a vandalizarlos ante la comunidad que reside en las inmediaciones de la Universidad del Tolima.
Reportes ciudadanos registraron videos de las acciones realizadas por dicha turba contra los vehículos antes de la aparición del Esmad que logró contener lo que hubiera sido un escalamiento de la violencia en dicho sector de la ciudad.
No obstante, uno de los transportes quedó incinerado a las puertas de la institución de educación superior, lo que motivó un duro pronunciamiento por parte de las autoridades académicas, que rechazaron el vandalismo que se “aprovecha de la autonomía universitaria” para generar este tipo de incidentes.
La Policía Metropolitana no reportó heridos por causa de los actos vandálicos.
De otra parte, en la capital del Tolima se presentó otra noticia relacionada con acontecimientos ocurridos durante el paro nacional, que completó 40 días, uno de los más extensos de la historia reciente de Colombia.
Por el homicidio del joven Santiago Murillo fue imputado el mayor de la policía Jorge Mario Molano el pasado 1 de mayo en Ibagué.
Según el ente investigador, el uniformado disparó contra el joven de 19 años, quien caminaba tranquilamente por una zona de la ciudad.
Otro factor que desencadenó la investigación son los testimonios de amigos del joven, quienes relataron que la Policía se negó a atender a Murillo cuando fue impactado por arma de fuego.
Lo que condujo a su muerte, siendo uno de los casos que más ha llamado la atención de la opinión pública como un hecho de brutalidad policial ocurridos durante los estallidos sociales.
En versión entregada por la emisora W Radio, Jorge Mario Molano Bedoya habría sido quien disparó contra el joven.
Según la Fiscalía Delegada de la Unidad de Vida, “se estableció con elementos probatorios que el disparo es producido desde el lugar donde se ubicaba el oficial mayor Molano Bedoya, quien sin ninguna situación o amenaza que ameritara el uso de la fuerza al extremo, dispara contra la humanidad de Santiago Andrés Murillo”.
Esta información se conoció durante una audiencia judicial, en la que también se confirmó que el oficial fue detenido junto al teniente Andrés Parra, quien en la noche del asesinato de Murillo estaba frente a la librería Panamericana de la zona, donde disparó contra el joven.
Los uniformados llegaron porque los manifestantes estaban arrojando piedras contra la papelería. Acto seguido dispararon, primero al aire y luego al suelo, para poder asustar a la gente.
La Fiscalía aseguró que en ese momento se aprecia a unas tres a cinco personas que se desplazaban hacia la marcha “y una de sexo masculino que caminaba solo y despacio por la acera peatonal del carril bajando” es impactada por un tiro.
Por estos hechos, el fiscal Francisco Barbosa dijo que desde el ente investigador no se permitirá que los procesos por violaciones a los derechos humanos estén fuera de la justicia ordinaria, en otras palabras en la Fiscalía.
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