El conocido “capo” turco Sedat Peker, que en su momento pago una condena de 14 años de cárcel y actualmente se encuentra libre, ha acusado en uno de sus videos que altos cargos del Gobierno de Turquía, entre ellos el ex ministro Binali Yildirim, su hijo Erkam Yildirim y el actual ministro Süleyman Soylu, están vinculados con el negocio de tráfico ilegal de cocaína desde Colombia
Según el criminal fugitivo y que presuntamente se encuentra en Dubai, el ministro del Interior, Süleyman Soylu, al que muchos consideran un potencial sucesor del actual presidente esta relacionado con un cargamento que se decomiso en Colombia el año pasado que tenia por destino Turquía y del que nunca se dijo mayor cosa.
“En Colombia se incautaron 4 toneladas y 900 kilos de cocaína. Se ha anunciado que se enviará al puerto de Ambarli en Turquía, a una empresa química. No existe ninguna operación sobre el lugar a entregar en Turquía. ¿Por qué no hay operación?”, señaló el sujeto.
Por lo que de acuerdo con sus acusaciones, Erkam Yildirim, que es armador, viajó a Venezuela “fuera del control de la DEA [Administración de Control de Drogas] estadounidense”, para establecer una nueva ruta de contrabando ante las numerosas incautaciones de cocaína ocurridas en Colombia en el último año.
Ante las acusaciones Binali Yildirim señaló que lo dicho por el capo es “insultante” y explicó que su hijo fue a Caracas en diciembre, pero para entregar “mascarillas y test” para ayudar al país en la lucha contra el Covid-19. Varios periodistas turcos han llamado la atención sobre la opacidad de la empresa armadora de los Yildirim, que tiene al menos 11 buques gestionados desde paraísos fiscales, y de que no existe constancia aduanera de la exportación de mascarillas a Venezuela en ese periodo.
Peker, agregó además, que la cocaína enviada a Turquía se descarga mediante yates de 30 o 35 metros de eslora con base en el conocido puerto deportivo de Bodrum en la costa del Egeo y de allí se distribuye sobre todo a países de Oriente Próximo, donde alcanza precios mayores que en Europa.
De acuerdo con la Deutsche Welle, Peker lleva semanas difundiendo vídeos con monólogos, que suman millones de visualizaciones, en los que revela supuestas conexiones entre el crimen organizado e importantes personalidades del Gobierno turco y el partido que dirige Turquía desde 2002, el islamista AKP. Al mismo tiempo, Peker asegura en su publicaciones que apoya plena e incondicionalmente a Erdogan.
Pese a su supuesto apoyo los analistas creen que se trata de un posible ajuste de cuentas, pues las acusaciones que ha hecho han pasado desde el trafico de drogas hasta la venta de armas a grupos radicales islámicos, además, que los videos semanales de YouTube que han acumulado más de 75 millones de vistas, han causando un gran alboroto, aumentando el malestar sobre la corrupción del estado turco y poniendo a los funcionarios a la defensiva.
El diario de El País señaló que pocos creen que el nuevo escándalo tenga consecuencias inmediatas para el Gobierno pues “No hay una justicia independiente que lo investigue”. Pero el hecho de que tanta gente vea los vídeos de Peker puede influir en la opinión pública “Se está desarrollando un sentimiento de que la corrupción y la mafia se están extendiendo por todas partes mientras el país se empobrece”.
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