Ante el interés de los colectivos urbanos de agricultores, entidades y ciudadanía en general, el Jardín Botánico de Bogotá amplió hasta el próximo viernes 23 de abril de 2021 el plazo para recibir aportes, comentarios y sugerencias al protocolo para la implementación y mantenimiento de huertas urbanas y periurbanas en espacio público.
Cabe recordar que, en diciembre del año pasado y luego de un ejercicio de construcción colectiva entre el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público – Dadep, el Jardín Botánico, las secretarías distritales de Ambiente y Hábitat, el Idpac, el IDRD, el IDU y el Idiger, se expidió la resolución 361 del 30 de diciembre de 2020, a través de la cual se estableció la reglamentación para la actividad de agricultura urbana y agroecológica en espacio urbano de la capital.
<b>Implementación y mantenimiento de huertas urbanas y periurbanas</b>
La resolución también indica que la actividad de agricultura urbana y periurbana agroecológica, esta ligada a ejercicios de participación, promoción de iniciativas ciudadanas que también aportan al fortalecimiento de tejidos sociales y a la articulación de la gestión ciudadana y pública.
“Igualmente, se percibe como una práctica tradicional ejercida de manera individual y colectiva que se ha venido fortaleciendo cada vez, trascendiendo más allá de los planes de desarrollo del distrito capital, permitiendo aportar a los objetivos de desarrollo sostenible como parte de los logros de ciudad”, se lee en el documento.
Así mismo, señala que la actividad de agricultura urbana y periurbana agroecológica presenta para el distrito capital, entre otros los siguientes beneficios como reducción de las distancias y los costos de traslado de vegetales frescos libres de agroquímicos y sus diversos derivados de calidad; aprovechamiento de residuos orgánicos como insumos para la producción de abono, teniendo en cuenta criterios para ser usado en sistemas agrícolas con fines alimentarios.
Otras de las ventajas de este tipo de cultivos es la recuperación de la permeabilidad y la capacidad productiva del suelo a través de técnicas orgánicas sencillas, además de la transformación de espacios degradados en ámbitos productivos y estéticamente agradables.
En dicha normativa, el Jardín Botánico fue encargado de la elaboración del protocolo para la implementación y mantenimiento de huertas urbanas y periurbanas. Una vez redactado el borrador de dicho documento, fue publicado para la socialización y retroalimentación de las partes interesadas, quienes pueden realizar aportes, comentarios y sugerencias a través del correo agriculturaurbana@jbb.gov.co.
“Teniendo en cuenta la importancia del tema y con el fin de enriquecer dicho protocolo con los aportes de la ciudadanía, se invita a las comunidades, redes de agricultoras y agricultores urbanos, colectivos de huerteros y ciudadanía en general a participar de este ejercicio colaborativo, de manera que pueda ser enriquecido y ajustado antes de su presentación a la Secretaría Distrital de Ambiente”, informó la Alcaldía de Bogotá.
El Jardín Botánico de Bogotá, además de ser un santuario de flora e investigación científica, tiene en cuenta dentro de sus proyectos educativos el fomento de la agricultura urbana y realiza actividades de capacitación a la ciudadanía en torno a este tema.
“En lo corrido de 2020, profesionales el Jardín Botánico capacitaron a más de 2.000 personas en técnicas de agricultura urbana, se brindaron asistencia técnica a 4.489 huerteros y huerteras. Así mismo hemos podido fortalecer 1.326 huertas con el suministro de semillas, plántulas y sustratos”, dijo Martha Liliana Perdomo, directora de la entidad.
<b>En Bogotá se encuentra el barrio más limpio de Latinoamérica</b>
En la localidad de Bosa, ‘El Regalo’ recibió el pasado 22 de marzo el Premio Internacional Gaviota por ser el barrio más aseado de América Latina. Sus habitantes aseguran que toda la comunidad ha trabajado para hacer esto posible. Por eso, es un ejemplo en el uso de la basura y la agricultura urbana, ya que posee 189 huertas.
El Premio Internacional Gaviota ya lleva 26 años ‘al aire’. Se entrega en México y resalta la labor comunitaria en la tarea de hacer la diferencia. Por lo que el reconocimiento es una muestra de que el bienestar de las personas, aun en medio de las dificultades de las grandes urbes se puede lograr.
Desde hace 19 años los residentes del barrio ubicado en el sur de Bogotá se propusieron contribuir para que fuera la zona más limpia después de que se presentara una problemática de basuras. Antes, los bogotanos sacaban sus residuos en horarios distintos a los que las empresas de aseo realizaban la recolección, lo cual generaba acumulación, malos olores, plagas y exceso de residuos.
“Es un trabajo que venimos realizando hace más de 19 años por una problemática de basuras, empezamos a capacitar a las personas y encontramos que dentro de la basura había una fuente económica como las botellas plásticas y el compostaje. Ha sido un trabajo duro, pero ha valido la pena, pese a las críticas y obstáculos que se presentan”, afirmó Ana Inés Vásquez, presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio a Canal 1.
En ‘El Regalo’ nada se desaprovecha. Los más de mil 800 habitantes de este sector de Bogotá viven con sus propios cultivos. El barrio en un proceso de aprovechamiento y conciencia ambiental ha comenzado a reciclar y vender lo que recolectan. Incluso, aprovechan los residuos orgánicos por medio del compostaje y la agricultura urbana, para sembrar sus propios alimentos. Como resultado de todo el esfuerzo y trabajo actualmente gozan de 189 huertas urbanas.
Las huertas se organizan por cuadras y siembran lechugas, tomates, acelgas, apio, pimentón, cilantro y hasta plantas ornamentales. Muchos han logrado, con esta cadena de buenas prácticas, mejorar su nivel de vida individual, mientras se sienten a gusto al salir a los espacios públicos.
Según el Jardín Botánico de Bogotá (JBB) y la Universidad Nacional, la agricultura urbana en la capital se puede realizar en zonas blandas (como antejardines o lotes sin construcción) o en zonas duras (terrazas, patios), utilizando potencial local como la fuerza de trabajo, el área libre disponible, las aguas lluvia y los residuos sólidos. Igualmente permite articular conocimientos técnicos y saberes tradicionales, con el fin de promover la sostenibilidad ambiental y generar productos alimenticios limpios para el autoconsumo y comercialización, fortaleciendo el tejido social.
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