Desde el pasado 28 de abril, Colombia se encuentra en el radar de los noticieros nacionales e internacionales. La propuesta de una reforma tributaria sirvió como detonante para que miles de colombianos salieran a las calles a manifestarse en contra del Gobierno nacional y de varias medidas que no iban en concordancia con el pensamiento de la mayoría de marchantes que, en cinco días, cumplen un mes de estar en protesta. El escritor colombiano, William Ospina, tuvo un diálogo con el periodista Juan David Laverde, de Noticias Caracol, y habló de lo que han sido las largas noches de algunos ciudadanos que se ven envueltos en medio de la violencia, además, se refirió a lo que, a su parecer, debería ser el modo de actuar del gabinete del Gobierno en estos tiempos de crisis.
“Yo creo que es una explosión que se venía gestando desde hace mucho tiempo y ni siquiera se le puede atribuir plenamente a la pandemia, aunque mucho ha contribuido, porque ya antes veíamos marchas, manifestaciones, impaciencia social, porque Colombia lleva mucho tiempo aplazando unas reformas históricas que permitan que la mayoría de la población viva en condiciones mínimas de dignidad y eso no puede durar para siempre”, comenzó contestando Ospina luego de que Laverde, en la entrevista, recordara fragmentos de las columnas de opinión que ha hecho el escritor para el periódico El Espectador, en las que ha sido crítico con el actuar de las fuerzas públicas y los ataques violentos y mortales a los que se ha visto sometida la población.
Con múltiples reportes de cifras de la cantidad de personas heridas, fallecidas, y desaparecidas en 26 días de paro nacional, la ONG Temblores reportó que, a corte del 21 de mayo, hay 2905 casos de violencia policial entre los que hay acciones específicas como 855 víctimas de violencia física por parte de uniformados; 43 víctimas mortales (presuntamente a manos de la policía); 1264 detenciones arbitrarias; 575 intervenciones violentas; 29 víctimas de agresión en sus ojos; 153 casos de disparos de arma de fuego por parte de la policía; y 21 denuncias de abuso sexual por parte de las fuerzas armadas.
Según lo que explicó Ospina, en su intervención con Noticias Caracol, uno de los errores de la población ha sido “esperar que sean los Gobierno los que vengan a hacernos el favor”, cuando, por el contrario, la comunidad es quien paga el trabajo de quienes se encuentran en el poder para orientar el horizonte del país. El también columnista enfatizó que el despertar de la ciudadanía es necesario para recordar las falencias de la administración pues, según recaló, “están rodeados de aduladores que les dicen que todo está bien y no son capaces de ir a conversar con la gente y de ir a ver cómo está viviendo la gente realmente”.
La tarea del Gobierno, entonces, según las apreciaciones del autor de ‘Pa que se acabe la vaina’, están directamente relacionadas con la escucha respetuosa y humilde, “los gobiernos no escuchan a tiempo el clamor de la gente, por lo que después de miles de muertos tienen que sentarse a conversar con masacradores y con secuestradores (...) En Francia se organiza la economía pensando qué va a comer cada francés, aquí se organiza pensando qué necesitan en EE. UU, en España, en Francia”.
Los jóvenes, en este punto en particular, son fundamentales, a percepción de Ospina, pues son quienes ven amenazado su futuro y, al mismo tiempo, están llenos de “talentos, energía, esperanza y ahora, por fin, de orgullo y confianza en su propio destino”. La población más joven del país, argumentó, quiere tener las oportunidades que no han tenido antes, como el acceso al derecho de la educación, “yo creo que Colombia está necesitando ofrecerles a sus jóvenes un horizonte de dignidad, ingreso social, la posibilidad de trabajar, de hacer el liderazgo social, liderazgo cultural, la posibilidad de estudiar, yo incluso digo que debería pagárseles por aprender”, dijo en su conversación con Juan David Laverde.
La violencia fue un punto trascendental en la entrevista con ese noticiero, y se refirió, directamente, a lo que ocurrió con las agresiones que recibió la minga, a su llegada a Cali, cuando ciudadanos armados les dispararon, según la denuncia hecha por la comunidad indígena. Ospina destacó que este tipo de hechos, relacionados con términos discriminatorios como el racismo y el clasismo, tienden a desaparecer cuando cada población minoritaria reconocen su dignidad y su papel histórico. ”Esos seres que odian, esos seres que discriminan, esos que se sienten mejores que el resto de los seres humanos y sin embargo después van a misa, van a ser arrasados por una historia que es la democracia”, señaló.
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