De 180 países que hacen parte de este listado, emitido por la organización de origen francés, Reporteros Sin Fronteras, Colombia se ubicó en la posición número 134, dejándolo así, como el quinto país con más censura en las Américas para ejercer el periodismo.
De acuerdo con dicho informe, la proliferación de las campañas de difamación, intimidación y acoso en internet contra periodistas, tanto si surgen de figuras públicas como de entidades secretas, representa otra fuerte tendencia en la región, sobre todo en Colombia y en Brasil. Con frecuencia, los principales objetivos de estos ataques coordinados son mujeres periodistas.
Asimismo, el estudio destacó que en países como: México, Honduras y Colombia les costó la propia vida en 2020 a 13 periodistas que, en su mayoría, habían investigado sobre la corrupción y el crimen organizado. La impunidad de los crímenes contra los periodistas continúa alimentando el círculo vicioso de la violencia en la región.
En el caso de Colombia, en 2019, ocupó la casilla 130 del ranking, pero distintos obstáculos que se presentaron durante el 2020, entre ellos la pandemia, hizo que Colombia cayera 4 puntos en la escala de libertad de prensa.
En Brasil y El Salvador, pero especialmente en Nicaragua y Venezuela, donde la prensa independiente agoniza, a los periodistas se les califica como “enemigos del pueblo”, razón por la cual Colombia se encuentra solo por encima de otros países de la región. Sin embargo, la violencia política, la desinformación, censura, el impedimento de acceso a la información y descrédito sistemático de la función de la prensa como mediadora social e inspectora del poder, son las principales razones de este deterioro, no solo para Colombia, sino para toda la región.
¿Qué tendencias se manifiestan en la región de Latinoamérica?
La Clasificación 2021 revela un deterioro generalizado de la situación de la libertad de prensa en América Latina. Con pocas excepciones, empeora aún más el entorno de trabajo de los periodistas, que ya era muy complicado, precario y hostil antes de la pandemia. La crisis sanitaria ha desempeñado un papel importante en la aceleración de la censura y ha originado serias dificultades en el acceso a la información por parte de los gobiernos de la región.
Estas restricciones han dado como resultado un deterioro del indicador de “Transparencia”, que mide precisamente las dificultades de los periodistas para acceder a la información pública. La macroregión de las Américas (que incluye los países de América del Norte) también registra este año el mayor deterioro de los índices regionales (+ 2,5%) en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa.
La desinformación asociada al aumento de la violencia política en internet dirigida contra los periodistas es uno de los mayores desafíos en la actualidad para garantizar el derecho a la libertad de expresión. En los últimos años, gobiernos de diversos países y principios ideológicos han incorporado a su discurso público una estrategia de descrédito sistemático de la función de la prensa como mediadora social e inspectora del poder.
Jefes de estado, parlamentarios y otras autoridades utilizan las redes sociales para impulsar ataques contra periodistas y medios de comunicación con el fin de desviar la atención sobre las informaciones comprometedoras que estos revelan. Así mantienen a sus bases políticas movilizadas y tienen un mayor control del debate público.
Ante este clima de hostilidad, 8 países de la región se encuentran en la zona en rojo del ranking: Bolivia (110º, +4) Brasil (111º, -4), Guatemala (116º), Nicaragua (121º, -4), Colombia (134º, -4), México (143º), Venezuela (148º, -1) y Honduras (151º-3 ).
Este es el listado de los 180 países en los que Reporteros Sin Fronteras hizo el análisis de libertad de prensa en 2020:
El informe tamién señala que la normalización de estos discursos estigmatizantes debilita a la profesión y genera ataques cada vez más enérgicos y violentos contra los medios de comunicación. RSF ha observado un aumento de los procesos judiciales abusivos contra la prensa, generalmente emprendidos por cargos electos o representantes del Estado, en países como Perú (91º, -1), Argentina (69, -5), e incluso Brasil y Nicaragua.
A nivel mundial, Reporteros sin Fronteras denunció que la persecución a periodistas en China impidió al mundo prepararse a tiempo para la pandemia de COVID-19, según la organización, al Beijing evitar que denunciantes advirtieran de lo que estaba pasando durante los primeros días del brote en Wuhan se impidió al mundo estar mejor preparados ante el inesperado virus.
“China está de cuarto entre los 10 con peor libertad de prensa en el mundo. En los tres primeros puestos están los totalitarios Eritrea, Corea del Norte y Turkmenistán, y le siguen Yibuti, Vietnam, Irán, Siria, Laos y Cuba”, indicó la organización en la entrega de su informe anual.
Sobre el régimen de Xi Jinping, RSF indicó que “sigue llevando a niveles sin precedentes la censura, la vigilancia y la propaganda en internet”.
“Podemos sentarnos en el Reino Unido y pensar que todo está bien aquí, pero en realidad lo que está sucediendo al otro lado del mundo puede afectarnos”, dijo Rebecca Vincent, directora de campañas internacionales de la organización. “Hemos dicho e insistiremos en ello que si la prensa hubiera sido más libre en China, entonces es posible que se hubiera evitado una pandemia mundial”.
Vincent dijo que China utiliza su influencia global para intentar tapar los atropellos que comete contra su población e intentar vender otra imagen suya al mundo. “China tiene más periodistas en la cárcel que cualquier otro país del mundo, y esto se está filtrando y se está empezando gracias sistemas internacional de informaicón. El régimen hace lo posible para tratar de influir en cómo obtenemos y percibimos la información”.
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