El motivo de la renuncia, según expresó Viviane Morales en su carta de dimisión, es la imposibilidad de continuar fuera del país, al que regresará pese a que reconoce los tiempos convulsos que se viven actualmente en Colombia.
La decisión no es sorpresiva, según ella ya había comunicado al presidente su intención de renunciar, como lo reiteró en la carta, por lo que no está relacionada con la actual coyuntura o la designación de Marta Lucía Ramírez como nueva canciller colombiana.
“Como tuve la oportunidad de compartirle en nuestro encuentro el pasado mes de diciembre, me es muy difícil continuar fuera del país. Esa es la razón por la cual, Señor Presidente, respetuosamente presento renuncia a los cargos de Embajadora extraordinaria y plenipotenciaria de Colombia en Francia, con concurrencia en Mónaco, y Embajadora Delegada Permanente ante la UNESCO, reiterando a usted mi enorme agradecimiento y mi compromiso indeclinable con nuestras instituciones democráticas”, escribió Morales.
La exfiscal general de la Nación agradeció que desde el inicio del Gobierno se le hubiera designado en el cargo, el cual asegura que cumplió con “lealtad y compromiso” durante los poco más de dos años y medio que estuvo al frente.
“Ciertamente han sido tiempos turbulentos y a nadie escapa que la propia labor diplomática, de tiempo atrás y no solo por la irrupción de la pandemia, ha sido confrontada por los nuevos desafíos geopolíticos mundiales y la multiplicación de actores en el escenario internacional - incluidos actores no estatales-”, afirmó Morales.
La embajadora en Francia describió varios de los que considera logros de su gestión como el retorno de las consultas políticas con el viceministro de Relaciones Exteriores, que no se realizaban desde el 2012. Así mismo, sostuvo que las perspectivas de inversión son positivas y las exportaciones no minero energéticas aumentaron en un 30% en 2020.
Viviane Morales se suma a una lista de renuncias al Gobierno nacional, varias anunciadas, entre las que se cuentan la canciller Claudia Blum, el ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla, el viceministro Juan Alberto Londoño y el alto comisionado para la Paz, Miguel Ceballos. A diferencia de los anteriores, el caso de Morales parece no estar relacionado con la coyuntura actual del país.
Morales ha sido congresista del partido Liberal y se lanzó en 2018 como candidata a la Presidencia, sin embargo, decidió aliarse a la campaña de Iván Duque, aunque en el uribismo la consideraban una enemiga que persiguió, cuando fue fiscal general de la Nación, a Andrés Felipe Arias, pues desde el ente de control se formularon cargos y se ordenó la detención del exministro por el caso de corrupción de Agro Ingreso Seguro.
En ese momento, incluso se le reprochó el pasado de su entonces esposo Carlos Alonso Lucio, quien fue miembro del M19 y se convirtió en líder evangélico. Viviane se divorció por segunda vez de él en enero de 2020, quien ha sido un “talón de Aquiles” en su vida política.
Ha pasado, según el diario El Espectador, del catolicismo al cristianismo protestante aunque sus posiciones conservadores y religiosas rigen sus posiciones públicas. Pasó de buscar votos para la absolución de Ernesto Samper a apoyar el proceso de paz de Andrés Pastrana en el Caguán.
Fue miembro de una comisión de notables en el gobierno de Álvaro Uribe para redactar una reforma constitucional y se separó del líder político para ser una férrea crítica. Juan Manuel Santos la ternó para convertirse en la primera mujer fiscal en el país, apoyó el Acuerdo de Paz con las Farc, pero se distanció tras el plebiscito y llegó a militar en la campaña que se oponía a ese texto.