Señalados de maltrato en contra de cadetes de la Escuela Militar General José María Córdova, tres altos cargos del Ejército Nacional fueron separados de sus cargos. Se trataría de un teniente coronel, un capitán y un teniente. El caso sobre los jóvenes que denunciaron a los oficiales entra en investigación para el esclarecimiento de la situación.
En el comunicado oficial entregado por la institución se lee, “la dirección de la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova dio inicio a la indagación disciplinaria correspondiente para esclarecer las circunstancias de tiempo, modo y lugar de lo ocurrido (...) se efectuó el relevo de los comandantes directos del personal posiblemente afectado”.
De acuerdo con la denuncia hecha en contra de los tres oficiales, los jóvenes habrían sido víctimas de maltratos verbales y físicos durante la tarde del pasado sábado 15 de mayo. “Un equipo multidisciplinario de la inspección general del Ejército Nacional de inmediato inició la verificación de los hechos y realizará un seguimiento estricto y especial para garantizar el avance de la investigación, control y seguimiento sobre la situación”, manifestó la institución, que ademá, argumentó que “no concibe actuaciones en contra de las normas y de la ley, y más cuando puedan afectar la integridad de las personas”.
El Ejército Nacional reiteró que así como no permite actuaciones de este tipo, mantendrá a los cadetes bajo evaluación médica física y psicológica. De la misma manera, aclaró que la noticia de soldados heridos en un hospital, a causa de razones como esta, que está siendo divulgada en redes sociales, es falsa.
Aunque los detalles de la investigación todavía están fuera del alcance público, no es la primera vez que este tipo de comportamientos son denunciados.
Este año uno de los casos que más ha causado conmoción es el de Aldair de Jesús Varela Martínez, adscrito al Batallón de Apoyo y Servicios para el Combate No. 10 en Valledupar, cuyo padre, Robinson Varela, denunció que había sido torturado dentro de la institución.
En testimonios recopilados por el periódico El Tiempo, Varela aseguró que el pasado 26 de marzo lo habían llamado del batallón para decirle que su hijo no estaba bien de salud, y que tenía lo que parecían ser trastornos de ansiedad.
Al llegar al batallón para ver que era lo que le pasaba a su hijo, el hombre comentó que el estado de Aldair de Jesús era “deplorable, caminaba lento, con la mirada perdida e irreconocible físicamente (...) Me sorprendí al verlo caminaba como una persona de 95 años, aletargado. No me reconoció prácticamente, parecía como si tuviera discapacidad mental”.
El soldado, de acuerdo con el relato de su padre, fue llevado al hospital Rosario Pumarejo para recibir atención psiquiátrica, y explicó que se “está recuperando poco a poco”. Además, denunció que al sacar a su hijo del batallón, funcionarios le propusieron firmar un documento en el que se leía que el joven no había sido víctima de violencia dentro de ese lugar.
“Mi hijo está vivo de milagro, estaba muy mal, aturdido, con los ojos inflamados, llenos de sangre (...) me dijeron que lo habían valorado en el dispensario médico de allí, que me lo llevara para la casa unos días, que contaban con el apoyo de ellos, pero que antes, firmara unos documentos en los que manifestara que no había recibido malos tratos. Me negué porque vi a mi hijo bastante mal. Eso lo tenía que decir un especialista”, relató Robinson.
SEGUIR LEYENDO