Al menos 2.700 migrantes están atrapados en la región del Darién, zona fronteriza entre Colombia y Panamá

Oriel Ortega, director de Senafront, advirtió sobre la presencia de menores de edad que no están acompañados y que llegan al pequeño poblado de Bajo Chiquito, en Darién, a bordo de embarcaciones rústicas a través de un río.

La difícil situación humanitaria de migración que se vive en el bloque vegetal que se extiende en la frontera entre Panamá y Colombia es un tema de años. Este lunes 19 de abril, el Servicio Nacional de Fronteras panameño (Senafront) alertó de una agudización de la crisis migratoria en la provincia de Darién, señalando que al menos menos 2.700 migrantes están varados en la región del Darién,

“En Semana Santa se dieron ingresos masivos y hasta dos mil personas entraron por la frontera en dos semanas”, manifestó Oriel Ortega, director de Senafront, quien agregó que los ministerios de Salud y de Desarrollo Social (Mides) y la Secretaría Nacional de la Niñez, la Adolescencia y la Familia (Senniaf) están a cargo del paso, alimentación y atención sanitaria de los migrantes.

El funcionario advirtió sobre la presencia de menores de edad que no están acompañados y que llegan al pequeño poblado de Bajo Chiquito, en Darién, a bordo de embarcaciones rústicas a través de un río. Además, añadió que organizaciones criminales engañan a los migrantes, quienes arriesgan su vida en la travesía de cinco días a través de la selva del Darién, el paso ilegal considerado como el más peligroso de toda América Latina.

De igual forma, el Ministerio de Seguridad Pública (Minseg) creó la Unidad de Seguridad Fronteriza Humanitaria, en la que 150 unidades del Senafront culminaron su capacitación sobre seguridad fronteriza, destinados a la protección de los derechos humanos migratorios.

Asimismo, el ministro de Seguridad de Panamá, Juan Manuel Pino, destacó que, “próximamente, tendremos una reunión con las autoridades de la República de Colombia, con autoridades de Cancillería y de Seguridad, con miras a suscribir un acuerdo de flujo controlado para mejorar el tema migratorio entre ambos países”.

Cabe recordar que, el pasado 10 de abril las autoridades del vecino país reportaron el hallazgo de cuatro personas que murieron, aparentemente, por ahogamiento cuando intentaban cruzar el río Darién para lograr cruzar la frontera.

El Servicio Nacional de Migración (SNM) indicó que las víctimas eran tres hombres y una mujer, las cuales fallecieron cuando intentaban “ingresar a territorio panameño a través de la selva darienita”, un área inhóspita que ahora vive “el cambio de la estación seca a la lluviosa (...) haciendo aún más difíciles las condiciones” en la zona.

De acuerdo con el comunicado de la entidad panameña, “algunos migrantes que lograron ingresar a territorio panameño mostraron su preocupación, ya que otras personas que venían con ellos salieron hace más de diez días para tratar de atravesar las trochas darienitas para ingresar a Panamá por la frontera y aún no han logrado llegar a su destino”.

En los últimos tres años, Panamá ha recibido desde Colombia una oleada de migrantes originarios de países tan diversos como Cuba, Haití, Bangladesh o Somalia, todos decididos a aventurarse por el Darién para llegar, muchos kilómetros después, a Estados Unidos.

En un reciente informe de la cancillería de Panamá, durante el primer trimestre de 2021 han ingresado de manera irregular a Panamá 7.150 migrantes, 4.403 solo en marzo, sin controles previos de bioseguridad, pese a las disposiciones en materia de salud vigentes en los países por los que transitan, dijo el viernes la Cancillería panameña.

Dicha cifra hizo que el país centroamericano, el pasado 6 de abril, solicitara al estado colombiano una reunión urgente para tratar el tema de la migración irregulares que viven miles de personas que atraviesan el Darién en busca del ‘sueño americano’.

Hace dos semanas, la canciller panameña, Erika Mouynes, dialogó con su homóloga colombiana, Claudia Blum, en una reunión virtual en la que participaron altos funcionarios de ambos países, la cual tenía como fin lograr un acuerdo para atender de manera controlada la creciente llegada de migrantes irregulares a través de la inhóspita selva del Darién.

Panamá propuso de manera oficial un acuerdo de flujo controlado de migrantes que permita al país asegurar la atención que requieren estos transeúntes, que en su gran mayoría pretenden llegar hasta los Estados Unidos, propuesta que fue contemplada por la canciller de Colombia, quien advirtió que, “si no se actúa con celeridad y de forma coordinada” las cifras de migrantes que atraviesan de forma irregular la selva del Darién “pueden ser difíciles de manejar”.

SEGUIR LEYENDO: