El pasado 21 de mayo, residentes del barrio Kennedy, en Bogotá, encontraron la cabeza decapitada de una mujer, la cual estaba envuelta en una bolsa de plástico, cerca a los botes de basura del colegio Alfonso López Pumarejo. El hecho fue dado a conocer por habitantes de la zona, quienes grabaron y fotografiaron el espeluznante hallazgo y lo denunciaron a través de redes sociales.
“Estoy indignada, preocupada y asustada. Esto acaba de pasar en el colegio de mi hija. Estoy muy preocupada. Sí esto llega a estar pasando...Dios mío”, escribió en Facebook una de las ciudadanas que dio a conocer el hallazgo.
Sin embargo, esta no fue la única parte de cuerpo que ciudadanos encontraron entre la mañana del 21 y la mañana del 22 de mayo, también encontraron un torso de mujer y algunas extremidades regadas en el basurero Doña Juana, que tras la investigación de la Fiscalía y la Policía se confirmó que pertenecían a la misma persona, una mujer que finalmente fue identificada como Sandra Yineth Orozco Londoño.
Las partes de Sandra Yineth fueron dejadas en bolsas de basura en diferentes sitios de la ciudad, primero las autoridades debieron corroborar que cada parte perteneciera al mismo cuerpo y luego saber quién era. Tras identificar a Orozco, las autoridades conocieron que era una ama de casa de 38 años, con tres hijos y que desde hace cuatro años vivía junto a su pareja sentimental en el barrio Carimagua, en Kennedy.
Al conocer detalles sobre la vida de la de la víctima, los investigadores del CTI de la Fiscalía obtuvieron 200 horas de video de 90 cámaras de seguridad ubicadas cerca a la vivienda de la mujer y los basureros en donde las partes de su cuerpo habían sido abandonadas.
La última vez que se le vio con vida a Sandra fue el jueves 20 de mayo; luego, en la madrugada y a lo largo del 21 de mayo, su pareja, el mecánico Jhon Jairo Hernández, fue captado por las cámaras de seguridad cuando salió en varias ocasiones de su casa con varias bolsas de basura, las cuales fue dejando estratégicamente en diferentes basureros.
El 27 de mayo, a eso de las 8:00 p. m., Hernández fue capturado por las autoridades en la misma vivienda en la que se cree que asesinó y desmembró a su pareja sentimental. Fue trasladado a la URI de Puente Aranda, mientras las autoridades cotejaban y preparaban todas las pruebas en contra del hombre para judicializarlo por el asesinato de Sandra Yineth.
“Se realiza la exploración criminalística (dentro de la vivienda) y con luces forenses se evidenciaron rasgos de sangre en donde se cree fue desmembrada la señora”, resaltó el investigador según citó El Tiempo.
Según el diario Q’Hubo Bogotá, Jhon Jairo no expresó una sola palabra desde que fue capturado, los oficiales que estuvieron en el lugar señalaron que al hombre simplemente se le veía muy preocupado, pues no dejaba de tocarse la cabeza y caminar de lado a lado dentro de la celda.
Las autoridades lograron establecer que Jhon Jairo dejó la cabeza de su mujer en el basurero ubicado cerca al colegio Alfonso López Pumarejo, luego habría dejado las extremidades en el relleno de Doña Juana y, finalmente, el torso lo había trasladado dentro de una bolsa y en una carretilla con cajas de cartón a un basurero ubicado a unas 11 cuadras de distancia.
También verificaron que vivía junto a Sandra hace cuatro años y no tenían hijos, aunque la mujer si tenía tres, de los cuales no se sabía su ubicación en la noche del jueves 22 de mayo, cuando se pretende que la mujer fue asesinada con sevicia por Hernández. Además, que Sandra se había alejado de sus familiares desde que estaba con este sujeto, puesto él era muy celoso y posesivo, razón por la que la Fiscalía cree que se dio una discusión entre la pareja que finalmente terminó con el asesinato de la mujer.
Al obtener todas las pruebas en video contra Hernández, la Fiscalía se dispuso a presentarlas en una primer audiencia en contra del feminicida, pero en horas de la mañana del 28 de mayo Jhon Jairo fue encontrado muerto dentro de la celda en la que permanecía en la URI de Puente Aranda. La causa de la muerte del acusado de asesinato fue un paro cardiorrespiratorio.
Hernández falleció horas antes de su primer audiencia judicial, sin decir ni una palabra sobre por qué había asesinado a su esposa. El hombre, que pudo haber enfrentado una condena de más de 30 años, falleció “antes de dar su versión de los hechos. Así que no sabremos que lo llevó a actuar de esa forma contra su compañera sentimental”, señaló el investigador citado por el medio.
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