Por orden del Gobierno nacional, la fuerza pública aumentó el número de uniformados que están haciendo presencia en varias regiones del Valle y el Cauca, para evitar nuevas alteraciones de orden público en Cali, Jamundí y Popayán.
Según los organismos de Inteligencia del país, están recogiendo todas las pruebas que apuntan a que los hechos de orden público que se presentaron estarían siendo promovidos por los carteles del narcotráfico que operan en el sur del país, en particular en el departamento del Cauca.
El ministro de Defensa, Diego Molano, explicó que tras los disturbios en la ciudad de Popayán, donde fueron destruidas una URI de la Fiscalía General de la Nación, la sede de Medicina Legal y afectados otros edificios de entidades públicas, se descubrió que todos los hechos fueron promovidos por las disidencias de las Farc.
Molano aseguró que todo lo que sucedió en esta zona del país son ataques “premeditados y organizados, porque en dos ocasiones anteriores ya lo habían intentado sin éxito”, además, dijo que fueron atacadas las URI y la sede de Medicina Legal porque lo que buscaban los vándalos era “afectar el desarrollo de la justicia”, pues, justo en esas instituciones, se estaban llevando a cabo las investigaciones relacionadas con crímenes, narcotráfico, porte de armas y varios delitos que involucraban a organizaciones criminales y los carteles de la mafia.
“En esos despachos se desarrollaban investigaciones sobre crímenes de organizaciones criminales, además de 38 procesos contra personas de ELN y Farc, que habían ejecutado acciones terroristas en el departamento del Cauca”, aseguró el ministro.
Además, el jefe de cartera agregó que hubo desmanes en la sede de la Fiscalía de donde fueron robadas 50 armas, entre ellas 15 fusiles.
“Aquí no solo se atentó contra la institucionalidad, sino había una organización criminal que buscaba destruir una de las instituciones de justicia que estaba detrás de estas organizaciones criminales”, aseguró el ministro.
Para controlar la situación, el ministro de Defensa, se descubrió un plan para alterar el orden público nuevamente y en los próximos días se iba a realizar un atentado en la zona.
Para controlar esto, fueron activadas seis secciones del Esmad y tres pelotones del Ejército para que hicieran presencia en la capital del Cauca. En total, serán 554 policías y 300 hombres del Esmad que entrarán a reforzar la seguridad de la ‘Ciudad Banca’.
Denuncias de abuso policial en Popayán:
La situación de orden público se agravó en la ciudad a causa de la denuncia que presentaron defensores de derechos humanos sobre un presunto caso de agresión sexual cometido por agentes del Esmad. Al acercarse la noche, el cuerpo policial se enfrentó con los manifestantes, quienes terminaron incendiando la Unidad de Reacción Inmediata (URI) donde habrían ocurrido los hechos contra una menor de 17 años, en la noche del miércoles.
Los manifestantes confrontaron al equipo antidisturbios por varias horas, lo que dejó un saldo de una persona muerta y 20 heridas, de ellas seis son policías y al menos dos civiles. El nombre de la víctima mortal es Sebastián Quintero Múnera, un joven de 22 años que habría recibido el impacto de un gas lacrimógeno lanzado por el Esmad y que le entró en el cuello.
Organizaciones de Derechos Humanos explican que los hechos ocurrieron en el barrio La Esmeralda, al sur de la ciudad, cuando un agente del cuerpo antidisturbios de la Policía disparó el gas y este impactó directamente en el cuello de Sebastián Quintero, estudiante de la institución universitaria Colegio Mayor del Cauca, que lo dejó en estado grave.
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