Un momento histórico para el deporte colombiano fue el que se vivió en la mañana de este domingo 30 de mayo en Italia, pues Egan Arley Bernal Gómez volvió a escribir su nombre dentro de los ciclistas más grandes de la historia y tras vestir 12 días la camiseta de líder, logró alzarse con su primer título en el Giro de Italia.
El ciclista nacional, campeón también de un Tour de Francia (2019), llegó a la contrarreloj individual de la etapa 21° con 1:59″ de diferencia sobre el italiano Damiano Caruso y 3:23″ frente al británico Simon Yates (3º).
El colombiano del Ineos Grenadiers corroboró este domingo su gran victoria en la edición 104º del Giro de Italia en la contrarreloj final de Milán, en la que cumplió el expediente, se defendió a la perfección y celebró con los brazos en alto el segundo éxito para Colombia en la carrera rosa.
Fue otro día feliz para el equipo británico, que gana el Giro un año después de la sorprendente victoria de Tao Geoghegan Hart, vencedor en 2020. Parece ser que el Ineos ya le tomó la medida a las grandes vueltas y mantuvieron la corona tras el logro del año pasado con Geoghegan Hart.
Con Bernal, quien llegó como líder del equipo a pesar de las dudas que se habían generado respecto a su condición física y sus dolores de espalda, el Ineos ponía todas sus esperanzas en el título. Junto a él estuvieron varios nombres importantes que fueron claves para lograr el objetivo, entre ellos Daniel Felipe Martínez. Sin embargo, la baja del ruso Pavel Sivakov, quien se vio involucrado en una caída en la etapa 5 entre Modena y Cattolica, representaba una pérdida importante dentro de la fila.
Desde el inicio Egan se mostró tranquilo y siempre pendiente de cualquier incidente que se pudiera generar. Y es que los tramos del ‘sterrato’, como se esperaba, fueron claves para el triunfo final de Bernal en el Giro de Italia. Allí el colombiano mostró sus condiciones de escalador y la gran experiencia adquirida en el ciclomontañismo para dejar atrás a sus máximos rivales, en la llegada a Campo Felice dejó claro que estaba decidido a cumplir su sueño rosado.
En esa etapa, la 9, se convirtió en el líder de la carrera y desde ese momento no se quitó la ‘Maglia Rosa’. A pesar de que en solo una etapa mostró debilidad, nadie logró ponerlo en serios apuros. La alta montaña estaba por llegar y Egan se mostraba como el más fuerte de todos.
A medida que iban pasando los kilómetros tanto Egan como el Ineos sabían cuál era el camino que se debía seguir para sacar diferencias importantes con los demás. Si bien Damiano Caruso y Simon Yates, sus dos máximos rivales en esta edición, le siguieron el paso, desde la etapa 14 todo empezó a cambiar.
Con un Remco Evenepoel fuera de su camino, luego de que el belga explotara tras la dureza del ‘sterrato’ en la etapa 11 entre Perugia y Montalcino y cediera un tiempo que nunca pudo recortar, la primera llegada en alto hizo que Bernal sacara mucho más tiempo en el Monte Zoncolan.
Llegaron los finales en alto y el ‘Joven Maravilla’ volvió a demostrar que es un campeón indiscutido, cada etapa era una muestra de que podía ampliar sus tiempos respecto a Yates, quien hasta el momento era su principal rival. Sin embargo, en la etapa 16 se dio un paso importante en la búsqueda del título, pues la fracción tuvo que ser recortada por el mal tiempo y el pelotón no tuvo que atravesar dos duros puertos de montaña de primera categoría, el Passo Fedaia y el Passo Pordoi.
Ese día Egan aprovechó su momento y se lanzó en busca de la victoria. El colombiano atacó en el ascenso al Passo Giau, y de manera solitaria cruzó la meta con una diferencia de más de 2′30′' a Yates y más de 30 segundos a Caruso en la etapa. Su ventaja en la general ya era de 2′24′' sobre el italiano y 4′20′' sobre el británico.
Todo parecía indicar que nadie podría superar al colombiano en las subidas, pero todo cambió en la etapa 17. En esa jornada Egan se quedó un poco colgado en la llegada Sega di Ala, pero, por fortuna para él, llegó la ayuda de Daniel Felipe Martínez, su ángel de la guardia como Bernal lo definió, quien lo esperó y lo llevó hasta la meta para perder el menor tiempo posible. Lo mismo sucedió en las últimas dos etapas, si bien Egan recibió varios ataques en la montaña, Martínez estuvo al frente para protegerlo y recortar cualquier diferencia.
El plan seguía en pie y el objetivo de sacar de camino a Yates se logró, Dani Martínez se encargó se rematar al británico con un infernal ritmo en el ascenso al Alpe Motta. Yates no pudo seguirlos y Egan logró aventajarlo por 3′30′' antes de la contrarreloj final.
El sueño rosado se hizo realidad. No fue nada fácil, se sufrió en su momento, pero al final el esfuerzo realizado junto a sus compañeros de equipo rindió sus frutos. Ahora Egan cosecha en su palmarés su segundo título de una gran vuelta y se convirtió en el tercer ciclista más joven de la historia en ser campeón del Tour y el Giro.
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