Este 20 de mayo, Somos Defensores, el espacio de protección conformado por las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos, Asociación MINGA, Benposta Nación de Muchachos y la Comisión Colombiana de Juristas – CCJ, publicó el informe anual 2020 “La Mala Hora-Sistema de Información sobre Agresiones contra Personas Defensoras de Derechos Humanos en Colombia - SIADDHH”.
El reporte señala que 2020 fue el año más violento en más de una década para los defensores de derechos humanos en Colombia por el asesinato de 199 líderes que trabajaban por la vida, el territorio o la paz. Esto fue calificado como “nefasto” por la organización.
Dicha cifra supone un incremento del 60,4 % en relación con 2019, año en el que hubo 124 asesinatos. “Del 2010, cuando se registraron 32 hechos, se pasó a 199 asesinatos en 2020, lo cual representa un incremento del 522 % (167 casos más), superando incluso al 2018 que en su momento presentó la cifra más alta con 155 casos”, advirtió Somos Defensores.
Asimismo, el informe indicó que desde la firma de la paz con la guerrilla FARC en 2016 los asesinatos han venido en aumento. De igual forma, una de las situaciones más alarmantes que Somos Defensores puso en evidencia es que en medio de la pandemia los defensores de garantías básicas “quedaron aún más desprotegidos y expuestos a la violencia”.
La ONG señala también que los agresores aprovecharon el encierro estricto que rigió en el país entre marzo y septiembre para encontrar a sus víctimas “en sitios cercanos a su residencia o dentro de ella”, lo que devela “la ineficacia de las políticas” del gobierno para protegerlos, anotó.
“Las personas defensoras de derechos humanos también fueron víctimas de amenazas, atentados, judicializaciones, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y robos de información. Y vimos con preocupación cómo se han incrementado estos hechos contra liderazgos como los juveniles, sindicales, LGBTI, comunitarios, comunales, académicos y defensores de DDHH; esto significa que la violencia selectiva está afectando a un espectro más amplio de causas de defensa de los derechos humanos y, por ende, a un número mayor de personas defensoras”.
<b>Las zonas más afectadas</b>
De acuerdo con Somos Defensores, los departamentos con mayor número de casos fueron Cauca (52), Antioquia (23) y Nariño (22), todos con alta presencia militar. En los tres departamentos operaban las FARC y ahora repunta el conflicto de la mano de grupos armados que se disputan miles de hectáreas de narcocultivos y rentas de la minería ilegal.
De igual forma, aseguró que la mayoría de los homicidios se encuentran en la impunidad y asimismo señaló que, desde 2016, la Fiscalía ha logrado condenas en un 16 % de los 417 casos que investiga.
Solo en 30 casos se ha determinado la responsabilidad de grupos herederos del paramilitarismo; en 25, de disidentes que se marginaron del pacto con las FARC, y en nueve, de guerrilleros del ELN. Ocho agentes de la fuerza pública están implicados en asesinatos de defensores, especificó la organización.
Otra de las situaciones preocupantes que visibiliza Somos Defensores es que, “los cientos de asesinatos y las miles de agresiones siguen sin alarmar a la institucionalidad que tiene el deber de proporcionar garantías para las vidas de quienes defienden los derechos humanos y de sus comunidades o colectivos, pero contrario a esto, como se ha enunciado en los últimos años, el Gobierno sigue insistiendo en la implementación de estrategias poco efectivas”.
Pese a esto, la organización resalta que, “la defensa de los derechos avanza en cada rincón del país a pesar de las amenazas y de los vacíos del Estado.
“Nos seguimos preguntando ¿hasta cuándo seguiremos restando vidas?”, concluyó Somos Defensores.
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