El pasado 28 de abril, primer día del paro nacional, uno de los hechos que arrancaron las protestas en Cali fue la caída de la estatua de Sebastián de Belalcázar, fundador de la ciudad. Aunque algunos vecinos del sector, en el oeste de la ciudad, pidieron que se volviera a poner, el alcalde de Cali dijo que se debía pensar algo diferente en ese espacio teniendo en cuenta que los indígenas Misak bajaron el monumento por considerar que estos habían afectado a su pueblo.
Pues este miércoles sobre el pedestal donde reposaba el anterior monumento, apareció una figura de una cabra que fue instalada por vecinos y comerciantes de dicho sector. Al parecer el artista caleño Álvaro Márquez es el responsable de la figura que se creyó era un perro. Según el diario Q’hubo, el artista afirmó que “la obra representa la resiliencia y la fuerza que necesita Cali para superar las grandes montañas y retos que se le presentan en este momento”. La Alcaldía no se ha pronunciado sobre la nueva imagen.
El congresista Christian Garcés del Centro Democrático insturó una denuncia penal contra los indígenas que derribaron la estatua que representa a Sebastián de Belalcázar, a quien se le atribuye la fundación de Cali. Pero hace unos días se sumó la que interpuso el abogado Hernando Morales Plaza en contra de Pedro Velasco, gobernador de la comunidad Misak, y contra Edgar Alberto Velasco Tumía, secretario del movimiento de autoridades indígenas.
En la emisora Caracol Radio informaron que el jurista los acusó por su presunta responsabilidad en el delito de daño en bien ajeno con circunstancias agravadas, al tumbar la escultura el pasado 28 de abril, en el inicio de las protestas con motivo del paro nacional, que completó 16 días.
Morales Plaza basó su denuncia en lo que expresaron los dos representantes indígenas en entrevistas con medios de comunicación donde, según el abogado, aceptaban que después de reunirse en asamblea con su comunidad tomaron la decisión de tirar al suelo la estatua que representaba al conquistador español.
“Un grupo de indígenas de la etnia Misak de manera violenta derribaron la estatua del fundador de Santiago de Cali, el explorador español Sebastián de Belalcázar, monumento que es un bien público que tiene una connotación de interés histórico, cultural y artístico de la ciudad”, señaló en ese momento el congresista Garcés. En su denuncia añadió una serie de supuestas pruebas donde según expuso, se demuestra que los miembros de la etnia Misak fueron claramente quienes derribaron la estatua.
Hacia las 6 de la mañana del miércoles 28 de abril, en el inicio del paro nacional, un grupo de indígenas Misak derrumbaron la estatua que apuntaba hacia la vía al mar que lleva a Buenaventura, en el Pacífico colombiano. En un acto que denominaron “justicia histórica”, la comunidad ancestral repitió lo sucedido en septiembre de 2020 cuando en Popayán, en la cima del Morro de Tulcán, bajaron otra estatua del mismo personaje, la cual nunca volvió a ser reubicada.
En Cali las autoridades llegaron sobre las 9 de la mañana para revisar la escena y levantar el monumento que fue inaugurado en 1937. El secretario de Seguridad de Cali, Carlos Rojas, expresó que la escultura que representa a Sebastián de Belalcázar sería levantado de nuevo en el lugar, pero ante este anuncio, los indígenas se tomaron de nuevo la plaza donde se alzaba la estatua y minutos después arribó el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) quienes lanzaron gases lacrimógenos y humos dispersores en contra de los manifestantes.
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