Asesinan a dos de los involucrados en la masacre de Samaniego

Este 27 de mayo se conoció que fueron asesinados Óscar Ferney Martínez, conocido como alias ‘Pavas’ y Kevin Alexander Bastidas, quienes habrían sido los sicarios contratados para asesinar a ocho jóvenes en la zona rural del municipio de Samaniego.

Las autoridades dijeron que los cadáveres de los señalados fueron hallados en la vereda La Florida, en un sector alejado de la zona.

Tanto Martínez como Bastidas estaban en el foco de las autoridades, luego de que fueran acusados por testigos de ser los culpables de haber disparado contra un grupo de jóvenes universitarios, el 15 de agosto de 2020 en Samaniego.

El coronel Nelson Parrado, comandante de la Policía de Nariño, aseguró en Blu Radio que alias ‘Pavas’ tenía una orden de captura que emitió un juez tras el reconocimiento de su responsabilidad por parte de la Fiscalía en la masacre ocurrida en la finca de la vereda Santa Catalina.

Según la emisora, luego de la audiencia de imputación de cargos, la Fiscalía presentó un testigo que relató cómo los acusados entraron y salieron de manera tranquila de la finca donde fueron asesinados los jóvenes.

El testigo dijo que los sicarios entraron por la parte trasera de la casa donde se realizaba un festejo. Al llegar, un hombre identificado como ‘Kevin’ disparó de inmediato con un fusil contra los que estaban en la finca.

Por su parte, el CTI de la Fiscalía General de la Nación y la Dijín de la Policía descubrieron que tras la masacre, ‘Kevin’ y ‘Pavas’ huyeron hasta las montañas de Samaniego, donde hay miembros de la guerrilla del Eln. Hasta el momento no hay prueba alguna si pertenecen o no a esa agrupación alzada en armas.

Por ahora los cadáveres se encuentran en Medicina Legal a la espera que familiares se hagan presentes para reclamarlos.

Por su parte, la Fiscalía impuso medidas cautelares de extinción de dominio a 20 bienes avaluados en más de 2.500 millones de pesos, que pertenecen a la estructura ilegal responsable del crimen de los ocho jóvenes.

La masacre ocurrió en la noche del 15 de agosto de 2020, cuando un grupo de encapuchados irrumpió en una finca de la vereda Santa Catalina, donde un grupo de 50 jóvenes estaba compartiendo.

Uno de los sobrevivientes le narró a Semana que los hombres, que llevaban chalecos negros, fusiles de asalto y pistolas automáticas, encerraron a la mayoría de las mujeres y obligaron a los hombres a tenderse en el suelo, boca abajo.

De acuerdo con el testimonio del sobreviviente, los asesinos eligieron a tres de los muchachos, los llevaron al centro del lugar donde estaban conversando antes del ataque, los hicieron arrodillar y les dispararon a quemarropa.

Según el relato, antes de irse, los asesinos sacaron a las mujeres del cuarto donde las habían encerrado y les ordenaron a todos correr, algunos escaparon entre la vegetación, y otros, incluso, se lanzaron a las aguas del río Pacual, que pasa a 50 metros del sitio.

SEGUIR LEYENDO