Luego de seis meses de seguimientos, investigadores del Gaula de la Policía lograron dar captura a Juli Muñoz, una mujer, reconocida como ‘la madame’, que se convirtió en el terror de algunos ciudadanos de Bogotá por el crimen de extorsión. La mujer, que ya se encuentra en manos de las autoridades, hacía parte de una banda que, bajo la modalidad de ‘falsa encomienda’, obligaban a las personas a pagar altas sumas de dinero para no ‘cobrarles multas’. La organización delincuencial utilizaba documentos con membretes de organismos judiciales.
En el operativo, en el que se detuvo a la mujer, también se le dio captura a alias ‘Azafata’, ‘La Despachadora’, ‘Fedex’, ‘El transportador’ y ‘El Mayor’, estas personas fueron capturadas en mayo por hombres del Gaula, en operativos simultáneos realizados en las localidades Rafael Uribe, Engativá, Puente Aranda, Bosa y Los Mártires. Los investigadores, que estaban detrás de la pista de la banda delictiva, llegaron hasta el barrio Santa Lucía, en el sur de Bogotá, en donde fue capturada Juli que, además, tiene 20 anotaciones y 9 denuncias por el delito de extorsión, y sería responsable del cobro de dichas extorsiones en diferentes sucursales bancarias y empresas de giros.
De acuerdo con la investigación hecha por la autoridad, ‘La Madame’ y sus socios recaudaban, en promedio, una cifra que ascendía a los 170 millones de pesos mensuales.
Un caso en particular que se resaltó, respecto a una de las víctimas de La Madame, fue el de un hombre que fue contactado por una supuesta familiar, desde los Estados Unidos, a través de una red social. La mujer lo convenció para que le enviara sus datos personales pues, según ella, le iba a enviar, a Colombia, unos regalos.
A los pocos días, luego de este primer contacto con la presunta familiar, el hombre fue contactado por una persona que se identificó como un funcionario de una empresa de envíos internacionales. El presunto empleado de esa empresa le manifestó al hombre que, en su contra, recaería una investigación porque la mercancía que le había enviado su supuesta familiar, desde los Estados Unidos, excedía el peso permitido. La investigación, sin embargo, no se realizaría si el hombre estaba dispuesto a pagar una multa. La víctima, por miedo a la supuesta investigación, envió el dinero. Este pago, era tan solo el inicio de un ciclo de pagos extorsivos.
Luego de que el hombre le entregara el dinero de la multa al supuesto funcionario de la mensajería, fue contactado por un presunto empleado de la DIAN que le expresó que le abrirá una investigación penal porque la mercancía a su nombre excedía el valor permitido para ingresar al país. La víctima accedió a pagar de nuevo, una multa, para evitar tener problemas con la ley.
Posteriormente, el hombre recibe una nueva advertencia respecto a que, en el paquete que le había enviado una supuesta familiar, venía un dinero oculto, por lo que había una orden de captura en su contra por el delito de lavado de activos. Para evitar esto, otra vez, la víctima fue extorsionada, y accedió a enviar más dinero.
En un último paso de todo el proceso criminal del que fue víctima, el hombre recibió la llamada de un supuesto agente de la policía que le aseguró que estaba enterado de toda la situación, y que si no accedía a pagar una nueva cantidad de dinero, sería encarcelado. El hombre hizo el pago.
La suma de dinero de las cuatro extorsiones, de acuerdo con la autoridad, llegó a los 60 millones de pesos. Según lo informado por el portal Noticias Día a Día, el hombre, en medio del desespero, había intentado quitarse la vida. Los delincuentes, por su parte, ya se enfrentan a la justicia colombiana.
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