Personero de Quibdó, Domingo Ramos, denuncia amenazas de muerte y pide seguridad a la UNP

“Le pueden caer moscas a la boca”, fue la última intimidación recibida, debido a las denuncias sobre la presencia de actores armados y el recrudecimiento de la violencia en Quibdó, Chocó.

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Domingo Remos, personero de Quibdó, Chocó
Domingo Remos, personero de Quibdó, Chocó

Chocó ha sido uno de los departamentos de Colombia donde se ha recrudecido la violencia este 2021. El pasado 21 del abril se dio a conocer el caso de dos menores de edad asesinados en Quibdó, al cruzar, sin saber, una frontera invisible —y el de un amigo de ellos, que falleció 48 horas después en el hospital—. Y las últimas horas se supo que el personero de esa ciudad fue amenazado.

En contexto: No cesa la violencia en Chocó: asesinan brutalmente a dos menores en Quibdó

Quien dio a conocer las amenazas en su contra fue el propio personero, Domingo Ramos; al parecer, serían para callar las denuncias que ha venido realizando el funcionario los últimos días acerca de las estructuras armadas que operan el Quibdó. Ramos incluso se ha referido al caso de los jóvenes asesinados.

De acuerdo con el personero, las amenazas no son de ahora, sino de los últimos días. Pero la más reciente lo dejó, en verdad, preocupado:

“En los últimos días he recibido intimidaciones, pero la noche anterior es preocupante porque me abordó un tipo manifestándome: ‘perso, deje de estar dando declaraciones que le pueden caer moscas a la boca’. Ya temo por mi vida y por la de mi familia”.

Debido a lo ocurrido, Domingo Ramos ha solicitado protección a las autoridades, pues, pese a que desde el año pasado solicitó un esquema de seguridad, es la hora que no se lo dan. “Tengo miedo”, ha manifestado. Miedo porque no obstante los amedrentamientos, sostiene su posición de denunciar la violencia en la capital de Chocó, junto a La Guajira, los departamentos más pobres de Colombia.

<b>Las declaraciones de Domingo Ramos los últimos días</b>

El asesinato de los tres jóvenes en Quibdó, específicamente en el barrio Buenos Aires, se dio 36 horas después de un consejo de seguridad con los altos mandos de la Fuerza Pública; en dicho lapso, se registraron otros cinco homicidios y la desaparición de dos menores. De ahí, la preocupación por el personero Domingo Ramos.

“Quibdó nunca había tenido una violencia tan alta. Y, ahora, la manera como están ultimando a estas personas, y a estos jóvenes, es que se metieron con unos niños, y los desmembraron, es una situación muy difícil”, señaló Ramos a Noticias Caracol.

Vista aérea de Quibdó (Colombia). EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda/Archivo
Vista aérea de Quibdó (Colombia). EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda/Archivo

El funcionario manifestó que sin importar que no cuente con un esquema de seguridad, hecho que lo hace blanco de los criminales al denunciar la violencia que se se vive en Quibdó, seguirá desempeñando su deber de velar por los derechos de la ciudadanía.

A revista Semana, agregó: “Pidámosle a Dios que no me pase nada y que el director de la Unidad Nacional de Protección entienda que por mis funciones me quieren callar”.

<b>El crimen de los tres menores en Quibdó</b>

Lo que se sabe de los tres menores asesinados es que se dedicaban al reciclaje Buenos Aires, un sector marginado de Quibdó, y que, debido a que tomaron una entrada al barrio distinta a la que toman comúnmente, fueron abordados por una banda que se disputa el control territorial: ‘Los Locos Yam’.

“Lo que tenemos conocimiento es que entre algunos de los niños se dedicaban al reciclaje, eran niños vulnerables, muy humildes, vivían en una zona deprimida, en la zona norte Buenos Aires, con falta de oportunidades”, dijo, cuatro días atrás, Domingo Ramos a Blu Radio.

Al cruzar con sus carretas por una frontera invisible, miembros de la banda en mención no solo los asesinaron, sino que los torturaron con armas cortopunzantes; luego, los arrojaron a una quebrada. Uno de los tres menores permaneció vivo y fue trasladado al San Francisco de Asís, donde falleció en una unidad de cuidados intensivos 48 horas después de haber ingresado.

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