Desde una cárcel en Atlanta, Estados Unidos, y a la espera de un veredicto en su proceso de extradición, Salvatore Mancuso, exjefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) nuevamente compareció ante la justicia colombiana para detallar el accionar del grupo criminal que lideraba. Esta vez, lo hizo durante un proceso contra el también exparamilitar Diego Fernando Murillo, alias ‘Don Berna’, a cargo de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín.
Por los vínculos de ‘Don Berna’ con la banda La Terraza, la cual Mancuso asegura que conoció durante sus años de jefe de las AUC, el oriundo de Montería fue citado a rendir testimonio. Sin embargo, durante su intervención, el recluso de la cárcel de Irwin contó la articulación de la Fuerza Pública y el antiguo Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) con las Autodefensas e, incluso, señaló a las mismas de ordenar los asesinatos y magnicidios que cometían.
“Hubo permanente comunicación con el Ejército, la Policía y el DAS para poder conformar un grupo de autodefensas. Me explicó en esto que es bien importante: Un grupo de autodefensas no podía crearse en ninguna región del país si no había apoyo de las instituciones del Estado y de la sociedad que componían esas regiones. Necesitábamos apoyo militar inicialmente, sin ese apoyo era imposible entrar. De ellos teníamos una información inicial y el resguardo para protegernos”, aseguró Mancuso, según recoge Blu Radio.
Además, afirmó que, como las AUC no podían enfrentar solas a la guerrilla en nuevos territorios, debían articular apoyos con las Fuerzas Militares y por eso “es que esos grupos crecían al lado de donde estaban en ese momento”.
De forma específica, la llamada a Mancuso estaba relacionada con magnicidios y crímenes de lesa humanidad cometidos por las AUC en articulación con La Terraza. Por esto, durante la audiencia, una de las primeras preguntas a Mancuso fue cómo se tomó la decisión de asesinar a Eduardo Umaña, Elsa Alvarado y Mario Calderón, Jaime Garzón y Jesús María Valle.
De acuerdo con el exparamilitar, eran órdenes que provenían del Estado y perfilamientos que las mismas instituciones hacían. “Eran, en su gran mayoría, pedidos que venían desde el Estado y se encargaban a quien mejor pudiere desarrollar esa acción militar”, aseveró el recluso, según el reporte de El Espectador.
Además, añadió que José Miguel Narváez, exdirector del DAS condenado a 26 años por el asesinato del periodista Garzón, era quien daba la información sobre las personas a las que las AUC debían dar de baja y llegaba a campamentos del grupo criminal con listas de quienes debían ser asesinados.
“Las mismas autoridades nos daban los listados para dar de baja, de imponer la pena de muerte, personas que eran señaladas por la fuerza pública de reiterar en casos de delincuencia menor o cuatreros”, agregó.
Incluso, en algunos casos como el del líder indígena Kimy Pernía Domicó, Mancuso indicó que las Fuerzas Militares hacían labores de estigmatización para hacer ver a objetivos como guerrilleros de las FARC. En realidad, dice el exparamilitar, la desaparición de Pernía por orden de Carlos Castaño se justificó en la oposición que la colectividad étnica presentó frente al proyecto de la Represa Urrá.
“A nosotros Narváez nos llegaba con información muy clara y muy precisa del colectivo José Alvear Restrepo y de varios colectivos de abogados, señalándolos de que eran el brazo jurídico de la guerrilla. Y bueno, afortunadamente nosotros investigábamos y nos dimos cuenta que no todo esto era cierto”, anotó Mancuso, quien señaló un error de las AUC al estar al servicio de las Fuerzas Militares.
Por otro lado, otro grupo fortalecido por las instituciones del Estado fueron las Convivir. “Cuando las Convivir, era fantástico porque los miembros de las Convivir podían entrar a la Policía, Ejército y el DAS cuando quisieran y a la hora que quisieran, no pasaba nada y de esa manera era más eficiente. Por eso usted observa que las Convivir estaban prácticamente dentro de la Brigada 17”, denunció.
Sobre las investigaciones al Ejército y demás instituciones del Estado, el exparamilitar afirma que la estrecha relación de la Fiscalía con el Ejecutivo no le da la autonomía suficiente para juzgar los casos. “Así que cuando uno es juez y parte en un conflicto interno armado como este y quiere evadir responsabilidades, pone todo el aparato que está en manos de ellos para evitar que eso se dé. Eso incluye en colocar fiscal afecto a la causa, compra de testigos, amenaza de testigos, testigos falsos, creación de pruebas, destrucción de pruebas. Lo que ven permanentemente en el país”, aseveró.
Salvatore Mancuso, en el momento, hace todo lo posible para que su extradición no lo regrese a Colombia porque teme por su vida en ejercicio de contar la verdad sobre su responsabilidad durante el conflicto. “Han incumplido los acuerdos de paz y me han solicitado en extradición para llevarme nuevamente a prisión en Colombia para poder torturarme y asesinarme y así silenciarme definitivamente. Pero las victimas me necesitan vivo desde cualquier parte del mundo para poder continuar cumpliéndoles, de nada les sirvo asesinado en Colombia, por eso he adelantado acciones legales en pro de proteger mi vida”, indicó, según reporta Semana.
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