Con la eliminación de Atlético Nacional que cayó 2 a 0 ante Universidad Católica en San Carlos de Apoquindo se cerró un capítulo más de los colombianos en la Copa América. Un cuarto fracaso en cinco años que demuestra la debilidad de los clubes nacionales para competir en escenarios internacionales.
Los antioqueños dirigidos por Alexandre Guimarães llegaron al compromiso con la misión de ganar para mantener la posibilidad de clasificar, aunque podrían quedar cuartos en el grupo. Pero no cumplieron el objetivo y quedaron por fuera, al igual que Santa Fe, América y Junior que habían hecho parte del torneo sudamericano.
A raíz de ese triunfo que ha sido negado durante los últimos cinco años a los equipos colombianos, desde la última vez que ganó Atlético Nacional, el ex técnico del Junior, Julio Comesaña, habló con El Heraldo de Barranquilla y señaló que la mentalidad de los jugadores nacionales es uno de los principales problemas para el desempeño.
El técnico uruguayo colombiano que llegó a la semifinal de la Copa Libertadores en 1994 con el Junior de Barranquilla, conformado por una nómina de lujo liderada por el Pibe Valderrama, considera que el principal problema de los jugadores colombianos es el narcisismo de la fama.
“Acá los jugadores lo primero que hacen es comprarse un Audi, cuando ni siquiera tienen calzoncillos ni educación. Nosotros miramos mucho al jugador y al entrenador, pero no miramos a la persona. Hay que trabajar en eso también”, le dijo Comesaña a El Heraldo.
De acuerdo con el ex técnico, hay que tener cuidado al elogiar el desempeño de alguien antes de tiempo, porque podría llevar a que rechace la exigencia de los directores. Él considera que debe establecerse una disciplina para que el jugador entienda que hay una institución por encima de todo.
“Quieren ser los putas y nadie les puede decir nada. Celebramos antes de jugar, somos así, folclóricos. Hay que poner la casa en orden primero para luego volver a competir”, apuntó Comesaña.
Según él, también es importante fortalecer la marca de los jugadores colombianos, así como que cada gol que no pueden hacer o que les marca el equipo contrario, afecta anímicamente a todo el grupo.
A Comesaña le ha gustado el planteamiento de juego de Carlos Queiroz en la Selección Colombia, como expresó tras su retiro del fútbol profesional en diálogo con El Espectador, porque es una dinámica distinta a la colombiana, agradable, colectiva, de toque y de jugadas, según dijo.
“Pelo e’ burra”, como lo apodaron de cariño en el Junior de Barranquilla, abandonó el cargo el pasado 14 de septiembre de 2020, antes del reinicio de la Copa Libertadores que estuvo pausada por más de seis meses debido a la pandemia de covid-19.
El técnico, que es casi un patrimonio barranquillero, había dirigido ya el plantel y había sido jugador del mismo. Regresó a ser director técnico en 2019 después de la renuncia de Luis Fernando Suárez.
Desde entonces, se coronó campeón del torneo Apertura de 2019, subcampeón del Finalización 2019 y campeón de la Superliga 2020, que ganó en septiembre de 2020 al vencer al América de Cali.
Este fue el noveno paso de Comesaña por el banquillo del Junior, donde ya había ganado títulos de liga en 1993 y 2018. También llevó al equipo ‘tiburón’ a su participación más destacada por competencias internacionales: el subcampeonato de la Copa Sudamericana de 2018.
Tras la salida de Comesaña, el exjugador de Boca Juniors y el Atlético de Madrid “Luis Amaranto Perea y Luis Grau serán los encargados de asumir como entrenadores del equipo”, anunció el Junior en un mensaje de Twitter.
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