Luego de la indignación causada por un mensaje de chat en el que una médica cirujana de Cali escribió comentarios racistas contra indígenas del Cauca, la Clínica Imbanaco envió un comunicado a la opinión pública en el que rechazó las expresiones violentas de la facultativa señalando que no representan a la organización médica.
Además, la clínica consideró que dichos comentarios no corresponden con el sentir misional de la institución por lo que canceló el contrato de arrendamiento con la médica, quien tuvo su consulta particular en las instalaciones de la organización.
El comunicado fue enviado a través de la cuenta de Twitter de la Clínica Imbanaco, que obtuvo más de 1.600 RT en la noche del 16 de mayo.
De otra parte, la médica cirujana Juliana Andrea Rojas respondió a la ola de indignación generada por sus comentarios con unas disculpas públicas en las que reconoció su equivocación.
No obstante, señaló que ha recibido amenazas en su contra.
“Esa terrible equivocación ha provocado que mi nombre, teléfono e imagen se difundan en las redes. También he recibido amenazas directas y serias. Temo por mi vida y la seguridad de mi familia, especialmente por la de mis pequeños hijos”, dijo Rojas en el texto que fue enviado a medios en horas posteriores al mensaje institucional de la clínica Imbanaco.
El mensaje, escrito en un grupo de WhatsApp compuesto por colegas de Rojas, fue divulgado por el informativo Noticias Uno, al que la médica se dirigió para informar que sus datos personales como nombre y número de teléfono habían sido divulgados sin su consentimiento, “vulnerando la expectativa de privacidad de la información en el contexto de un grupo de mensajería instantánea compartido con compañeros de profesión”.
Pero la reacción contra el mensaje, hizo que la doctora Rojas cerrara cuentas de redes sociales en los que promocionaba sus servicios. Incluso, el CRIC (Comité Regional Indígena del Cauca), responsabilizó a Rojas de los muertos que surgieran en este tramo del Paro Nacional.
En comunicado enviado a la opinión pública, el CRIC declaró que: “Profesionales en salud con estos criterios son los que ayudan a perpetuar las diferentes expresiones de violencia por las que atraviesa nuestro país, y al contrario, lo que genera son sentimientos de odio, miedo y desconfianza, colocando en riesgo la vida y la salud de los comuneros indígenas”.
La determinación tomada por la Clínica Imbanaco, parte del grupo QuirónSalud, surgió luego de una investigación interna ordenada por su comité de ética, que tomó la decisión correspondiente para este caso en particular.
En esa institución médica falleció el pasado 3 de mayo el joven de 22 años Nicolás Guerrero, quien se encontraba en una manifestación en la ciudad en contra de las muertes en medio del Paro Nacional, cuando recibió un disparo, presuntamente por miembros de la Policía.
Respecto a los desmanes en Cali, organizaciones y líderes sociales, así como políticos, han mostrado preocupación por el surgimiento de reacciones armadas de autodefensa en contra de los manifestantes.
En la semana anterior se registraron choques entre habitantes del barrio Ciudad Jardín, al sur de la ciudad, y manifestantes que tomaron la emblemática calle Quinta.
Videos publicados en Twitter dieron cuenta de la respuesta armada de los primeros, en momentos en que en la ciudad se vivió una batalla campal, que motivó la visita del presidente Iván Duque en la madrugada del 10 de mayo.
El Paro Nacional ingresó en su jornada 20 sin que se hayan llegado a acuerdos entre Gobierno y Comité Nacional.