Como un “llamado a la solidaridad”, el comité asesor apeló a las centrales obreras para no salir el próximo 28 de abril a las calles colombianas.
El anuncio es uno de los que surgió en la reunión convocada el anterior 25 de abril, en el que tanto el Gobierno nacional como la Alcaldía de Bogotá implementaron medidas para contener el tercer pico de la pandemia.
Según Julián Fernández Niño, director de epidemiología del ministerio de Salud, subrayó el llamado a que la sociedad entera asuma “las medidas de autocuidado y de cuidado por el otro para enfrentar la pandemia, reconociendo la responsabilidad compartida entre individuos, colectivos sociales e instituciones de gobierno”.
Por lo que el ministro de Salud, Fernando Ruiz, reconociendo el derecho a la protesta social, solicitó “unirse a este esfuerzo común como sociedad por reducir la velocidad de transmisión”, como lo expresó en el comunicado oficial compartido en su cuenta oficial de Twitter.
No obstante, el funcionario reconoció la importancia del derecho constitucional que cobija a la protesta social. En lenguaje conciliador, Ruiz, citado por el comunicado oficial, declaró que: “Proteger la salud de todos y evitar el contagio es proteger la vida. El esfuerzo para luchar contra la pandemia es de todos, desde todos los lugares y visiones de la sociedad, el compromiso por la vida debe ser un imperativo común”.
El ministro exhortó a los actores sociales a postergar dichas manifestaciones “durante algunas semanas hasta tanto se observe una disminución en la velocidad de transmisión, y exista una menor ocupación de los servicios de salud, incluyendo las Unidades de Cuidado Intensivo, como una muestra de solidaridad y compromiso con la salud pública del país”.
López tomó partido por el aplazamiento
En la reunión, solicitada por la alcaldesa Claudia López, ésta realizó un llamado a las centrales obreras en el mismo sentido del Comité Asesor.
“Las marchas o aglomeraciones son en este momento un atentado a la vida. Le ruego a los diferentes dirigentes que tengan responsabilidad con la nación y con Bogotá. Eso es arriesgar la vida de la gente. Sería una irresponsabilidad que quienes no están de acuerdo con asistir a las aulas de clase, ahora sí promuevan aglomeraciones”, aseguró la mandataria en una de las pocas coincidencias con el Gobierno nacional en el manejo de la pandemia.
El pulso por tomar las calles durante el tercer pico
Aunque las centrales no se han pronunciado con respecto a postergar las marchas del #28A, líderes políticos de partidos como Polo Democrático o Lista de los Decentes han insistido en realizar las manifestaciones de protesta social.
Tan solo diez días atrás, al inicio del tercer pico, el senador Gustavo Bolívar declaró en Twitter su respaldo al movimiento social y solicitó a los manifestantes extenderlo indefinidamente: ”Queridas centrales obreras y partidos afines: Apoyo marchas y cacerolazos, iré a ellas y acabaré otra sartén pero, con todo respeto: Eso no sirve para nada. No conozco una solo sociedad q haya provocado cambios con un a marcha de 4 horas. Los invito a quedarnos, indefinidamente”, escribió.
A ese llamado se sumó su copartidaria, la representante María José Pizarro, quien declaró a Revista SEMANA que “manifestaciones pasadas no han generado un aumento en el contagio”; en cambio, aludió a que la responsabilidad de la fuerza pública será fundamental para prevenir tanto los desmanes como el futuro aumento de los casos.
“Todo depende del comportamiento de la Policía, en el sentido de que no repriman la protesta y se generen aglomeraciones”.
No obstante, en Twitter activistas de derecha y ciudadanos posicionaron la tendencia de rechazo #NoMarcho que encabezó la conversación durante el fin de semana previo a las marchas. A esta tendencia se sumaron congresistas como María Fernanda Cabal, influenciadores como Miguel Polo, entre otros.