Jairo Suarez Serpa, de 39 años y su padre, Luis Suárez Reales, de 60, integrantes de la dinastía del folclore vallenato ‘Los Mañocos’, murieron en las últimas horas en San Juan del Cesar (Guajira) y Valledupar, respectivamente, por complicaciones derivadas de la covid-19.
Pese a que ambos eran reconocidos en el mundo vallenato por su gran talento, el guacharaquero Luis Suárez tenía una particularidad: no creía que se podía contagiar de la devastadora enfermedad.
“Siempre decía ‘esto no existe para mí’, ‘si existe, está en la China’, ‘yo no tengo que ver con eso’, ‘a mí nunca me va a dar’ y nunca se protegió”, señaló en Noticias Caracol, Jairo Suárez, hermano de Luis.
Además de su habilidad con la guacharaca, padre e hijo también eran afamados organizadores de festivales culturales. “Mi hermano Lucho Suárez y mi sobrino Jairo Suárez fueron grandes guacharaqueros que integraron muchos grupos musicales y la mayoría de la vida se la dedicaron a los festivales”, agregó Jairo en el noticiero nacional.
Así también lo destacó la Oficina de Cultura de Valledupar, que envió un sentido mensaje de condolencias a la familia de los artistas fallecidos:
Lamentamos el sensible fallecimiento de Luis Suárez y Jairo Suárez Leyva, referentes de la dinastía conocida como ‘Los Mañocos’ y organizadores del Festival de Guitarras del Primero de Mayo. A sus familiares y amigos nuestras condolencias.
Y es que Suárez padre fue un gran exponente de su género, en 1993 se coronó como rey vallenato en la categoría profesional acompañando con su guacharaca a Alberto ‘Beto’ Rada. Luego de ello, venció, en compañía de Juan David ‘El Pollito’ Herrera, al mítico Alfredo Gutiérrez.
“Los hermanos Suárez Reales ganaron 10 veces en la categoría aficionado seis veces segundo y tres veces terceros acompañando diferentes acordeoneros y en muchas oportunidades separados, es decir, unas veces ‘Lucho’ como guacharaquero siempre con un conjunto y Jairo con otro conjunto como cajero”, señaló en El Heraldo el periodista Rodrigo Rieder.
Se van dos grandes de la cultura vallenata colombiana por cuenta del covid-19, y la incredulidad que aún hoy siguen teniendo muchas personas hacia la enfermedad.
<b>La coyuntura sanitaria en Valledupar</b>
Valledupar es otra de las ciudades colombianas que se vieron en la obligación de decretar nuevas medidas para evitar un aumento en los contagios de covid-19.
“El comportamiento de la pandemia durante las últimas semanas nos arrojó un balance crítico. Por ello, solicitamos ante el Ministerio del Interior intensificar la medida del toque de queda en el Municipio de Valledupar”, señaló un trino publicado por la Secretaría de Salud municipal.
La capital del Cesar venía funcionando hasta el momento con la medida de pico y cédula de tres dígitos, el toque de queda nocturno, que inicialmente era de 10:00 de la noche a 5:00 de la mañana, pero que desde el sábado pasado y ante el avance de la enfermedad pasó a iniciar a las 6:00 de la tarde.
La decisión se toma teniendo en cuenta que la ocupación de camas en Unidades de Cuidados Intensivos es del 91 por ciento. En cifras duras, quiere decir que de 273 plazas habilitadas, al municipio solo le quedan 25 disponibles, según el último informe de la Secretaría de Salud.
En cuanto a la vacunación, el departamento reportó, hasta la medianoche del pasado 15 de abril, un total de 59.408 dosis aplicadas. No obstante, se desconoce cuántas de estas fueron en Valledupar hasta la fecha.
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