La Policía Nacional de España reveló detalles de los elementos que poseía Pablo Ardila Sierra en una mansión en Barcelona luego de su captura por trata de seres humanos con fines de explotación laboral, abuso sexual, blanqueo de capitales, delito contra hacienda pública, delito contra medio ambiente y delito contra la seguridad vial.
Desde antes de su llegada a la Gobernación de Cundinamarca, cargo que ocupó de 2004 a 2007, Pablo Ardila ya era conocido como un ostentoso millonario que a parte de llevar una vida excéntrica llena de lujos, no dudaba en exhibir orgulloso cadáveres de animales disecados y partes de bestias salvajes que, al parecer, él mismo asesinó en jornadas de caza en las selvas africanas.
Tal era su gusto por esa práctica de maltrato animal, que incluso la defendía de sus contradictores afirmando que pagaba para realizarla y para supuestamente “proteger las especies”. Mientras ocupaba el principal cargo de la administración del departamento, se ausentaba amplias temporadas para ir de caza, una de las principales críticas en su contra, sumadas a cuestionamientos por el presunto manejo irregular de recursos propios y públicos.
Ese estilo de vida lo trasladó Ardila a Barcelona, adonde llegó en 2007 después de quedar en libertad por absolución por presunto enriquecimiento ilícito. Así lo confirmó la reciente incautación que realizó la Policía de España después de capturarlo como parte de una red de trata de personas.
Los agentes contra la trata de seres humanos de la península encontraron 23 piezas de animales salvajes víctimas de caza y disecados, entre las que se encontró un león y un oso de grandes dimensiones, así como patas de elefante y de rinoceronte que habían sido adaptadas para servir de sillas y taburetes.
“Por este motivo, se les imputan delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, además de blanqueo de capitales, delitos contra la Hacienda pública, contrabando y depósito de municiones”, señalaron las autoridades españolas.
Los agentes consideran que los directores de la banda de trata de personas podrían estar implicados en lavado de activos, debido al “alto nivel de vida” que llevaban, como lo permiten concluir los hallazgos de las pesquisas.
Las autoridades indican que vivían en una casa de lujo situada en una exclusiva urbanización de Castelldefels, donde además de los animales descuartizados, fueron hallados vehículos de alta gama, alguno de ellos valorado en casi 300.000 euros. Todos se encontraban en propiedades del señalado máximo responsable de la organización criminal.
Según un video de la mansión revelado por la Policía Nacional de España, entre los vehículos se encontraba un Mercedes Benz S500 que podría costar más de 110.000 euros, una camioneta Dodge Ram avaluada en más de 100.000 euros y un Ferrari 812 superfast que alcanza un precio de 339.000 euros en Europa. Así mismo, tenía un carro de colección clásico monoplaza de carreras.
En su mansión tenía pisos y columnas de mármol, numerosas piscinas y jacuzzis, algunos con vista al exterior en las plantas superiores y un ascensor. Tenía un cuarto de música y un piano de cola, miles de euros en efectivo, cajas fuertes con joyas exclusivas para almacenar joyas y relojes.
Las autoridades hallaron 65.000 euros en total, joyas de alto valor económico, por ejemplo 11 relojes avaluados en 700.000 euros, más de un millar de municiones y sustancias psicoactivas. “Se procedió al bloqueo de numerosas cuentas bancarias y activos patrimoniales por valor de varios millones de euros”, agregaron las autoridades.
Al parecer, Ardila y sus socios “utilizaban empresas pantalla sin actividad real con las que compraban solares que, posteriormente, vendían a un precio mucho mayor. Estas adquisiciones se realizaban a través de empresas con domicilio social en paraísos fiscales como Panamá y a través de cuentas bancarias radicadas en Suiza, lo que indicaría actividades relacionadas con el blanqueo de dinero”, según las autoridades españolas.
La esposa del cuestionado ex gobernador, Luisa Plata, también es investigada por presuntamente haber cometido el delito de intrusismo profesional. Según las autoridades, ella habría ingresado regularmente a un hospital donde estaría haciéndose pasar por una doctora especializada en cirugía estética y tenía denuncias por esos hechos. Es la misma profesión que acreditó en Colombia.
La investigación contra Ardila y la red de trata de personas inició hace un año exactamente. Las víctimas de la organización criminal serían mujeres colombianas que eran captadas bajo engaño y la promesa de una vida mejor en Barcelona, pero al llegar eran explotadas laboralmente en el servicio doméstico.