Cali ya suma tres días de intensas protestas, todo estalló con la presentación del proyecto al congreso de la reforma tributaría por parte del gobierno nacional, que ya acumulaba una desfavorabilidad alta en encuestas y que desde el 28 se tradujo con la salida a las calles de miles de colombianos.
Lo cierto es que estas manifestaciones, son en contra del gobierno y su gestión, pues durante los tres años de la presidencia de Iván Duque y su gabinete, la violencia por conflicto armado se exacerbo, la pobreza se ha agudizado y en cuanto al coronavirus las medidas tomadas por el Estado no han mostrado resultados.
Desde el día uno de las marchas, Cali fue una de las ciudades protagónicas, porque se comenzaron ha presentar algunos actos atípicos y desde muy temprano comenzaron los enfrentamientos con la fuerza publica, aunque también, se vieron mucho ciudadanos marchando de forma pacifica y enfrentando el crimen.
Las manifestaciones han tenido algunos hechos lamentables, que han dejado personas heridas, muertos y en evidencia problemáticas de la ciudad Valle Caucana. De acuerdo con distintas organizaciones sociales y senadores, durante las manifestaciones se han registrado siete muertos, cientos de heridos, la denuncia de una violación y daños que superan los 100.000 millones de pesos por la destrucción de 6 estaciones del sistema MIO, la quema de 26 buses y la vandalización de otros 50, el derribamiento de 16 cámaras de fotomultas y los saqueos de establecimientos comerciales.
Ante ese panorama, incluso, el alcalde de la capital, Jorge Iván Ospina, hizo un llamado al presidente Duque para que retroceda con el proyecto de ley.
Todo esto, hace que las personas se cuestionen porque las manifestaciones en Cali han sido más violentas. Y es que a pesar de que ha pasado en otras ciudades, esta ciudad ha sido la que más lo ha visibilizado. De acuerdo con El Tiempo, los analistas, mencionan que es síntoma de un fuerte malestar social que se desbordó en las calles y que habría sido aprovechado por bandas organizadas que manejan el narcotráfico en los barrios, la delincuencia común y grupos de vándalos.
Catalina Ortiz, representante a la Cámara por la Alianza Verde, coincidió en entrevista con la Revista Semana con que detrás de la molestia de algunos ciudadanos que salieron a marchar pacíficamente en contra de la reforma tributaria, también se evidenciaron otros intereses y, de allí, los actos vandálicos que tienen atemorizados a gran parte de los caleños.
Por su parte el senador del Partido Liberal, Luis Fernando Velasco, señaló a la Revista que Cali tiene una particularidad y es que es la ciudad receptora de “todos los problemas de pobreza y marginalidad de la Costa Pacífica, del macizo colombiano”, es decir, es una zona que constantemente ve y vive el desplazamiento de personas victimas de la violencia.
“Es una ciudad que hace un esfuerzo gigantesco por generar oportunidades a los que llegan, pero la tasa de crecimiento de Cali, no es la tasa de natalidad normal; hay que sumarle un problema de desplazamiento que evidentemente crece pobreza”, agregó.
Las cifras del Dane entregadas esta semana indican que la pobreza monetaria pasó en Cali de 21,9, en el 2019, a 36,3, en el 2020, y que la tasa de desempleo de marzo fue del 15,9 por ciento, por encima del promedio nacional (14,2 %).
La autoridades como el alcalde, Jorge Iván Ospina y Diego Molano, en rueda de prensa aseguraron que que detrás de la mayoría de manifestantes que se expresaron en forma pacífica hubo una ‘operación avispa’, en la que salieron de distintos extremos para avanzar por avenidas y calles con asaltos a negocios y del que no se salvaron la Gobernación, el Concejo y la Alcaldía.
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