Una de las voces más emblemáticas de la música colombiana es, sin duda alguna, la de la manizaleña Carmenza Duque. Especialmente durante los años 70 y 80 fue una de las figuras artísticas más importantes del país por su particular forma de interpretar algunas canciones andinas y, también, rancheras.
A pesar de que en la actualidad no se está desempeñando como cantante, la mayoría de los colombianos se han preguntado qué es de la vida de Carmenza Duque. Por ese motivo, la artista concedió una entrevista exclusiva para el programa de chismes La Red, del Canal Caracol, en la que contó detalles de lo que han sido los últimos años y una que otra anécdota.
La manizaleña comenzó a cantar en forma a sus 14 años en Manizales, en donde vivió hasta sus 16 años, pues su idea era irse a Bogotá para supuestamente entrar a la Pontifica Universidad Javeriana. Pero, la verdad es que se fue a buscar oportunidades para cantar, principalmente baladas románticas, en la capital.
Poco a poco se fue abriendo camino y su voz llegó a sonar no solo en Colombia, también en Ecuador, México y Estados Unidos. Según señaló, alcanzó a grabar 40 discos, los cuales le permitieron ganar innumerables premios y reconocimientos.
Quizá uno de los momentos más importantes de la vida de Carmenza Duque fue cuando le cantó al difunto Papa Juan Pablo II en su visita a Colombia, en el año 1986. De hecho, participó en la película ‘El niño y el papa’, del director Rodrigo Castaño, gracias a la cual tuvo la oportunidad no solo de tenerlo cerca sino de poder hablar con él.
Incluso, Duque refirió que esa experiencia la convirtió en la primera mujer en cantarle al papa, algo que por supuesto nunca olvida. “Fue una cosa tan supremamente especial y grandiosa porque hubo muchas mujeres en coros que le cantaron a los papas y eso era muy lindo, pero no se apreció tanto que una colombiana fuera a cantarle directamente sola a su santidad”, mencionó la artista para Caracol Radio.
En ese rápido pero significativo encuentro, el papa Juan Pablo II le regaló a Carmenza Duque un rosario que, sin pasársele por la cabeza, años más tarde le haría un milagro, según ella dijo en la entrevista.
Resulta que en una oportunidad hubo un incendio en su casa luego de que la persona que cuidaba la misma preparó una presunta fiesta en la habitación de la cantante y, en medio de esta, se generó un corto circuito. Tal y como reveló, la cabecera de la cama y las mesas de noche se alcanzaron a quemar, pero tan pronto las llamas alcanzaron el rosario que tenía en una lámpara este paró.
De su vida personal también contó detalles. Tuvo una primera relación por la que, reconoció, dejó a la música en un segundo plano. Luego se volvió a casar y la música la volvió a acompañar pero en pocas reuniones. Es madre de dos hijos, Simón y María Francisca. El pasado 17 de marzo llega a sus 70 años de vida.
“Desafortunadamente aquí es el único país en que los artistas son un poco pasajeros, desechables. Es triste. En todos los países del mundo, Europa, Estados Unidos, en México mismo, los artistas de la época, cuando había música de verdad, un artista es un tesoro, algo muy respetado y apeciado, aquó no, es el viejito o la viejita”, concluyó la entrevista.
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