La pandemia del covid-19 ha demostrado lo vulnerables que son los seres humanos y la pequeña distancia entre la vida y la muerte. Niños, jóvenes y adultos mayores se han contagiado a lo largo de este año y muchas de esas historias se han convertido en testimonio de lucha, esperanza y alegría en medio de tanta nostalgia que ha traído esta pandemia.
Son precisamente esos testimonios de vida los que hoy por hoy se vuelven un aliento y una esperanza para muchas personas que encuentran en la felicidad de otros y en la propia una forma para apaciguar las ansiedades y tristezas que ha generado esta crisis sanitaria.
Una de esas historias que dan alientos es la de Ana María Losada, una mujer que cumplió 101 años y goza de buena salud, bienestar y entusiasmo para seguir disfrutando de la vida.
La mujer, oriunda de Valledupar nació el 24 de abril de 1920 año en el que el mundo afrontaba la pandemia de la gripe española. Un siglo y un año después, mientras celebra su longeva vida afronta el covid-19 y aunque afortunadamente la enfermedad no ha tocado su puerta, es consiente del cuidado y la conciencia que se debe tener.
“Yo lo que les digo es que tengan paciencia y que le pidan al señor que calme todo esto porque nunca se había visto, se han visto cosas pero nada como esto”, dijo la adulta mayor en Noticias Caracol. La samaria trabajó como enfermera y, desde su retiro, se dedica a la modistería y la confección.
De acuerdo con el informe del noticiero, doña Ana María tiene siete hijos, doce nietos, diecinueve bisnietos y tres tataranietos. Aunque parte de su familia estuvo en la celebración, muchos de sus cercanos se quedaron sin entonar el cumpleaños por las restricciones de la pandemia.
“Lo mas lindo de la vida es que Dios nos da una vivencia más, un año más a mi madre”, expresó su hijo Pedro Peralta.
Finalmente, Ana María Losada dijo en Noticias Caracol que “El médico lo único que me dice que tengo un corazón de niña y que estoy perfectamente, que coma lo que yo quiera, que mis hijos me traten bien y yo trate bien a mis hijos”
Pareja de adultos mayores que venció el covid-19, decidió casarse en un hospital de Floridablanca, Santander
Otro testimonio que muestra que la edad no es un impedimento para nada es el de Mario Álvarez Camargo y Elsa Esperanza Orduz Arenas, una pareja de adultos mayores que decidieron sellar su historia de amor ante la iglesia después de 45 años juntos. Ni la enfermedad, ni el covid-19 fueron impedimento para que los abuelos cumplieran su sueño de tener la bendición.
“Me siento muy emocionado, muy contento de poderle cumplir mi palabra dada a Elsa y como le dije hace un momento, las circunstancias finalmente se dieron, como dicen los futbolistas, las cosas se dieron”, expresó Mario en Noticias Caracol.
Aunque la boda no fue en un altar, con flores en las sillas, familia reunida y festejo, la Clínica Foscal de Floridablanca, Santander fue el lugar indicado para que juntos, en compañía de un sacerdote, algunos funcionarios y su hija, la exreina y actriz Martha Liliana Ruiz, dieran el paso de casarse por lo católico.
En esa misma clínica ambos adultos mayores superaron el covid-19. Sin embargo, mientras Mario salió adelante con la enfermedad, doña Elsa aún se recupera de las secuelas que le dejó el virus y en cama, aún un poco delicada de salud dio el sí ante el altar provisional.
“El covid-19 atacó a mi mamá en septiembre, salió de aquí recuperada, pero las secuelas son muy grandes y hoy está luchando por sobrevivir a una de ellas, pero su ilusión era casarse”, contó la actriz en el noticiero del medio día.
Por la pandemia, el matrimonio se había tenido que aplazar en diferentes ocasiones, pero esta oportunidad de vivir, de seguir estando juntos y compartiendo con sus seres queridos la aprovecharon para reafirmar su amor, que sigue intacto sin importar los años. “Ellos llevaban 45 años juntos, se habían casado por lo civil pero siempre desearon casarse por lo católico”, dijo en Noticias Caracol Martha Liliana Ruiz.
De acuerdo con el informe del noticiero, la pareja ya se encuentra en su casa recuperándose y sin duda son una fiel muestra del amor y de la lucha que se debe tener en tiempos de pandemia.
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