La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó ese sábado de manera enérgica los hechos de violencia sexual presuntamente cometidos por miembros de la Policía de Colombia contra mujeres adolescentes durante las manifestaciones del 12 de mayo en Popayán, Cauca.
Este anuncio de la organización internacional se da días después que se conociera la denuncia por parte de dos jóvenes, de 17 años, quienes habrían sido víctimas de violencia sexual por miembros de la Fuerza Pública durante la noche del miércoles mientras se desarrollaba la jornada número 15 del paro nacional.
Una de las adolescentes, según indicaron organizaciones sociales, se habría quitado la vida luego de denunciar a través de redes sociales que había sido abusada sexualmente por parte de varios uniformados de la Policía, razón por la cual se investiga correlación entre estos hechos.
“Al respecto, la CIDH exhorta al Estado de Colombia a investigar los hechos con debida diligencia reforzada y sancionar a los responsables, reforzar los mecanismos de respuesta a la violencia contra las mujeres, y brindar capacitación a personas que integran la Fuerza Pública”, indicó la Comisión.
Por su parte, la otra menor denunció intimidaciones por parte de uno de los uniformados de la Policía, quien le habría dicho según el relato de la menor que “la quería lamer y la quería violar, y que se bajara los pantalones” luego de haberla subido a una moto de la institución donde habría sido trasladada a la Unidad de Reacción Inmediata (URI).
A su vez, la abogada de derechos humanos, Lizeth Montero, le contó a El Espectador que la madre de esta joven pertenecía a la brigada que estaba atendiendo a los manifestantes debido a que es funcionara de la salud, y en uno de los momentos de la noche se separó de su hija que terminó junto a otros tres adolescentes llevados a la fuerza y golpeados por agentes del Esmad.
“La Corte Interamericana de Derechos Humanos recuerda que la violencia sexual cometida por agentes estatales, en abuso de su poder y aprovechando la vulnerabilidad de la víctima, es una forma de tortura”, indicó el organismo internacional.
Debido a estos actos presuntamente cometidos por miembros de la Fuerza Pública, en la tarde del viernes 14 de mayo Popayán se convirtió en un foco de disturbios, en el que se registró un muerto y al menos 20 heridos, durante una tensa jornada em la que se enfrentaron grupos de protestantes agentes de la Policía.
Durante esta jornada de protestas fue incendiada la URI en la que estuvo retenida la joven que denunció violencia sexual, a la vez que las sedes de Medicina Legal y la Fiscalía fueron destruidas en una arremetida por parte de grupos de vándalos al sur de la ciudad.
Por su parte, la organización defensora de derechos humanos, Temblores ONG, ha registrado al 13 de mayo, 16 víctimas de violencia sexual presuntamente cometidas por miembros de la Fuerza Pública y tres víctimas de violencia basada en género.
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