Katherine Miranda recibe 100.000 firmas de ciudadanos que piden que las iglesias paguen impuestos en Colombia

La polémica propuesta de la representante a la Cámara busca que las iglesias paguen impuesto de renta e intentará introducir esta iniciativa junto a otras en el debate de la reforma tributaria.

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Este martes 20 de abril, la representante a la Cámara Katherine Miranda recibió 100.000 firmas de ciudadanos que apoyan su iniciativa de que las iglesias en Colombia paguen un impuesto de renta, pero también otras propuestas que tienen que ver con la reforma tributaria que radicó el Gobierno nacional ante el Congreso.

Según la representante del Partido Alianza Verde, las iglesias que tienen ingresos brutos superiores a los 5.4 billones de pesos y patrimonios líquidos avaluados por más de 13 billones de pesos, deben aportar tributariamente. “Saquémoslas del beneficio del artículo 23 del Estatuto Tributario y hagámoslas contribuyentes del impuesto de renta. Estas podrían aportar al menos 1.8 billones de pesos al año”, propuso Miranda.

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Sobre esta propuesta, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, explicó por qué no se impuso un impuesto a las iglesias en la reforma tributaria: “Las iglesias son parte de un universo que conocemos tributariamente como entidades sin ánimo de lucro, hemos llegado a la conclusión como sociedad de que esas entidades tengan un tratamiento especial desde el punto de vista tributario”, explicó el ministro, quien además agregó, que si llegarán a gravar a las iglesias tendrían que hacerlo también con fundaciones sin ánimo de lucro.

En una carta abierta al presidente Iván Duque, la congresista pide que tenga en cuenta otras opciones para financiar al Estado. “Quiero invitarlo a que seamos más transparentes con estas propuestas y a que exploremos mecanismos alternativos para financiar los 25 billones que hacen falta y seguir apoyando a los sectores más vulnerables del país”, expone Miranda.

En la misiva, que ya cuenta con más de 10.000 firmas digitales, señala que no pueden apoyar las medidas para encarecer los alimentos ni el costo de vida de la clase media, pues no es el momento de imponerles mayores cargas impositivas, no en medio de la crisis económica y la zozobra.

La representante invita al jefe de Estado a explorar fuentes alternativas de recaudo más eficientes y justas, que supondrían una forma de generar recursos sin tener que afectar a la clase media.

“Demos un impulso a los impuestos verdes que, de ser aplicados y desarrollados, le permitirían al Estado tener un recaudo potencial de $22 billones de pesos anuales; es la oportunidad de oro para hacer de la lucha contra el cambio climático una acción rentable que genere recursos fiscales. Si incluimos al carbón mineral como sujeto del impuesto y aumentamos la tarifa por tonelada de CO2, lograríamos recoger alrededor de $10 billones de pesos al año”, también propuso la política.

Por otro lado, propone crear el impuesto a las bebidas azucaradas. “Hagamos de este impuesto una oportunidad no solo para generar ingresos al Estado sino para proteger a nuestros niños. Del total de muertes en el país, el 3,4 % es atribuida a la diabetes, donde el 13 % son causadas por las bebidas azucaradas; también el 6,8 % de la muertes en Colombia tuvieron como causa enfermedades cerebrovasculares, donde el 5 % también fue atribuida a este tipo de bebidas”, puntualizó.

Para la congresista, el consumo de bebidas azucaradas deja un pasivo importante en el Sistema de Salud Colombiano. Esto ha llevado a que los países miembros de la OCDE tengan que destinar en promedio el 8.4 % de su presupuesto en salud para atender esta calamidad de salud pública. Solo en Colombia, se destinan 25 billones de pesos para estos fines anualmente. Un impuesto nacional al consumo de bebidas azucaradas con tarifa del 20 % le significaría al Estado al menos 1.4 billones de pesos al año.

Sobre esta propuesta el ministro Carrasquilla sostuvo que están abiertos al debate: “Nosotros no lo incluimos (en la reforma tributaria) pero somos conscientes de que eso entrará a la discusión en el Congreso. El presidente tiene un escepticismo sobre la bondad de este impuesto, yo no estoy seguro de que ese impuesto tenga los efectos sobre las externalidades sobre la salud de la ciudadanía, pero estamos dispuestos a ese debate”.

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