Laura Camila Huertas tenía 21 años. Era una reconocida y premiada estudiante de derecho de la Universidad del Rosario. El pasado viernes, Laura Camila falleció luego de pasar varios días luchando contra el coronavirus. A pesar de su edad, sus allegados pensaban que iba a salvarse, por su fortaleza y juventud, sin embargo, Laura, en segundo semestre de su carrera, había sido diagnosticada con cáncer de pulmón, padecimiento que complicó su proceso con el coronavirus, enfermedad que ataca directamente el sistema respiratorio. La revista Semana decidió resaltar la historia de Laura Camila, y destacó algunos detalles de la enfermedad que, en los últimos días, le arrebató la vida.
De acuerdo con lo que relató ese medio de comunicación, Laura Camila estuvo internada en una Unidad de Cuidados Intensivos de la Fundación Cardioinfantil. Allí, la joven estudiante se mantenía en contacto con su familia y amigos, enviaba, constantemente, selfies y mensajes para mostrarles que se encontraba bien. Sin embargo, los chats se detuvieron cuando, por dificultades respiratorias, tuvo que ser intubada.
“Mami, te amo”, se leía en el último mensaje que le envió Laura Camila a su mamá, Marcela García, según lo divulgado por Semana. La joven, luego de estar cerca de una semana internada, tuvo que recibir asistencia mecánica para respirar, de hecho, fue ella misma la que, en días antes del procedimiento médico, le dijo a sus amigas y a su madre que tenía miedo, pues ya le costaba respirar. “Cuídense mucho y cuiden a sus familias. Esto no es un juego”, escribió la joven en sus redes sociales.
Marcela, mamá de Laura, le contó a la revista que, en una última conversación con el médico, su hija le había encomendado su vida, “le dijo al médico: ‘Yo no rezo, pero confío en usted’”, sin embargo, la enfermedad terminó deteriorando sus pulmones. “La acompañé hasta que se fue”, dijo Marcela.
“En el hospital, mi hija era la más joven, perno no había una cama libre. La gente no se da cuenta del daño que puede hacer cuando sale. A pesar de que su enfermedad era difícil (cáncer de pulmón), fue la covid lo que aceleró su partida”, explicó.
La vida de ambas mujeres había sido compleja económicamente. Cuando Laura fue diagnosticada con cáncer, Marcela dejó su trabajo en la industria farmacéutica para cuidarla. A falta de empleo, y por ende, de dinero, las dos decidieron emprender un negocio, del que Laura fue principal partícipe pues, ella lo manejaba a través de sus redes sociales. “Laura me decía: “yo no puedo ser menos que excelente. Otros serán genios, pero yo tengo la capacidad de estudiar muchísimo’”.
Laura comenzó a ganar varias becas, para así evitarse el costo de los semestres de su carrera, lo que le permitió avanzar satisfactoriamente en ella, además, ayudaba a varios de sus compañeros que tenían dificultades con algunos temas o materias. Laura era la representante estudiantil del Colegio de Abogados Rosaristas.
El pasado sábado, en la clase de Obligaciones del profesor Gerardo López, el docente, muy conmovido y afectado por la partid de Laura, hizo un homenaje en su honor. “Se me fue mi hija, mi hija académica (...) Pensé que su juventud la salvaría. Me equivoqué (...) la universidad quedó herida. El Rosario lloró entero”, dijo entre lágrimas.
Sara Molano, la mejor amiga de Laura, se refirió a la joven y aseguró que “cuando estaba en la clínica (Laura), le escribí que esperaba que volviera, porque nunca había conocido a alguien que amara más el derecho que ella”.
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