A pocas horas de la confirmación de la muerte de Lucas Villa, estudiante de la Universidad Tecnológica de Pereira que falleció esta mañana, en lo que es considerado un homicidio tras recibir ocho disparos el pasado 5 de mayo y pasar los días posteriores en cuidados intensivos, las autoridades colombianas comienzan a publicar los primeros datos sobre los posibles responsables del hecho.
El primero en referirse al tema de manera pública fue el director de la Policía Nacional, mayor general Jorge Luis Vargas Villa, quien en un reporte general de lo que está sucediendo a nivel nacional en materia de seguridad se refirió al caso del manifestante. En ese sentido, expresó sus condolencias para la familia de Lucas asegurando que a la Policía “la muerte de cualquier colombiano nos duele”, antes de proceder a explicar en qué van las investigaciones.
“La asignación principal la tiene el Cuerpo Técnico de Investigaciones, la Policía esta en apoyo a ese cuerpo investigativo” que pertenece a la Fiscalía General de la Nación y que resolvió darle al caso un estatus de “priorizado”. En ese sentido, agregó que desde el día del asesinato se envió al viaducto de Pereira, donde ocurrieron los hechos, a un cuerpo élite gracias al cual “ya hay avances significativos”.
Si bien el uniformado no detalló en qué consisten dichos desarrollos, una fuente anónima si le contó a Blu Radio que la principal de varias hipótesis que manejan las autoridades indica que detrás del asesinato estarían integrantes de una banda criminal conocida como ‘La Cordillera’.
De acuerdo con las autoridades, la de Villa no habría sido una muerte al azar sino un homicidio coordinado, ejecutado a raíz del liderazgo que el estudiante venía ganando desde que iniciaran las protestas contra la gestión del gobierno Duque en todo el país, el pasado 28 de abril. Al parecer, y de alguna manera que todavía no ha sido explicada, la notoriedad del hombre de 37 años, que aparece bailando e invitando a las protestas en numerosos videos, estaba afectando los ingresos ilegales de esa organización.
Vaga recordar que, en las últimas horas también se han conocido detalles sobre la forma en la que se presentó el homicidio. Según uno de los profesores del estudiante de Ciencias del Deporte, Harold Giraldo, el día del ataque Villa, llegó al viaducto Cesar Gaviria a hacer pedagogía a eso de las 7:30 de la noche. “Lucas estaba gritando a favor de ser pacíficos, nos estaba diciendo estas tres últimas palabras, decía: ‘no seamos ignorantes, tengamos conciencia, despierten’; y cuando dice despierten, le disparan”, explicó.
Tal y como se puede observar en un video, es en ese momento que un vehículo particular se detuvo y disparó una ráfaga indiscriminada en contra de los protestantes que dejó heridos además de Villa, a Carlos Felipe Castaño, de 17 años, quien fue víctima de cuatro disparos pero despertó el pasado 8 de mayo después de dos cirugías de reparación de daños; y Javier Darío Clavijo, quien tuvo afectaciones en una pierna.
El alcalde de Pereira, Carlos Maya, cuestionado por convocar días previos al atentado “a los miembros de la seguridad privada para hacer un frente común junto a la Policía y el Ejército para recuperar el orden en la seguridad ciudadana”; afirmó a Semana, que él no promovió “la justicia por mano propia” por parte de civiles.
Según dijo el mandatario a esa revista, debido a que el viaducto de Pereira era el lugar escogido para terminar las manifestaciones en la ciudad, él le había solicitado a la Policía que conservara distancia para evitar enfrentamientos. Por eso, según él, esa noche los uniformados estaban a unas cuadras del lugar.
La familia sospecha que se trató de un ataque sicarial. Martha Viviana de las Salas, tía de Lucas Villa, afirmó al diario El Espectador que ella conoció un video del día del ataque, en el que el cuerpo de su sobrino es apuntado con un láser. “Es posible que en ese momento ya habían tomado la decisión de atentar contra la vida de mi sobrino, porque no tiene otra lógica”, cita el periódico. Dichas suposiciones se ven reforzadas hoy por los primeros hallazgos del CTI y la Policía.
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