El viernes en la capital del Valle del Cauca se vivió una nueva oleada de violencia nocturna en la que se reportó, preliminarmente, la muerte de un joven indígena y varios heridos más tras unas balaceras que habrían vuelto a perpetrar hombres armados en contra de los puntos de concentración de manifestantes.
Así ocurrió en el sector de Meléndez, en el sur de esa ciudad del occidente colombiano, donde se registraron ataques con armas de fuego incluso contra una misión médica que estaba atendiendo heridos por disparos.
En el periódico El País de Cali informaron que la balacera ocurrió exactamente en la calle 4ª con carrera 94 donde se encuentra uno de los sitios de concentración de manifestantes desde hace casi un mes, desde que inició el paro nacional en contra del gobierno del presidente Iván Duque.
En el diario vallecaucano el Cuerpo de Bomberos de esa ciudad confirmó que en Meléndez tenía el registro de tres heridos a bala: “En el sitio son valorados tres pacientes; un paciente masculino sin signos vitales, una femenina de 28 años con herida de arma de fuego en glúteo izquierdo y un masculino de 18 años con herida de arma de fuego en tórax. Los dos pacientes son trasladados a centro asistencial en ambulancia de bomberos Cali”.
Entre tanto, El País informó sobre la muerte de un joven indígena de la comunidad Inga, cuyo deceso habría confirmado el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC). La víctima mortal fue identificada como Sebastián Jacanamejoy, estudiante de la Universidad del Valle.
“Una persona del colectivo estaba intentando evacuar a los manifestantes de la zona, porque ya se habían presentado hechos de violencia en horas de la tarde en Ciudad Jardín y en Univalle. En ese momento llega un grupo de varios civiles armados con pistolas con silenciadores y mata a un chico de la Primera Línea”, les dijo una defensora de derechos humanos que solicitó mantener la reserva de su nombre.
Entre tanto, más temprano en la noche se registró un intento de asonada en Holguines Trade Center un centro de negocios en el sur de esa ciudad. No obstante, según informaron en un comunicado el hecho se trató de un conato de incendio que fue controlado a tiempo por los bomberos, mientras que la Policía protegió el establecimiento.
Esa misma noche el presidente Iván Duque estuvo en Cali y decretó la militarización de esa ciudad y del departamento, tras un consejo de seguridad con la administración local y las Fuerzas Armadas, con el que anunció el despliegue de los militares para apoyar a la Policía Nacional.
“Tenemos que defender con las herramientas que nos da la Constitución y la ley. El día de hoy en la ciudad de Cali hemos visto hechos de personas armadas disparando, un testimonio también cruel y doloroso del disparo del ciudadano a un grupo de personas y de personas agrediendo a otro ciudadano, hemos visto expresiones de vandalismo y hemos visto también actos contra la infraestructura pública”, dijo el mandatario colombiano.