Fiscalía dice que joven que se quitó la vida en Popayán no fue abusada sexualmente dentro de la URI

Aunque el ente investigador descartó el abuso sexual, todavía examina las pruebas para establecer si la menor sufrió un acto sexual abusivo.

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A demonstrator stands in front
A demonstrator stands in front of riot police during a protest against sexual assault by the police and the excess of public force against peaceful protests, in Popayan, Colombia May 14, 2021. Picture taken May 14, 2021. The sign reads "Neither forgive nor forget Allison, may your voice echo in this indolent and fascist government, ESMAD murderer and rapist". REUTERS/Julian Moreno NO RESALES. NO ARCHIVES

Este 24 de mayo, la Fiscalía General de la Nación descartó que la joven que se quitó la vida en Popayán haya sido abusada sexualmente por miembros de la Policía. Esta fue la conclusión a la que se llegó tras la investigación de Medicina Legal y el equipo de la Fiscalía.

Según la Fiscalía, se examinaron los videos de la noche en la que habría ocurrido el caso, incluso los de las cámaras de seguridad de la URI, donde permaneció la menor de edad.

A pesar de esta nueva versión, no se ha descartado que la menor haya sufrido un acto sexual abusivo durante el tiempo que se encontraba con los agentes del Esmad. También se investiga si los uniformados cometieron abuso de autoridad.

Este caso de la menor de 17 años ocurrió el 12 de mayo pasado, cuando un grupo de uniformados la transportaron hasta una URI de Popayán, donde salió horas después. Pero al día siguiente se quitó la vida.

Estos hechos hicieron que la Procuraduría abriera una indignación preliminar contra los uniformados “por la presunta retención y agresión sexual a una menor dentro de las instalaciones de la Unidad de Reacción Inmediata (URI)”.

La Fiscalía, recoge W Radio, revisó las grabaciones registradas al interior de la URI donde se evidenciaría que la joven estuvo acompañada por un defensor de derechos humanos en el lugar. En redes sociales se conocieron imágenes del momento en el que la adolescente era retenida y llevada por cuatro agentes de Policía. Durante su captura ella alcanza a decir que le están bajando el pantalón.

Luego se publicó un mensaje donde da cuenta de los tocamientos y denunció que los policías le quitaron parte de la ropa para tocarla. Este caso, que despertó la indignación nacional, derivó en una serie de protestas que elevaron la tensión entre manifestantes y Fuerza Pública en Popayán al día siguiente de conocerse la denuncia.

El pasado 15 de mayo, una Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó de manera enérgica los hechos de violencia sexual presuntamente cometidos por miembros de la Policía de Colombia contra mujeres.

“Al respecto, la CIDH exhorta al Estado de Colombia a investigar los hechos con debida diligencia reforzada y sancionar a los responsables, reforzar los mecanismos de respuesta a la violencia contra las mujeres, y brindar capacitación a personas que integran la Fuerza Pública”, indicó la comisión.

A su vez, la abogada de derechos humanos, Lizeth Montero, le contó a El Espectador que la madre de esta joven pertenecía a la brigada que estaba atendiendo a los manifestantes debido a que es funcionara de la salud, y en uno de los momentos de la noche se separó de su hija, quien terminó junto a otros tres adolescentes llevados a la fuerza y golpeados por agentes del Esmad.

“La Corte Interamericana de Derechos Humanos recuerda que la violencia sexual cometida por agentes estatales, en abuso de su poder y aprovechando la vulnerabilidad de la víctima, es una forma de tortura”, indicó el organismo internacional.

Por su parte, la organización defensora de derechos humanos Temblores ONG ha registrado al menos 16 víctimas de violencia sexual presuntamente cometidas por miembros de la Fuerza Pública y tres víctimas de violencia basada en género.

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